Lo mejor del año 2011 en investigación sobre Autismo

Durante el 2011 hemos intentado hacernos eco de los avances más importantes en lo que a investigación se refiere. Y realmente el año ha sido intenso, con una gran cantidad de estudios de gran interés. Basados en diversos campos, todos estos estudios nos ayudan a comprender mejor los “por qués” que cada día las familias se formulan. A su vez, los avances de la ciencia nos ayudan a diseñar mejores modelos de intervención, o a desechar aquellos que han demostrado ser ineficaces. En la misma línea cada día comprendemos un poco mejor los desordenes que aparecen a nivel del propio cerebro, los cuales no solo explican determinadas conductas, nos dan pautas para intervenir mejor supliendo de forma temprana las carencias. Y aunque seguimos sin saber a ciencia cierta cual es el origen del Autismo, si tenemos cada día más pistas que nos dan datos sobre causas posibles, de forma que cada vez se estrecha más el cerco.

Y dado que ha sido un año intenso, hemos hecho una clasificación de los diferentes artículos que hemos publicado para facilitar la tarea. Desde el primer día hemos intentado que estos artículos fuesen lo más comprensibles posibles, quizá no lo hayamos logrado en todos los casos, pero a veces trasladar estudios sobre temas específicos y bastante complejos resulta algo difícil. No obstante, esperamos haber sabido transmitir de forma clara el significado y relevancia que estos avances han supuesto.

Fármacos:

Realmente se llevan la peor parte, la práctica totalidad de estudios nos hablan de efectos secundarios. El uso de la medicación psiquiátrica en niños es un tema complejo y controvertido, por ello hemos dedicado bastante trabajo a intentar hacer que este tema llegase de forma clara y directa, para así dar una información útil, que fuese de ayuda a la hora de tomar decisiones sobre este aspecto. Es habitual que en la consulta el médico extienda la receta, nos diga la dosis a darle al niño y poco más. Muchas veces se soslayan los innumerables efectos secundarios que este tipo de fármacos producen. Tener acceso a este tipo de información es de gran utilidad para poder, por una parte, hacer preguntas concretas al médico o, tener suficientes datos para que la decisión sea tomada por consenso y no por imposición médica.

Genética:

Todo un mundo de avances. Cada vez se encuentran nuevas pistas que nos ayudan a la comprensión del autismo. En la actualidad se están llevando a cabo numerosos estudios para intentar descubrir cual es la parte que se ve afectada en el autismo. La verdad es que a día de hoy sigue siendo un misterio y existen muchos datos que apuntan en muchas direcciones. No podemos pues como en otros Síndromes ir a buscar un fallo determinado en un gen determinado, en el Autismo lo que ya sabemos es que no hay una causa única.

Cerebro:

Nuevos avances en la comprensión de los procesos bioquímicos y la fisiología que regulan la función cerebral. Estos descubrimientos también son de gran importancia, ya sabemos que los niños tienen un exceso de neuronas (que por cierto, va en contra de las teorías de las vacunas y la destrucción neuronal). Que la programación para la eliminación selectiva de estas neuronas sobrantes no funciona bien. También sabemos que algunos de los procesos bioquímicos presentan ciertos “fallos” y que estos están relacionados con determinadas conductas.

Tóxicos:

Las evidencias no dejan de amontonarse. Y aunque quizá esto debiera ser una subcategoría de la parte medioambiental, hemos preferido darle entidad propia. Existen ya muchas evidencias que nos indican que los tóxicos juegan un papel importante en los trastornos del neurodesarrollo y también en el desarrollo de muchas enfermedades. En muchas regiones con altos niveles de contaminación el Cáncer presenta elevadas tasas de incidencia. Los tóxicos afectan a nuestra información genética, la cual, al transmitirse a nuestros hijos presenta “fallos”, los cuales se muestran ya sea por problemas del neurodesarrollo, malformaciones, enfermedades crónicas o bien, provocan la aparición de nuevas enfermedades.

Epidemiología:

Los datos sobre prevalencia suben y bajan en función de las fuentes. Pues aquí algunos de los datos más relevantes del año. Conocer las cifras es de gran importancia a la hora de establecer políticas sanitarias y educativas adecuadas, así como a reflexionar sobre los orígenes de el aumento del número de personas con este tipo de trastornos.

Epilepsia:

La epilepsia es una comorbilidad bastante frecuente en el autismo. Entender como actúa y como tratarla es uno de los factores básicos para ayudar a las personas con autismo que tienen esta enfermedad.

Medioambiente:

Las causas medioambientales están “de moda”. Y es que el hecho de estudiar el autismo desde diversos puntos de vista implica estudiar el modelo ecológico, de verlo desde todos los puntos de vista. Este nuevo modelo hace que cada vez tengamos datos más certeros sobre qué aspectos pueden ser detonantes en el autismo, y de esta forma, trabajar para evitarlos.

Terapia e intervención:

Hemos dedicado bastante espacio a este aspecto. Por una parte a desechar modelos de intervención que o se ha demostrado que no funcionan, o cuya eficacia es más que cuestionable. De esta forma el tratamiento con Cámaras Hiperbáricas ha demostrado no ser eficaz. Que el famoso asunto de las dietas esté más relacionado con factores del aparato digestivo que con el autismo en sí mismo. Habida cuenta de que este tipo de problemas gastrointestinales afectan a toda la población en la misma medida. A su vez ya existen las primeras validaciones para TEACHH y LEAP en la intervención. También se han presentado las primeras evidencias sobre la importancia de la Integración Sensorial en al intervención del autismo. En el aspecto visual, cada vez comprendemos mejor las diferencias que las personas con autismo tienen, y eso nos ayuda a mejorar la forma de intervenir. Y nuevamente la inteligencia, cada día se hace más evidente que el tópico de autismo y discapacidad intelectual es un error.


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