Se ha demostrado que el patrón de marcha en el autismo difiere del de las personas con desarrollo típico.
Las alteraciones motrices son un factor ligado al autismo e impactan generando problemas sociales que han pasado desapercibidos.
Hagamos un recorrido completo para entenderlo y saber cómo intervenir.
Hay una interesante lista de artículos científicos sobre los patrones atípicos al caminar de las personas en el espectro del autismo, de hecho, los informes sobre problemas motrices en autismo son cuantiosos, y los problemas sociales también. Y desde que en 1981, Vilensky y colaboradores publicaron un estudio preliminar sobre las alteraciones de marcha en el autismo 1 no parece que se haya dado la relevancia necesaria a este tema.
PATRONES ATÍPICOS AL CAMINAR ASOCIADOS CON LOS PROBLEMAS SOCIALES DEL AUTISMO
Los patrones atípicos al caminar y su relación con los problemas de interacción social en el autismo parecen no tener, a priori, ninguna relación, pero cada vez más estudios apuntan a la existencia de una relación, si bien la causalidad no está demostrada. Los aspectos sensoriomotrices ligados a los problemas sensoriales son presentes y constantes en la población con autismo, por supuesto en una gran diversidad de manifestaciones.
Un estudio que se acaba de publicar, Abnormal Gait Patterns in Autism Spectrum Disorder and Their Correlations with Social Impairments 2 y que se llevó a cabo por investigadores chinos, aborda este aspecto de forma muy interesante, por cierto, se presentó justo hace un año en el congreso INSAR.
Examinamos las funciones de la marcha entre los niños con autismo midiendo la presión de la planta del pie durante una caminata simple y recta. Los niños con TEA caminaron con un patrón característico de contacto pie-suelo con fuerzas de contacto inapropiadas y gran variabilidad paso a paso en comparación con sus controles de la misma edad. Estas anormalidades de la marcha dependían de sus discapacidades sociales, pero eran independientes de su inteligencia, lo que indica una estrecha relación entre la coordinación motora atípica y los síntomas centrales del autismo. (sic)
Los resultados del estudio son interesantes y vienen a reforzar otros estudios similares, hace hincapié en la diferencia entre el tipo de pisada en autismo y en desarrollo típico, así como de los problemas que se encuentran en tobillos, rodillas y caderas, que realmente son visibles tan solo al ojo experto, y esa anormalidad en la marcha genera que ese tipo de aspectos motrices persistan a lo largo de la vida en la mayoría de los casos. Hay que poner también atención a los ya conocidos problemas de sobrepeso, que según otros autores también incide negativamente en las articulaciones, lo que vendría a agravar más este aspecto concreto.
En este estudio se hizo caminar a los niños sobre una superficie que mide la presión de la pisada, y comprobaron que la asimetría postural referida por otros autores se daba, incidiendo en la forma de la pisada y en la presión de la misma, presentando un patrón atípico, al igual que pasos más cortos con menores ángulos en tobillo y rodillas. El centro de presión es más corto y empieza prácticamente pasado el talón (ver foto: Cop Curve), y curiosamente, a pesar del famoso andar de puntillas, este no es realmente determinante, ya que la forma de caminar no indica una tendencia al uso de los dedos del pie, sino más bien lo contrario, así como mayor anchura en el paso. Estas evidencias indican que los niños con TEA tienen una asimetría mayor izquierda-derecha en la función de marcha del pie. Es importante destacar que la mayoría de las variables de marcha se correlacionaron significativamente con la función social pero no con el coeficiente intelectual. Cuanto más anómalo es el déficit de la marcha, más grave es el deterioro social.
