Autismo: Cuando el agresor es el Estado, el culpable eres tĂș

Estos últimos días los titulares de prensa se han llenado con historias durísimas de agresiones y asesinato a personas con autismo. Se desató cierta ola de indignación, aunque no hay manifestaciones masivas, ni minutos de silencio, ni declaraciones institucionales.

Y si en estos casos esto no ha pasado, ¿qué pasa cuando el agresor es el propio Estado?  Cuando las administraciones Públicas son quienes están en el punto de mira, se produce un hecho milagroso, quien era la víctima, de repente, se convierte en culpable.

Esta es otra cara de la realidad de la violencia que las personas en el espectro del autismo sufren a diario, donde es el Estado el responsable de esas agresiones, pero NO hay responsables, solo la víctima, que cual historia kafkiana, se metamorfosea en el culpable.

Hoy traemos un testimonio, de una madre que, al igual que tantas otras, está en una lucha en solitario contra el Estado, una lucha de David contra Goliat, solo que a nuestro David le han quitado hasta las piedras.

Yo también necesito contar la verdad para seguir viva. Mi lucha contra el Estado.

Ana Belén Salas Chacón

Mi nombre es Ana Belén salas Chacón, soy madre de una adolescente de 17 años con autismo no verbal. Hago este escrito para la sociedad, para absolutamente todo el mundo, ya que no quiero que el sistema educativo falle con nadie una vez más, el sistema ya falló con mi hija y no quiero que el sistema falle con nadie más.

Necesito que me escuchen y necesito explicar lo que le pasó a mi hija en el colegio Rivera del Marco (antiguo San Francisco) de Cáceres, donde estaba escolarizada.  Porque no quiero que le pase a nadie más.

Necesito que el mundo sepa que después de haber denunciado este caso en un juzgado y que se haya sobreseído porque según el juez los testimonios y grabaciones donde se pudo oír como los miembros del equipo docente decían a mi hija cosas como: “¿a qué X no te pega?”,  “te tomas esto y a tomar por culo”, “ahora si te he pegado porque me pones nerviosa”, “que no se entere la madre lo que está pasando aquí en el aula porque si no nos vamos todos a juicio y no es plan cualquier cosa que pase se dice que ha sido cualquier niño en el recreo” o “pareces la niña del exorcista”. Por si esto fuera poco el cuidador del aula decía “Yo no quiero maltratar…”.

Enlaces de prensa y acceso a los audios, juzguen ustedes mismos:

https://www.antena3.com/noticias/sociedad/los-audios-de-los-profesores-que-presuntamente-maltrataron-a-una-menor-en-caceres-ahora-si-que-te-he-pegado-porque-me-pones-nerviosa_201805225b0428430cf2d7a52fbef4cc.html

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/los-audios-que-demuestran-el-maltrato-a-una-nina-con-autismo-en-un-colegio-te-pego-porque-me-pones-nerviosa_201805225b0465920cf2d7a52fbfabd2.html

Pues esto, y una barbaridad más que se pudo oír en las muchas horas de grabación y en los testimonios, no se consideró prueba de un delito de maltrato. Eso dice el juez. No tengo claro qué habrá que hacerle a una criatura con discapacidad para que un juez lo considere maltrato, ¿cortarle un brazo, darle latigazos, …? Ya que los audios, que se aceptaron como prueba y que nadie dijo que fueran falsos, demuestran las agresiones, pero es que también hubo testigos contándole al juez como a mi hija le tiraron del pelo con mala fe, entre otras lindezas. Pero la justicia, increíblemente dijo que no eran pruebas suficientes. El “ahora sí te he pegado” no parece indicar nada. ¿Por qué la justicia no es capaz de ver claro algo tan evidente?, debo ser tonta, pero a mí no me entra en la cabeza.

En un país donde hay una ley de violencia de género que permite que solo con el testimonio de una mujer, la policía se lleve a un hombre detenido porque se presume la veracidad de la denuncia de la mujer, pero cuando a quien hay que detener es a la Administración Pública todo es mentira. Algo falla en una sociedad así. Que un niño o niña con discapacidad sea maltratado para la justicia debe implicar que se haya grabado en vídeo con un notario y una declaración jurada de los miembros implicados afirmando que la maltrataron, y aun y así la cosa sería discutible, no sea que destapemos cosas que no conviene.

