El apocalipsis legislativo en la atenciĆ³n educativa del autismo

En la actualidad vivimos una distopía legislativa en lo que se refiere a la atención de las necesidades educativas especiales y de la atención a la diversidad, y el autismo no es una excepción. Los países hispanos en general están inmersos en un proceso caótico de reformas educativas, reformas que tienen un carácter más político y sectario que puramente educativo. Y ahora, hasta se ha puesto de moda el proponer leyes para la atención del autismo.

Ya hace algún tiempo explicaba el por qué de mi rechazo a la creación de leyes específicas para autismo, ya que aunque entiendo la motivación, creo que promover leyes exclusivas va justo en contra de lo que los colectivos que defendemos la neurodiversidad estamos pidiendo. Pedimos derechos para todos pero promovemos leyes para algunos. Es incoherente del todo punto, aunque quizá resuma que el problema no es de los gobernantes, sino de los gobernados. Sobre este particular leía un interesante artículo de Jesús Fernández-Villaverde titulado «¿Y si la culpa es de los Españoles y no de nuestros políticos?», donde trae a colación un importante aspecto, las normas sociales que tenemos. Estas normas sociales, reflejadas en un estupendo estudio de Raymond Fisman y Edward Miguel, donde muestra, a través de la conducta de los diplomáticos de Naciones Unidas en Nueva York, estas normas sociales, basándose sencillamente en las multas de tráfico, multas que los diplomáticos estaban exentos de pagar. De este estupendo artículo les incluyo un breve extracto, aunque les recomiendo su lectura completa:

Fisman y Miguel se dieron cuenta que mirar cuántas multas de aparcamientos recibían los diplomáticos de cada uno de los 149 países para los que había datos era una manera de medir las normas sociales de cada país. En primera aproximación, si un diplomático no tenía multas era porque su normal social limitaba su comportamiento (es verdad que podía haber un castigo en su país de origen, pero este mecanismo es probablemente muy débil en la práctica).

Fisman y Miguel descubrieron que los diplomáticos más corruptos eran los de Kuwait: 249.4 multas no pagadas por año por diplomático entre 1997 y 2002. Que te pongan 249.4 multas de aparcamiento en un año tiene mucho mérito. Los diplomáticos probablemente no pasaban el año entero en Nueva York (vacaciones, viajes, etc.) y antes de 9/11, en domingo era fácil dejar el coche en Manhattan donde uno quisiera sin excesivo riesgo de multa. En la práctica los diplomáticos de Kuwait conseguían más de 1 multa al día.

En el otro extremo Fisman y Miguel encontraron a los de siempre (Daneses, Noruegos, Suecos) con 0 multas y un grupo un poco curioso (Grecia, Omán, Jordania) también con 0 multas, aunque quizás estos países tuviesen explicaciones sencillas (¿no tenían coches? ¿un embajador muy serio? ¿la embajada pagaba la multa por ellos? ¿tenían aparcamientos reservados?).(SIC)

Básicamente, las normas sociales condicionan fuertemente la respuesta social, y por ello, las leyes pueden ser un efectivo sistema de control en sociedades donde la norma social es “relajada”. Por ejemplo, las infracciones de tráfico: En España a raíz de una serie de medidas sancionadoras se ha conseguido que el número de muertos en accidente de tráfico haya descendido, pasando de 6.378 muertos en 1993 a 1.131 en 2014 (Datos obtenidos de la DGT). Por supuesto que no solo las sanciones influyen, también influye la calidad viaria y de infraestructuras, la edad de los automóviles,…, pero sí es cierto que el parque móvil también ha aumentado, pasando en 1993 de unos 17,8 millones a los casi 31 millones del 2014. Pero en este caso, a pesar de las normas sociales imperantes, el miedo a la sanción ha supuesto un importante acicate en este cambio de la norma. Cada vez se respetan más las normas de circulación, no tanto por responsabilidad social como por el miedo a la multa, y este cambio ha generado a su vez ese importante descenso en los fallecidos. Es decir, que necesitamos de un buen palo para cumplir la ley y cambiar la norma.

