El trasplante de microbiota fecal está adquiriendo mucha notoriedad en el ámbito científico. Cuando lo empezamos a nombrar en Autismo Diario, en el 2014, lo hacíamos hablando de los trastornos funcionales digestivos, que desde hace mucho tiempo han sido un tema muy relevante en el autismo.
Cuando abordamos los aspectos relativos a la microbiota en el autismo vimos la importancia de la salud de nuestro microbioma y de la necesidad de un balance. Y cuando el equilibrio de nuestra microbiota se ve alterado, se refleja en diferentes problemas de salud.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es un conjunto de microrganismos (bacterias, microbios, virus y hongos) que viven en nuestro organismo de manera simbiótica. Se estima que en una persona adulta sana puede llegar a pesar 2 kilos. Dos tercios de nuestra microbiota es específica, y conforma una huella biológica que algunos la consideran como una huella digital biológica.
Gracias a esta microbiota nuestro organismo es capaz de sintetizar alimentos, producir vitaminas y sustancias necesarias para nuestro correcto desarrollo. Pero tiene además un papel fundamental a nivel metabólico y de regulación del sistema inmune.
Cuando nuestra microbiota está alterada, porque hemos tenido un tratamiento extenso por antibióticos, o por otros factores como una alimentación inadecuada, es necesario restaurar ese balance. Y una de las técnicas que se usan son precisamente el trasplante de microbiota fecal.
¿En qué consiste un trasplante de microbiota fecal?
El trasplante de microbiota fecal consiste en precisamente tomar muestras de heces de una persona sana, procesarlas e introducirlas en la persona con una alteración en su microbiota.
Normalmente se introducirá por vía rectal a través de una sonda, aunque también hay técnicas para introducirlo a través de una sonda nasogástrica.
En la actualidad también se utilizan capsulas que se pueden ingerir, aunque su efecto parece ser algo menor debido a que el paso por el estómago y sus ácidos gástricos puede reducir el efecto.
¿Desde cuando se usa esta técnica?
Las primeras referencias a esta técnica las encontramos en China, en el manual Zhou Hou Bei Ji Fang, obra de un médico chino del siglo IV llamado Ge Hong. Es decir, no es algo nuevo.
Se ha usado mucho también en el ámbito veterinario, principalmente en animales de alto valor como caballos y ganado vacuno. Ya que básicamente el efecto es el mismo.
Y realmente se ha usado a lo largo de la historia de forma recurrente en animales y humanos. No obstante, no es hasta 1958 cuando Ben Eiseman y colaboradores demostraran la eficacia de este tratamiento, aplicado vía enema, para paliar la enterocolitis pseudomembranosa 1.
No obstante, en la última década los avances en nuestro conocimiento sobre la microbiota intestinal humana han dado pasos de gigante. Se han generado grandes bancos de datos en base a secuenciación del ADN de nuestro microbioma. Tanto es así que se están empezando a generar asociaciones de patrones de microbiota con estados de salud.
Hoy se usa de forma eficaz en el tratamiento de infecciones por Clostridium difficile 2, y se empieza a usar también para el tratamiento de la enfermedad de Crohn, el síndrome de colón irritable, la colitis ulcerosa o el síndrome metabólico 3.
¿Es el trasplante de microbiota fecal un tratamiento seguro?
Si se lleva a cabo en entornos clínicos con profesionales de la salud es un procedimiento seguro. Ya sea por heces de donantes conocidos o las que provienen de bancos de heces. O a través de comprimidos que se toman por vía oral.
Estas heces se diluyen en una solución salina y se procesan, siempre bajo un entorno controlado ¡No lo hagan en casa! Acudan a profesionales de la salud.
Porque, aunque a priori es seguro, pueden darse situaciones que generen un efecto indeseado si no contamos con los conocimientos necesarios. Un estudio de caso nos muestra como una paciente que recibe el tratamiento de trasplante de microbiota fecal para el tratamiento de Clostridium difficile, desarrolló obesidad, que antes nunca tuvo. Curiosamente el donante sí tenía obesidad 4.
¿Y en qué forma este tratamiento ayuda en el autismo?
Para empezar, no esperen milagros. Y básicamente el efecto es una mejora de la salud en los casos donde se encuentre un desbalance en la microbiota.
En el artículo “Alteración en la microbiota y autismo ¿Causa o efecto?” vimos como estudios en Australia, Dinamarca y China nos mostraban cómo las diferencias son reales, y que a pesar de que la evidencia no es enorme, lo importante es que, hasta el día de hoy, los datos nos muestran que hay consistencia. Es decir, que podemos ver patrones que se repiten, tanto en la medición como en la intervención.
