Mi visión sobre la cura del autismo

Mi padre era médico y tengo bastante bien claro a que se dedicaba, de hecho, estudié medicina unos semestres para complacerlo y cambié de carrera para estudiar Psicología. De hecho, soy profesor emérito de una Universidad en la Cátedra de Psicología Clínica por 25 años.

Mi profesión es ser terapeuta y originalmente mi “de-formación” era Psicoanalista, con los fundamentos de que había personas que padecían Neurosis, Psicosis y otras “enfermedades de la mente”. Trabajé en un hospital durante 10 años en el Servicio de Psicología.

Y con estos antecedentes, mi atención fue capturada por el autismo y desde hace 45 años lo vivo y lo estudio.

¿Se cura el autismo?

Conozco casos que creen estar curados, y conozco casos que reconocen ser autistas con mucho orgullo. Una variable importante es hablar de la trayectoria del desarrollo que no es una constante, que en algunos casos desde la adolescencia tardía empiezan a salirse de los criterios diagnósticos del DSM 5, y entonces habría que cuestionarse si ha desarrollado un buen camuflaje, o se ha curado del autismo, o bien lo ha elaborado e integrado sanamente como una condición o identidad autista a mucho orgullo.

La trayectoria de algunos autistas no es un camino fácil y generalmente conlleva ansiedad y desgaste emocional importante en las familias. En ese sentido es que se puede pensar que algunos no se curan siguen siendo autistas posiblemente asociado a la etiqueta de un nivel 2 y 3 todavía etiquetados con la palabra Trastorno del Espectro Autista. Esto es identificando déficits y excesos en la socialización, comunicación, conductas e intereses, el valor del DSM 5 (APA 2013), puede verse como un documento que establece que grado de atención requiere la persona, pero también es cierto que es un documento creado por la sociedad que incurre en provocar en la sociedad la idea de que el autismo es una enfermedad psiquiátrica.

De acuerdo con lo anterior, es que la perspectiva clínica del autismo en cuanto a cura se tiene que contemplar no como una respuesta de SI o NO. Ante este planteamiento ha surgido la voz en primera persona: autistas indignados por tal atrocidad de una sociedad discriminadora excluyente, pero estos autistas no quieren creer en la ciencia, que detrás de cada persona autista hay una base neurológica, genética subyacente que los hace diferentes y que no todos desarrollan la voz, la autosuficiencia, la autogestión de su vida y permanecen dependientes de niveles de ayuda muy sustanciales, que bien pueden estar señalando cierto grado de discapacidad.

En este aspecto, la postura de la neurodiversidad es un antídoto que intenta romper con la dualidad atípicos vs neurotípicos, pero la realidad supera a este intento igualitario de todos estar en la misma Matrix, aunque en esencia marca que todos somos diferentes. Por supuesto que no se puede evitar hablar de estar curado o enfermo de acuerdo a la neurodiversidad, no hay cura porque no hay enfermedad…

¿Se puede curar el autismo en las familias?

En Terapia Cognitivo Conductual (TCC) nos orientamos a que la persona que nos consulta cambie y desarrolle nuevas creencias. Las creencias que tienen las familias pueden ser enfermizas y causa de enfermedades, entonces es posible curar del sufrimiento a las familias reorientando sus creencias y acompañándolas en sus sentimientos, reorientándolos hacia la salud mental y la funcionalidad de la familia.

Se puede plantear que el autismo no es una tragedia sino un desafío, y que de las familias depende curarse de lo que piensen del autismo.

De una forma más compleja la TCC se postula no como una terapia para curar el autismo, sino un acompañamiento para que el autista elabore el diagnostico, reconozca su autismo no como una enfermedad sino como una condición que no se cura, pero que se puede aprender a vivir con ella.

No pretendemos cambiar a la persona empáticamente y con mucho respeto lo acompañamos lo guiamos, lo cuestionamos para que él desarrolle su identidad como autista con sus propias creencias y no las de una sociedad que lo enajenan.

Hay autistas más vulnerables que hay que curar, pero no de su autismo, sino de padecer experiencias acumuladas de muchos años que finalmente se manifiestan en trastornos de ansiedad, depresión que drenan su vida.

Hay autistas que son reaccionarios, que se volvieron o la sociedad los volvió desafiantes. A estos autistas la sociedad los contempla como antagonistas y las instituciones y las familias quieren que los curemos, quieren que los cambiemos se conviertan en normales, pero creo que lo deberíamos curar es la sociedad.

La cura y el mindfulness

Por último, y aunque pudiera seguir escribiendo en una perspectiva muy amplia de lo que significa curar, en el mindfulness -que actualmente practico- estamos enfermos de un YO que no existe y se sufre en la vida tratando de protegerlo o promoverlo.

Hablamos de que la persona desarrolle atención plena, sin juzgar para no reaccionar en el presente, desarrollar una conciencia clara que no se vea eclipsada por las impurezas de la mente. Pensamientos tóxicos recurrentes que generan sufrimiento, miedo, ansiedad, depresión, consecuencias en el cuerpo que se convierten en enfermedades.

El mindfulness no cura, enseña a descubrir el camino de la sanación. La persona desarrolla su propia conciencia y practica para encontrar la cesación del sufrimiento, el Dharma. He comprobado que el mindfulness es una opción de sanación para los autistas.

 

Acerca del Autor:

Dr. Carlos Marcín y Salazar

Doctor en Psicología Clínica, con 40 años de experiencia como Psicoterapeuta en niños y adolescentes.

Especializado en el Espectro Autista, actualmente en mi consultorio atiendo a personas con autismo.

Profesor Titular de Diplomados en Intervenciones del Espectro Autista que imparto actualmente en varios estados de la República Mexicana.

Fundador de la Clínica Mexicana de Autismo 1990-2015.

Como investigador realicé el Primer Estudio de Prevalencia del Autismo en México, patrocinado por un Grant de la Organización Autism Speaks.


Descubre más desde Autismo Diario

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Descubre más desde Autismo Diario

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo