La exposición prenatal a pesticidas se asocia a un menor nivel de cociente intelectual en niños

Ya el 28 de febrero publicamos un completo artículo abordando este tema, donde incluimos una completa información sobre estudios ya publicados al respecto de la causa/efecto de los químicos presentes en los pesticidas y el efecto en el desarrollo neurológico de los niños. El pasado día 21 de Abril se publicó un nuevo estudio, que viene nuevamente a aportar más evidencias en esta línea de trabajo.

Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Berkeley y de la Universidad de Montreal han puesto en evidencia la asociación entre la exposición prenatal a pesticidas organofosforados -que han sido largamente usados en la agricultura- y un bajo nivel de desarrollo intelectual en niños.

Según los datos del estudio, madres que presentaban un nivel superior al 20% en orina de metabolitos de organofosforados presentaban 7 puntos menos de CI frente a niños cuyas madres habían sufrido una baja exposición.

Según Maryse Bouchard (Es investigadora del CHU Sainte-Justine y asociada al departamento de salud medioambiental y de seguridad en le trabajo de la Universidad de Montreal) “Estas asociaciones son importantes, especialmente cuando se examina la pirámide poblacional. Esta diferencia puede significar de promedio, más niños con dificultades de aprendizaje y por tanto más niños con necesidades educativas especiales”.

El estudio de la Universidad de Berkeley forma parte de un grupo de tres artículos que muestran la conexón entre los perticidas y el desarrollo intelectual y que ha sido publicado el 21 de Abril en Environmental Health Perspectives. Los otros dos estudios fueron efectuados por: EL centr4o Médico Mount Sinai (donde se examina la población de la ciudad de Nueva York), mientras que el de Berkeley se enfoca en los niños de la población de Salinas, en el condado de Monterrey, California.

El estudio del Monte Sinai verificó la concentración en orina de las madres de los metabolitos de los pesticidas, mientras en la Universidad de Columbia se basó en las concentraciones de chlorpyrifos en la sangre del cordón umbilical.

Estos estudios vienen a confirmar que no solo en zonas rurales existe una afectación directa del uso de pesticidas, también en zonas urbanas. Aunque si bien es cierto, determinadas zonas rurales los niveles de compuestos químicos son más elevados que en zonas urbanas por motivos de exposición directa en el momento de la aplicación de los pesticidas. A su vez, la forma de “intoxicación” en zonas urbanas, está mucho más relacionada con la ingesta de alimentos que con la propagación aérea de este tipo de compuestos. No obstante, en determinadas zona urbanas, se observó que el nivel de tóxicos era igual que en algunas zona rurales, esto puede estar relacionado con la presencia de grandes zonas verdes donde los servicios de jardinería de la ciudad usan este tipo de compuestos en la prevención de plagas. Al ser transportados por el aire, afectan de forma directa a todos aquellas personas involucradas en el uso y administración de las sustancias como aquellas personas que viven en zonas cercanas a las zonas de intervención con plaguicidas. Y por otro lado, el uso de pesticidas de forma intensiva en los cultivos y que acaba entrando en la cadena de alimentación.

El estudio se inicia en 1999 con la recolección de datos, desde el embarazo a la infancia. Un estudio de cohorte de este tipo, nos da una gran robustez en los datos obtenidos, y nos muestra como la conexión entre los pesticidas organosfosforados y otros compuestos usados en los pesticidas intervienen de forma directa en la reducción del cociente intelectual de los niños. Debido al tipo de estudio, no se puede especificar qué tipo específico de pesticida es el que presenta mayores niveles de incidencia, o si existe una predisposición genética a que este tipo de compuestos afecten en mayor medida a unos niños u otros, o, si por el contrario, es el propio pesticida el que altera la genética y produce este tipo de retraso en el desarrollo neurológico del niño.

El debate sobre el uso de pesticidas y su impacto sobre la salud medioambiental y por extensión en la salud humana, viene de lejos, desde el ya tristemente famoso DDT a los piretroides usados en la actualidad. Otro de los factores a tener en cuenta, es que este tipo de compuestos son en muchos caso bioacumulables, y sumado a una mayor incidencia de la obesidad podemos deducir que, al ser estos tóxicos liposolubles, a mayor incidencia de la obesidad en la población (Y los EE.UU. son una claro ejemplo) mayor nivel de tóxicos almacenados en el organismo y mayor probabilidad que estas alteraciones eleven su incidencia.

En el debate sobre el por qué la prevalencia de los desordenes del neurodesarrollo ha aumentado tanto, se habla por una parte de un mejor diagnóstico y por otra de una posible conexión genética de este tipo de trastornos. Lo que no se encontraba era la relación causa efecto que disparase la afección genética o la predisposición genética. Esta es sin duda una prueba de gran valor, basada en protocolo científico, con evidencia, con estudios de cohorte, con un análisis intenso. Y posiblemente, este problema, tampoco sea el generador del 100% del aumento de casos, también vimos como el uso de oxitocina sintética puede estar directamente relacionado con este tipo de desordenes. En cualquier caso, las evidencias nos dicen que la causa es puramente humana, no existe un factor de casualidad o probabilidad de cambio genético. Nos encontramos con pruebas de peso, que se alejan de las teorías absurdas de la vacunas (En Dinamarca jamás se usaron conservantes con base de mercurio ni aluminio, y las vacunas son monodosis, y sin embargo, la prevalencia de este tipo de trastornos es exactamente la misma que en otros países), también las teorías sobre el gluten y la caseína, que jamás nadie ha podido demostrar, salvo en casos evidentes de una alergia o intolerancia, donde curiosamente, la incidencia de este tipo de desordenes del aparato digestivo no tienen relación ninguna con los desordenes a los que hacemos relación.

Mucha gente necesita saber el origen, pues de momento hasta aquí podemos llegar a día de hoy. Hay relaciones ya probadas que son disparadores de estos desordenes, ero tampoco se puede probar que el 100 % de los casos estén directamente relacionados, aunque sí podemos afirmar que las causas aquí expuestas sí tienen relación, al igual que hay una relación entre tabaquismo y cáncer, y sin embargo no todos os fumadores desarrollan un cáncer.

Enlaces y documentos relacionados:

Prenatal Exposure to Organophosphate Pesticides and IQ in 7-Year Old Children

Prenatal Exposure to Organophosphates, Paraoxonase 1, and Cognitive Development in Childhood

7-Year Neurodevelopmental Scores and Prenatal Exposure to Chlorpyrifos, a Common Agricultural Pesticide

Pesticidas: Evidencias científicas de su relación con desórdenes neurológicos y autismo

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Descarga los estudios citados en este articulo


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