El eje microbiota-intestino-cerebro y los trastornos del neurodesarrollo
Sabemos que la microbiota intestinal interactúa con el cerebro a través del eje microbiota-intestino-cerebro, regulando varios procesos fisiológicos. Por ejemplo, regula el neurodesarrollo a través de tres vías, la vía inmunitaria, la vía neuronal y la vía endocrina/sistémica, con superposiciones y cruces entre ellas 5.
Sabemos que cuando la microbiota está regulada se evitan las transferencias indeseadas entre el aparato digestivo y el organismo. Sucede por ejemplo con el ácido propiónico 6 que se utiliza como conservante en alimentos procesados, que cuando se da una situación de permeabilidad intestinal, éste puede acabar en el cerebro, produciendo procesos neuroinflamatorios y agravando los síntomas nucleares del autismo 7.
Hoy sabemos como las interacciones entre el aparato digestivo y el cerebro están íntimamente ligados 8. Las alteraciones en la composición microbiana intestinal pueden conducir a niveles alterados de moléculas neuroactivas, como los ácidos grasos de cadena corta, particularmente el ácido propiónico, el ácido acético y el ácido butírico, y los lipopolisacáridos que pueden inducir cambios en el sistema nervioso central a través de la vía endocrina, y se ha encontrado que todos están sobreexpresados en poblaciones con autismo.
La disbiosis intestinal en el autismo
Se especula con que la disbiosis está ligada a la etiopatogenia del autismo. Hoy sabemos como la calidad de la microbiota materna influye también en la del recién nacido. Incluso se dan variaciones entre parto vaginal y cesárea.
En general, esta transferencia de agentes al feto puede ayudar a moldear el sistema inmunitario, el control metabólico e incluso aspectos conductuales. Por ejemplo, el polisacárido capsular A de Bacteroides fragilis materno contribuye a la formación de células T reguladoras (Tregs) en la mucosa intestinal del feto, protegiendo contra la inflamación y mejorando la tolerancia a los antígenos alimentarios. También sabemos que la lactancia materna es un factor de mejora de la microbiota del bebé.
Pero también es de importancia la dieta, y los niveles de estrés, que también afectan. Tenemos constancia de que determinadas alteraciones parecen estar ligada con elevados niveles de bacterias perjudiciales. Varios estudios han demostrado una mayor abundancia de especies pertenecientes a Clostridium en las muestras fecales de niños con autismo 9. Y este desbalance parece estar ligado a problemas en el procesamiento de los carbohidratos y alteraciones de la mucosa intestinal.
Uso de prebióticos y probióticos
Sabemos que el uso bajo prescripción médica ayuda. Se reducen algunos problemas intestinales, hay un decaimiento de las conductas obsesivas y algunas mejoras leves. Pero en general, no parece que generen un efecto de impacto.
Epilepsia y autismo
La epilepsia es una comorbilidad de alta prevalencia en el autismo, y también va a ser un factor de impacto negativo.
La disbiosis intestinal también tiene un papel importante en la epileptogénesis. La epilepsia, a su vez, afecta el tracto gastrointestinal de diferentes formas, como el aura abdominal, la epilepsia con dolor abdominal y los efectos adversos de los medicamentos sobre el intestino y la microbiota intestinal.
Los prebióticos, probióticos, simbióticos, posbióticos (sustancias producidas por los probióticos que ejercen efectos metabólicos y/o inmunomoduladores en el huésped), una dieta cetogénica, el trasplante de microbiota fecal y la estimulación del nervio vago se utilizaron con éxito para tratar a algunos pacientes con epilepsia 10. Consulte con su neurólogo para una mayor información al respecto o la idoneidad de tomar en consideración cualquier tratamiento.
Trasplante de microbiota fecal como tratamiento en el autismo
Hemos visto como, en base a la evidencia científica la problemática de la desregulación de la microbiota intestinal en el autismo es una constante. Casi podríamos decir que formaría parte de las pruebas clínicas para el diagnóstico, ya que la existencia de los problemas del aparato digestivo en el autismo está documentada de manera profusa y concienzuda.
Intervención en enfermedades intestinales
Un estudio basado en 2.100 casos de diferentes tipos de enfermedades intestinales en la población general (donde se incluyó a población con autismo) se observó una mejoría general 11. Los modelos de intervención fueron por sonda nasogástrica, píldoras y por implante colonoscópico. Se hicieron revisiones a los 3, 12 y 36 meses.
