A los padres del chico que piensan que mi chica es “rara”

No soy sólo una mamá: soy un oficial de policía, detective, analista, lector de la mente, guardaespaldas y más. Y me preocupan cada segundo las reglas no escritas de la interacción social, porque mi hija, en el espectro del autismo no las entiende. Ella es muy auténtica, no tiene filtro y puede hablar desde su corazón (cosa que no podía hacer hace cinco años). En un mundo diferente, sus expectativas de vida y sus reacciones a la sencilla belleza del universo serían muy bien acogidas. Pero no en nuestro mundo.

El domingo pasado, en la piscina en el complejo de apartamentos, trato de hacerle entender que no fue invitada a una fiesta de cumpleaños. Yo uso palabras claras, llenas de amor. Ella dice: “Está bien, mamá”, pero todavía quiere ir a explicarle a los niños porqué no fue invitada. Trato de desviar su atención a otra cosa y me preparo para la posibilidad de un berrinche.

Esta vez, no hubo crisis, no gaste energía extra. Alivio. Ella está, finalmente, en la piscina, y quiere interactuar con los niños. Ella le pide a todos ellos, “¿Puedo jugar contigo?” Todos dicen que no. Ella grita, “mamá, no quieren jugar conmigo.”

Yo digo (con un corazón roto, como un disco rayado), “Mi vida, esto pasa, y sólo hay que seguir intentando”.

Con gran desesperación, queriendo llamar la atención de alguien, le dice a uno de los muchachos, “¡Me quiero casar contigo!” Ella tiene 8 y se comporta como una de 15 en este momento.

El niño corre y dice: “¡Esta chica está loca!”

Ella es implacable y corre tras él recordándole lo que acaba de proponerle. Ella me mira con la sonrisa más astuta – entiendo, ella está divirtiéndose y desea recordarle a todos, las chicas somos únicas. Y para recordarme que la etiqueta que le impone la sociedad, el diagnóstico y los retos no detendrán su espíritu implacable y el deseo de ser uno de los niños. En este momento, más que nunca, estoy más que orgullosa de mi hija.

Así pues, querido padre de un niño sin etiqueta, sin diagnostico, hable con su niño, responda sus preguntas, elimine el miedo existente a lo desconocido. Más que nada, que sepa que mi hija no es “rara”, mi hija no está “loca”, y mi hija no es “insoportable”. Mi hija es una niña como cualquier otra.

Sobre la autora:

Yadira V. Calderon
Clearwater FL USA
Madre de Thomais Moshopoulos
AUTISM: THE HAPPY KINGDOM
AUTISMO: EL REINO FELIZ

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