Ya que, desgraciadamente, mi caso no es un caso aislado y único. Veo como en otras partes de España sucede lo mismo. Niños y niñas con discapacidad cuyas familias detectan cosas extrañas, ponen grabadoras, y escuchan horrorizados los audios. Que luego van a un juzgado a denunciar y poco menos acaban siendo los culpables de su propio maltrato.

He tenido que soportar mentiras y comentarios muy dolorosos para una madre, sobre mi hija y por supuesto de mí misma. Tras 11 años de pelea contra un sistema que solo daña, la verdad, acabas agotada física y emocionalmente. Y lo más curioso, es que nadie suele apoyarte, ahí es cuando descubres la realidad, donde ves quienes son los que de verdad se preocupan y quienes son los activistas de sofá.

Que la gente sepa que, al igual que yo, otras familias que han pasado o están pasando por lo mismo, estamos en una lucha desigual, sin apoyos, y destrozadas. Viendo como nuestros hijos o hijas han sido maltratados por el Estado y resulta que los malos somos nosotros.

¿Cuándo habrá una ley que diga NO es NO para la gente con discapacidad? ¿Cuándo se va a creer a una niña o niño? Mucha ley y mucho discurso, pero a la hora de la verdad, los niños están desamparados cuando quien te agrede es el ESTADO.

Muchos globos azules y muchos amigos virtuales, pero a la hora de la verdad, pareces Gary Cooper, “Solo ante el peligro”. Dijo el sabio “el autismo no es importante hasta que te toca”, y qué razón tenía, yo añadiría “las agresiones solo le importan al que le toca”, es así de triste y esto es UNA VERDAD.

Lamentablemente la sociedad ya le falló a mi hija, y a unos cuantos más que han pasado idéntico calvario al mío. Pero ¿qué pasará con el próximo al que le pase? Porque va a seguir pasando ¿Quién creerá al siguiente? ¿Qué hará el juez, multar a la familia por quejicas?

Cuando un hombre pega a una mujer comete un delito muy grave, será duramente castigado. No se puede permitir ese tipo de violencia. Cuando la Administración Pública pega una niña o niño, la culpa es de la niña o el niño seguro, la violencia la provocó el niño. Esta es la pura realidad, ojalá no te pase nunca. Si te pasa, yo estaré a su lado, yo te apoyaré, yo daré la cara. Al menos, podremos llorar juntas, yo llevo mucho llorando sola.

Apenas hay mecanismos de protección eficaces ante situaciones de maltrato a niños con discapacidad, y los que hay son lentos y complicados, pero cuando el agresor es el ESTADO, la indefensión y desamparo es total. Si esta es la protección que ofrecemos a las personas vulnerables, si esta la seguridad que les damos, entonces digo que el sistema está fallando.

Esta es mi verdad, que ojalá no sea la verdad de nadie más, una verdad donde la agresión institucional está protegida por quienes se supone son la última línea de defensa de los ciudadanos. Al parecer la justicia es ciega, sorda y, además, injusta.

Esta es mi verdad, donde he visto sufrir a mi hija, donde yo misma llevaba a mi hija a diario al lugar donde sabía que la maltrataban, porque si no lo hacía, entonces era mala madre por no llevar a mi hija al colegio. Así funciona el sistema, si te sales del camino, te quitan a tus hijos, por intentar protegerlos de quien te los quiere quitar.

Hemos convertido el derecho a la educación en la obligación a la asistencia al colegio, lo de aprender se convierte en algo irrelevante, mi hija no aprendió a leer ni escribir en el colegio. Y todo esto sin considerar que a veces las circunstancias son tan especiales o diferentes como son los niños implicados. Se nos olvidó que el derecho a la educación incluye el respeto al niño. Nos quitaron un derecho y nos pusieron una obligación.