Las tasas de curación clínica del grupo con autismo en los tres períodos fueron 23,5 % (20/85), 22,8 % (13/57) y 20,0% (5/25), las tasas de mejoría clínica fueron 55,3% (47/85), 49,1% (28/57) y 40,0% (10/25), respectivamente. No se dieron reacciones adversas graves durante el tratamiento y el período de seguimiento.
Análisis de la eficacia clínica del trasplante de microbiota fecal en el tratamiento de 328 casos de autismo complicado con estreñimiento
Un estudio diseñado para evaluar la validez y eficacia del tratamiento mostró mejoras significativas en todos los casos, reportándose efectos adversos leves a moderados 12.
Se incluyeron un total de 328 pacientes, con edades (6,1 ±3,4) años, incluidos 271 hombres y 57 mujeres. El número de visitas de seguimiento a 1, 3, 6, 12, 24, 36, 48 y 60 meses después del primer tratamiento fue de 303 casos (92,4%), 284 casos (86,7%), 213 casos (64,9%), 190 casos, respectivamente 143 casos (57,9%), 143 casos (43,6%), 79 casos (24,1%), 46 casos (14,0%) y 31 casos (9,5%).
Lo efectos adversos fueron: distensión abdominal en 21 casos (6,4%), náuseas en 14 casos (4,3%), vómitos en 9 casos (2,7%), dolor abdominal en 15 casos (4,6%), diarrea en 18 casos (5,5%), fiebre en 13 casos (4,0%) y excitación en 24 casos (7,3%). Estas reacciones adversas fueron todas de leves a moderadas y mejoraron tras suspender el TMF o el tratamiento sintomático, y no se produjo ninguna reacción adversa grave.
Todos los participantes mostraron mejoras significativas y duraderas incluso a los 60 meses. Las mejoras incluyeron la mejorar sustancial del estreñimiento, mejoras conductuales y reducción de la irritabilidad.
Efecto del trasplante de microbiota fecal en niños con autismo: una revisión sistemática
Esta revisión sistemática se realizó para evaluar el efecto del trasplante de microbiota fecal para niños con autismo. Se realizaron búsquedas en las bases de datos de Embase, PubMed, Web of Science y Cochrane Library en busca de artículos publicados desde el inicio hasta el 6 de octubre de 2022. Dos revisores examinaron de forma independiente los registros identificados y realizaron la extracción de datos 13.
Las conclusiones de la revisión (Libre acceso) son que el trasplante de microbiota fecal muestra un buen potencial para reducir las puntuaciones CARS (Escala de valoración del autismo infantil), ABC (Lista de verificación de conducta de autismo) y SRS (Escala de Capacidad de Respuesta Social ) y mejorar los síntomas del autismo. Sin embargo, se necesitan ensayos controlados con placebo, doble ciego, aleatorizados y rigurosamente diseñados para establecer la seguridad y la eficacia del trasplante de microbiota fecal como tratamiento.
Eficacia del trasplante de microbiota fecal sobre los síntomas conductuales y gastrointestinales en niños con autismo: una revisión sistemática
En esta otra revisión sistemática 14 básicamente llegan a exactamente las mismas conclusiones.
Resultados: Encontramos una mejora estadísticamente significativa (p < 0,05) en las puntuaciones ABC y CARS después de del trasplante de microbiota fecal, con una disminución estadísticamente significativa en las puntuaciones observadas en todos los estudios. Además, se observaron mejoras sustanciales en los síntomas gastrointestinales en todos los estudios.
Conclusión: Nuestros hallazgos sugieren que el del trasplante de microbiota fecal puede ofrecer una intervención prometedora para tratar los síntomas gastrointestinales y de comportamiento en pacientes pediátricos con autismo.
Una llamada a la prudencia
No cabe duda de que la práctica totalidad de literatura científica avala este tratamiento, tiene pocos efectos adversos conocidos, y en un alto porcentaje ofrece buenos resultados, que tampoco son espectaculares. Pero no es un tratamiento milagroso, no cura el autismo, no es mágico y no hay ninguna conspiración internacional de empresas farmacéuticas para esconder este tratamiento.
He intentado buscar los estudios y trabajos con mayor relevancia y lo más modernos posibles. Y es que todo esto es relativamente nuevo, así que nos falta todavía un poco de recorrido para que este tipo de tratamientos sean usados de forma general y podamos entender mejor todo lo que rodea a este aspecto.