Desde 1976 hasta hoy en España hemos tenido, si no estoy equivocado, 18 Ministros de Educación, y una larga lista de desastres legislativos destinados a no sé qué reforma educativa destinada a conseguir vaya a saber usted qué propósito educativo. Y es que la LOMCE se unirá a la LOECE, la LODE, la LRU, la LOGSE, la LOPEG, la LOCFP y la LOE a la lista del absurdo educativo, ya que además, y tal como viene el panorama político, el año que viene se meterá al horno otra nueva ley de educación y la LOMCE dormirá el sueño de los justos. Que si va a ser como las últimas, pues ya las derogamos todas, nos vamos a la Ley General de Educación de 1970 y volvemos a empezar. Y es que en lo referido a la atención a la diversidad hemos ido de parche en parche, y seguimos haciendo lo posible para que el niño que de mucho trabajo lo mandemos a educación espacial (Uys, perdón, quería decir especial). Y es que tenemos un problema serio y muy grave de norma social, que no sólo en España, sino en todos los países hispanos.

Es patente que tenemos una gran asignatura pendiente, y es la educación, pero claro, hablar de leyes educativas en países donde las leyes -en general- están para hacer bonito y ser incumplidas de forma sostenida por las propias administraciones públicas o por los millonarios (osea, los jefes del Presidente del Gobierno de turno, no olvidemos que un “presidente de gobierno moderno” está a las órdenes de su amo), pues puede sonar como a broma. No hace mucho, reunido con un político español, con quien departía sobre la importancia de hacer cumplir la ley, el tipo casi se cae de la silla de la risa y dijo “¡Pero si no se cumple ni la Constitución, cómo quieres que cumplan las leyes!”, ¡y se quedó tan ancho! Esa es nuestra norma social. Esta es la triste realidad.

Sin embargo existe un tímido movimiento de enfrentamiento hacia el establishment educativo, que cada día cala más hondo y que (gracias también a que les tocaron el bolsillo) movilizó a una parte importante (que no a todos) de los profesionales de la educación. Y es que quizá los propios profesionales de la educación debían haber sido los primeros en mover su orondo trasero de la silla, pero en vez de eso han sido los últimos, Marca España. En cualquier caso, la LOMCE, que -al igual que todas las leyes anteriores de educación- es una basura que no sirve para nada (educativamente hablando) es un fiel reflejo de la incapacidad manifiesta de llegar a un consenso, de escuchar a quienes saben de educación. Y es que no hace demasiado ya preguntábamos ¿Quién asesora a los gobiernos en educación?, y es que el penúltimo ministro español de educación, un tal Wert, que empezó su carrera política militando en las filas Izquierda Democrática y acabó de ministro del Partido Popular pues ya lo dice todo. Es la norma social. Quienes van cambiando de chaqueta ideológica en función de sus necesidades personales. No cambian de ideología por algún convencimiento o revelación, lo hacen por lo que lo hacen todos, por dinero y poder.

Pues este movimiento incipiente de rebelión ante los modelos educativos actuales, basados en nadie sabe qué, que no tienen realmente un propósito destinado a la mejora de la calidad de la educación social, sino a mantener a niños un montón de horas en un colegio para que sus padres puedan trabajar como locos para con dos salarios intentar llegar a fin de mes (eso sí, a duras penas). Y es que parece que los centros educativos se han convertido en centros de guarda, algo así como corrales, y no tanto en lugares donde debe darse el cambio social, donde debe darse ese revolcón al paradigma social actual. La escuela no actúa como un impulsor de cambios, y ese debería ser uno de sus propósitos, la escuela debe evitar que nuestros niños de hoy mantengan la horrible norma social que impera en la actualidad y que nos convierte en sociedades de baja catadura moral e intelectual, en sociedades donde los programa con mayor audiencia son la telebasura. Son esos programas que luego nadie reconoce ver pero que son los de más audiencia.