Esta es mi verdad, la que he vivido en los últimos 11 años. Donde he peleado contra gigantes, donde apenas he podido dar pasos adelante. Donde he descubierto que la gente, está más pendiente de sus problemas actuales que de evitar los futuros. La solidaridad más allá del sofá está sobrevalorada.

Esta es mi verdad, una en la que la justicia solo escuchó al Estado, donde culpó a una niña y exoneró a un grupo de adultos, esos que la mandaron “a tomar por culo” y que decían que “eres la niña del exorcista”. Por supuesto la culpa es de una niña.

Esta es mi verdad, ojalá no vuelva a ser la de nadie. Ojalá no se repitan estos casos, por eso yo cuento mi verdad, para que se sepa, para intentar que la gente entienda que desde el sofá no se resuelven estas cosas. Que este tipo de cosas son un síntoma de un sistema que no funciona, de un sistema que culpa a niños de su discapacidad. De un sistema que protege a los suyos pase lo que pase, que prefiere poner a la víctima a los pies de los caballos que sacar la verdad a relucir.

Esta es mi verdad, pero no la cuento desde el rencor, o desde la decepción. Cuento mi verdad desde la serenidad, hoy mi hija está a salvo. Cuento mi verdad para advertir a los demás, para alertaros, para que sepáis que esto es una realidad y a qué os vais a enfrentar. Que nos os pase como a mí, que me pilló todo de nuevas.

Esta es mi verdad, la cuento para evitar que mañana sea la tuya. Y si desgraciadamente también te pasa, yo estaré a tu lado.

Fdo.:

Ana Belén Salas Chacón

Activista a favor de las personas con discapacidad

Denuncias


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4 comentarios en «Autismo: Cuando el agresor es el Estado, el culpable eres tĂș»

  1. Indignante que la justicia no haya querido ver ese maltrato. No sé si esta madre ha apelado, yo lo haría. Tengo un hijo diagnosticado de TEA que también ha recibido malos tratos. En estos momentos tengo presentada una denuncia por vía penal. Espero que el juez la admita a tråmite y me moveré todo lo que pueda para que ni a mi hijo ni a otras petsonas les traten como despojos.

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  2. Hola soy de MĂ©xico, yo tengo a mi hijo con asperger tiene 14 años cuando tenia 7 me paso igual la maestra lo maltrato y algunos de sus compañeros y le detonĂł la depresiĂłn que es nuestro calvario yo acuse a la maestra como se tenĂ­a que hacer y todo como lo marca la ley y saben que paso. Nada porque mis pruebas no eran suficientes y no le hicieron nada a la maestra, a mi hijo le afecto demasiado y ya no estudiĂł la secundaria escolarizada, ya casi entera a la prepa pero ya no me va a volver a pasar, la prĂłxima vez voy a romperle su madre a la maestra en la salida y me voy a desquitarme de lo que le hagan a mi hijo porque para los pobres en MĂ©xico no hay justicia ya no voy a hacer lo correcto ahora voy a pelear por mi hijo aunque me digan o me pase otra cosa que sepan que mi hijo no estĂĄ solo y que aunque sea a golpes nadie mas lo va a lastimar 😭😭