Si están interesados en este tipo de tratamientos, vayan a médicos. De los que tienen títulos de verdad y trabajan en esos edificios grandes de esos que pone HOSPITAL en la puerta.
¿Y por qué les advierto? Porque les van a timar. Ya en Canadá llevaron a los tribunales a un naturópata que llevaba a cabo estos procedimientos por la módica cantidad de ¡15.000$!, un robo en toda regla, ¡que la caca la ponían los familiares! Obviamente se iba a México a llevarlos a cabo, ya que de esa forma no corría riesgos legales. Bueno, en realidad en México es ilegal hacerlo de forma casera por un naturópata canadiense, pero ya saben, en México no hay seguridad jurídica ninguna, así que básicamente puedes hacer lo que te dé la gana.
Hemos visto que en todos los estudios afirman que los efectos adversos son leves a moderados, pero eran realizados en entornos hospitalarios, por equipos médicos con experiencia que llevaron a cabo el procedimiento siguiendo protocolos médicos que previenen la seguridad en todo momento. Porque si usted o su hijo recibe un trasplante inadecuado, podría incluso morir.
Recuerden, la desesperación hace siempre malos negocios. Solo que aquí el negocio es su hijo, así que no se me emocionen demasiado y piensen con calma y usen el sentido común.
Conclusiones
Es evidente que este es un tratamiento prometedor, pero, no hay que olvidar que es imprescindible intervenir en los desórdenes de alimentación. Porque si solo tratamos los problemas de microbiota, pero no ponemos solución a aquello que generó el problema, pues regresaremos nuevamente a la casilla de salida.
Por tanto, estamos ante un paso más, no solo en la intervención del autismo, sino en la comprensión del mismo. Ya que nos arroja más información sobre uno de los muchos factores asociados a los problemas que nos podemos encontrar.
Hemos visto que la regulación del aparato digestivo impacta en una mejor bioquímica, pero no es algo que vaya a hacer desaparecer nada. Sencillamente vamos a mejorar la calidad de vida de la persona.
Y como siempre, sean prudentes, no se dejen llevar por las emociones y entiendan que esto es solo una parte de una larga lista de dificultades que hay que afrontar. El hecho de trabajar los problemas de alimentación nos va a llevar además a trabajar otras áreas necesarias. En el autismo hay mil y una circunstancias que hay que trabajar, y esta, tan solo es una más.
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El artÃculo tiene algunas deficiencias que pueden generar dudas. El trasplante fecal NO trata el autismo, trata algunas comorbilidades asociadas al autismo, fundamentalmente relacionadas con el aparato digestivo. Es posible también que mejore algunas comorbilidades como la ansiedad por la formación de péptidos y ácidos grasos de cadena corta que son precursores de serotonina. La serotonina está implicada tanto en la digestión (es responsable del movimiento intestinal) como en la depresión y ansiedad. Pero, eso no significa que el transplante de microbiata fecal sea un tratamiento contra el autismo, dado que el autismo es una condición, no una enfermedad y está regulado por una serie de genes. Ahora no tenemos la tecnologÃa para realizar cambios epigenéticos en ese nivel.
En el fondo de todo ello rezuma un cierto supremacismo, de la persona sana, de la persona no autista, un escalón más y nos podemos ir a la persona aria… Los humanos somos y seremos imperfectos. Y en algún momento de nuestras vidas seremos, si ya no lo somos, limitados, indefensos, discapacitados, en mayor o menor grado, de eso podemos estar segur@s. Pero estamos en el culto al individualismo, algo hay en cada persona mal que hay que arreglar para que todo esté bien. Y nos olvidamos de lo colectivo. Cierto que de nada vale un transplante de micobiota si no se solucionan los desórdenes de la alimentación. Vamos un poco más allá y podemos encontrar que de poco vale una buena alimentación si el o la autista vive en un entorno hostil desregulado sensorialmente. Y podemos avanzar y la cosa se complica aún más si esta persona convive en un ambiente humano poco comprensivo y intolerante. Ya no te digo si las polÃticas públicas están ausentes en el tema de los cuidados y la protección social, porque sea más prioritario atender al lucro de la iniciativa privada, del totem capitalista que se empeña una y otra vez hacerse omnipresente en nuestros destinos y hasta en nuestras conciencias.
Es sólo esta la opinión de un imperfecto y inacabado humano que además es autista. Saludos
Como.siempre, impecable