Pero lo que luego nuestra sociedad no ve es la DISCRIMINACIÓN de niños con necesidades educativas especiales (NEE), y lo curioso es que los niños que tienen NEE están amparados por una larga lista de leyes, reglamentos, normas, protocolos,…, que no sirven para nada cuando a la primera de cambio se quitan de encima al niño. Obviamente esto no sucede en todos los colegios, no es bueno generalizar, pero sí sucede en la mayoría de los colegios, y sucede en la mayoría porque es parte de nuestra norma social.

En resumen, tenemos leyes que protegen pero que no se cumplen, leyes de educación que no acaban de definir exactamente nada, modelos educativos inadecuados, muchos profesionales de la educación mal formados, con poca motivación o frustrados, o sencilllamente que se dedican a la docencia como se podían haber dedicado a la ebanistería. Pero además tenemos familias que no hacen nada, bueno sí, se quejan mucho y critican a los pocos que sí hacen algo, pero en resumen, no hacen nada, funcionarios que hacen poco, y una sociedad que está viendo la televisión. Esto es en suma un panorama que va cambiando, despacio, pero cambia. Cada vez hay más familia que SÍ hacen algo, mas funcionarios que SÍ hacen mucho, y una sociedad que sigue viendo la televisión. No me sean tan optimistas, las sociedad sigue embobada con su ración diaria de soma.

La educación para la libertad debe comenzar exponiendo hechos y anunciando valores y debe continuar creando adecuadas técnicas para la realización de los valores y para combatir a quienes deciden desconocer los hechos y negar los valores por una razón cualquiera.” Aldous Huxley (Nueva visita a un Mundo Feliz – 1958)

Y esta situación, de sobras conocida, genera un inmenso desamparo social a los alumnos con autismo, o con Síndrome de Down, o con TDAH, o con dislexia, o con superdotación intelectual, o con lo que sea que los haga diferentes, y aunque esto es conocido, la norma social sigue empujando al inmovilismo, a que nada cambie, y en estos días he estado viviendo -casi en directo- las peleas de varias familias en diferentes lugares de España para preservar los derechos de sus hijos, y esos derechos estaban siendo pisoteados por funcionarios púbicos (y si algún funcionario público se siente ofendido por que él no es así, pues que bien, pero los demás sí hacen estas cosas) que en el fondo son conscientes de que lo que hacen está mal, pero son unos mandados, su opinión no importa, ellos son conscientes de que recomiendan la segregación y al discriminación de niños por puros motivos económicos, saben sobradamente que no hay motivos técnicos, es solo dinero. Y ellos hacen caso a la voz de su amo (como los presidentes de gobierno), y actúan mal a sabiendas de que lo que hacen está mal. Pero no serán ellos los que se la jueguen, no son ni valientes ni héroes, ellos necesitan su salario para llegar a fin de mes y pagar lo mismo que todos. Pero forman parte del mecanismo sádico de destruir vidas de inocentes, de robar futuros, de eliminar derechos, realmente son cómplices, ¿y eso lo convierte en qué? Y este es el problema de la norma social, que nos afecta a todos pero nadie parece verlo ¿Hacemos un cambio? ¡No sea que al final la culpa sea del gobernado y no del gobernante!


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3 comentarios en Ā«El apocalipsis legislativo en la atenciĆ³n educativa del autismoĀ»

  1. Lo que estĆ” claro, es que la legislaciĆ³n no sirve, porque no se ajusta a la realidad. Esta fue la frase que dije al Inspector de zona cuando vino a mi colegio a revisar los ahora famosos PTI (documento de adaptaciĆ³n del curriculum, que parece que por sĆ­ mismo vaya a salvar los problemas de todos nuestros niƱos con dificultades). El seƱor me mirĆ³ como si yo hubiera perdido la cabeza. Con mucha educaciĆ³n. le planteĆ© una situaciĆ³n que se dio en una clase de EducaciĆ³n FĆ­sica, en un grupo de tercero de Primaria, donde hay un niƱo con TEA y una niƱa con SĆ­ndrome de Down. Al finalizar le preguntĆ© quĆ© soluciĆ³n me daba la legislaciĆ³n. Me mirĆ³ y contestĆ³: “tiene usted razĆ³n, a veces la ley no se ajusta a la realidad, buenos dĆ­as ” y rĆ”pidamente se marchĆ³. Me quedĆ© con sensaciĆ³n de vacĆ­o, de estar sola en mi realidad, de que el Ćŗnico derecho que habĆ­a podido ejercer, era el del pataleo. Ā”CuĆ”nto camino nos queda por recorrer! Y lo peor de todo, es que los que los abren ( polĆ­ticos), no saben por dĆ³nde han de trazarlos ni cĆ³mo, porque nunca escuchan a los que han de transitar por ellos.