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  3. Yo soy mamĂĄ de un autista nivel 1, y vivimos en Venezuela, dĂłnde el estado no respeta ni los derechos humanos de nadie ni de sus niños. Lo metĂ­ a un colegio de monjas donde yo egresĂ© tambiĂ©n de ahĂ­, y de buena fe lo ingresamos asĂ­. Desde que estaba en clases, las maestras le gritaban, bueno a todos, pero mi hijo por supuesto era y sigue siendo extremadamente sensible a los gritos, y desde ahĂ­, luego de un bloqueo y una crisis en el salĂłn de clases le empatamos a buscar diagnĂłstico, le dijeron en ese entonces que era dĂ©ficit de atenciĂłn, pero yo no le veĂ­a hiperactividad, le seguĂ­ buscando y empezĂł la psicĂłloga escolar a molestarlo a Ă©l, a mandar reuniones y buscar aliados ignorantes entre las maestras diciendo que el niño “tenĂ­a severos problemas mentales” asĂ­, tal cual. Me asesorĂ© y busquĂ© ayuda en el concejo de protecciĂłn al menor de mi municipalidad y afortunadamente, la abogada que llevĂł el caso tiene un hijo autista. La psicĂłloga querĂ­a que medicaramos al niño o que lo sacarnos del colegio, le dije que su neuropediatra no sugerĂ­a medicaciĂłn, y que si me mandaba a expulsar al niño que expusiera sus razones por escrito, en base a quĂ© estudios y que ademĂĄs me diera un listado de colegios mĂĄs convenientes para mi hijo. Hasta ahĂ­ llegĂł su molestia, pero igual seguĂ­a contra mi hijo desde el colegio. Cuando llevĂ© la abogada a la instituciĂłn, tuvieron que dar la cara maestras, coordinadoras y directiva, hablaron conmigo aparte como que debĂ­ de ser mĂĄs discreta y hablarlo primero con ellas, les dije que yo estaba ya protegiendo la salud mental y emocional de mi hijo y la mĂ­a, que si no hacĂ­an algo ya, que me voy por las redes y por prensa. Pues cambiaron a la directiva y botaron a la psicĂłloga. En tanto pude sacar un diagnĂłstico con la instituciĂłn oficial y llevar ese mismo al Colegio, ya ahora hasta diagnosticaron a varios alumnos del colegio, ahora hay un trato mejor, y a los profesores les han dado orientaciones de como tratar a los TEA y a los TDAH incluso. Una se vuelve activista. Ya mi hijo estĂĄ por iniciar su Ășltimo año para graduarse de bachiller, de su escolaridad, tiene 16 años. No ha sido fĂĄcil, soy mamĂĄ sola ya que su padre no acepta el diagnĂłstico. Me he formado para ayudarle, pero si, uno tiene que ser ahora lĂ­der de concienciaciĂłn, de derechos, de aceptaciĂłn una verdadera inclusiĂłn.

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  4. Soy padre de un hijo autista con un 65% de discapacidad y sin lenguaje. Podria contar muchas experiencias al respecto, positivas y negativas; de las positivas solo las hemos logrado desde el mismo momento de su diagnostico, adoptando una actitud de compromiso, responsabilidad y entrega buscando alternativas desde los primeros años de vida, en una carrera contra el tiempo que nadie te dice debes comenzar a tiempo. Asumir una posicion pasiva sin buscar soluciones alternativas, asumiendo sentimientos de culpabilidad debido a la desgracia de tener un hijo autista, y entregando al Estado las directrices en la busqueda de una posible solucion paliativa; es el mejor caldo de cultivo para llegar a situaciones como esta.
    Es muy importante saber a que institucion o colegio estamos llevando a nuestros hijos; y mas importante es hacerlo incluso antes de meterlos alli. La experiencia de mucha gente con el mismo problema, incluso de gente que trabaja dentro de estas instituciones, nos ha proporcionado la perspicacia e intuicion para descartar toda institucion del Estado avocada a estos casos, que esten fuera del sistema de educacion formal. No digo que no haya colegios en el que no se produzca este tipo de desmanes; pero no es lo mismo estos colegios u otros especificos para atender el autismo, que aquellas instituciones que dispone el Estado para atender indiscriminadamente todo tipo de discapacidades, tal y como si fueran psiquiatricos llenos de funcionarios con muy mala baba, manias, vicios y de dudosa reputacion profesional, como unica solucion cuando ellos determinan que los niños han llegado al tope de nivel de instruccion dentro del sistema educativo.
    Yo particularmente no deposito ninguna confianza en el Estado con relacion al autismo, teniendo una perspectiva del autismo totalmente opuesta a la que oficialmente quieren imponer tras telones, y convencido de que Ă©ste es responsable, corresponsable, o al menos subsidiariamente complice de su irrupcion y expansion en el tiempo; no queda otra que tener la iniciativa de buscar soluciones en otros ambitos donde el poder oculto del estado no intervenga, o evitar hacerlo en donde sospechemos que haya esa intervencion.
    La verdadera pandemia del siglo XXI que nos ocultan, es el autismo.

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