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  2. Gracias Daniel por tus artĆ­culos, quĆ© dicen tanta verdad en tan pocas lĆ­neas…! Y si juntamos todos los tratados, leyes y constituciones escritas, ves que todas son un fraude…!

    En un mundo libre son las normas de convivencia para todos y Āæpara quĆ© las leyes…? Si los que las imponen son los que no las cumplen…! Mejor no tener leyes…, quĆ© tener leyes injustas…!!!

    L’avi Manel #YOSOYAUTISTA

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  3. La verdad es que sentĆ­ que el articulo estaba enfocado en la realidad de MĆ©xico. Asusta pensar que esto estĆ© pasando en todo el mundo. Lo cierto es que en MĆ©xico llega una ley de educaciĆ³n con cada nueva administraciĆ³n (peor aun cuando estamos en plena “reformitis”). Por un lado, creo nos queda visto que las “modas educativas” como la “escuela de tiempo completo” parecen hechas para que las escuelas se conviertan en guarderĆ­as de la clase trabajadora. ĀæCĆ³mo es posible que un niƱo de escuela bĆ”sica asista a clases siete horas diarias y tenga tarea para ocuparse tres horas por la tarde? En nuestra generaciĆ³n cinco horas de escuela y media hora de tarea era suficiente. ĀæQue tiempo le estamos dejando al niƱo para pasear, ver algĆŗn cartoon, o simplemente jugar? Ya no les dejamos tiempo para jugar, y el juego es el mejor instrumento que tenemos para que desarrollen la creatividad y el desarrollo social. Adicionalmente el nuevo esquema educativo complica en mucho la integraciĆ³n que buscamos de los niƱos con necesidades educativas especiales.
    Por otro lado. Me resulta evidente la polĆ©mica jurĆ­dica que se ha desatado en MĆ©xico por la promulgaciĆ³n de una ley para la protecciĆ³n y atenciĆ³n de personas con TEA. Se nos alega que la ley es innecesaria, puesto que la protecciĆ³n de este grupo de personas ya esta contemplada en los tratados internacionales sobre personas con discapacidad que MĆ©xico tiene firmados, y que por lo tanto son supraconstitucionales. Sin embargo, lo cierto es que vivimos en un paĆ­s donde esos derechos basados en tratados internacionales se considera solo enfocados a obligaciones del sector pĆŗblico. Esto es, por ejemplo, que una persona con autismo tiene derecho a ser admitido en una escuela pĆŗblica, porque el tratado habla de “derecho a recibir la educaciĆ³n que imparte el gobierno”. Por lo mismo las escuelas particulares se lavan las manos y con las manos a la cintura se niegan a prestar el servicio. Lo se porque hemos sido testigos y vĆ­ctimas de esa conducta. Ahora, con la nueva ley para la atenciĆ³n y protecciĆ³n a personas con TEA que se legislĆ³ en MĆ©xico, esperamos que acontecimientos de ese tipo ya no se presenten.
    Adicionalmente, la nueva legislaciĆ³n estĆ” obligando al gobierno mexicano a destinar recursos para la atenciĆ³n de personas con autismo en los rubros de salud, educaciĆ³n y trabajo. Y a raĆ­z de ella nos ha sido evidente como los gobiernos federal, estatal e incluso municipal estĆ”n sondeando proyectos e instituciones de asistencia de apoyo a personas con TEA para apoyarlos con fondos pĆŗblicos. Algo que se buscaba desde hace tiempo y no se habĆ­a logrado.
    Como comentĆ³ alguna persona cuando se hizo referencia a Ć©sta polĆ©mica: la ley de autismo de MĆ©xico no es perfecta, pero es mejor que no tener nada.

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