Los estudios previos sobre niños con autismo y desordenes del neurodesarrollo han revelado que la falta de coordinación y lentitud en la respuesta motora están asociados con una participación social deficiente y un aumento de la ansiedad durante el tiempo de juego en preescolar y jardín de infantes. Esto ha llevado a la gente a sugerir que las experiencias compartidas durante el tiempo de juego son importantes para construir amistades y conexiones sociales durante el desarrollo típico. Del mismo modo, los investigadores descubrieron que los niños con trastorno de coordinación del desarrollo tenían más problemas sociales que los controles. (sic)
Pero otro estudio 3, esta vez italiano (en libre acceso), que usando GRAIL (Gait Real-time Analysis Interactive Lab), una innovadora plataforma multisensor basada en realidad virtual inmersiva, describe varias peculiaridades en la locomoción de niños con autismo. Y nuevamente, las conclusiones son prácticamente las mismas que en el estudio chino. Y al igual que en el estudio realizado en Turquía 4, también de libre acceso, no solo refieren los ya citados problemas de marcha, sino que con una actividad física guiada e intervención, se mejoran no solo los aspectos motrices, también infiere positivamente en los aspectos sociales y cognitivos.
Un estudio de 2018 5 realizado en Florida, advierte incluso de problemas en el tendón de Aquiles relacionado con el caminar de puntillas y el efecto de pisar mal. Diversos autores reportan que se dan diferencias de longitud entre pierna derecha e izquierda (muchas veces mínimas e inapreciables), probablemente relacionadas con ese problema postural, de marcha y de movimiento, aunque las diferencias sean inapreciables se dan y generan sobreesfuerzos que afectan de manera distinta a los lados derecho e izquierdo.
Otro estudio de revisión, este de 2015 6, también nos habla de como la cinemática corporal no está funcionando de manera armónica, y de como hay una mala coordinación de los movimientos entre los planos anatómicos (ver imagen). Nuevamente nos hablan de un rango de movimiento reducido en los tobillos, de una flexión plantar menor y una alteración en la pisada. O de como los ángulos de flexión-extensión de la rodilla son menores en comparación con niños de desarrollo típico, y esto, impacta en el dedo pulgar del pie, y ahí vemos como la pisada es distinta. Y todo esto, actúa sobre la cadera, que tal y como afirman en el estudio que abre el artículo, está afectada.
Y nuevamente, la poca calidad y cantidad de ejercicio físico también afecta a un desarrollo no armónico y a que muchos de estos problemas se alarguen de por vida. Evidentemente se requieren de más y mejores estudios con metodologías más elaboradas para que el cuerpo de la evidencia sea mejor.
ENTENDIENDO EL IMPACTO
Los problemas motóricos no entran en la parte diagnóstica del autismo, todo el mundo sabe que existen, pero no es tan normal que se evalúen y se intervengan, al menos en la práctica tradicional, sí desde la visión de la fisioterapia, psicomotricidad y la terapia ocupacional, donde este aspecto motriz sí adquiere relevancia, por motivos obvios de las especialidades.
Y todo esto, vemos como también impacta en aspectos sociocognitivos 7, afecta hasta en los procesos de atención e imitación, y afecta a nivel social y de desarrollo de nuestra autoconciencia corporal de forma que podamos expandirla a la de un tercero, o incluso a nosotros mismos. Imaginen a una bailarina ensayando frente al espejo de forma que va perfeccionando sus movimientos. Ahora quítenle el espejo, tápenle un ojo y déjenla en penumbra, se va a ver tremendamente dificultado su ensayo y por tanto su perfeccionamiento.
Sabemos de los problemas de dispraxia, torpeza, y de integración sensorial, incluso sabemos de algo llamado resonancia motora, y sabemos que todos estos aspectos están ligados al lenguaje, o quizá mejor expresado, a los problemas del lenguaje en el autismo, ahora además vemos como los problemas de esa torpeza también están ligados a patrones amplios de marcha tipo cerebeloso-atáxico tanto en adultos como en niños con autismo. Y si sumamos todo, tenemos a su vez, aspectos emocionales involucrados que afectan hasta en el rendimiento escolar, no solo en lo social o de lenguaje. Pero además, incluso a nivel del cerebro tenemos datos que inciden en este tema, que ya en el IMFAR del 2013 se abordó y que está relacionado con las células de Purkinje, que relaciona los problemas de la poda sináptica y de las alteraciones del cerebelo en los aspectos motrices y cognitivos, así como la alteración o asincronía existente entre los aspectos motrices y sensoriales.
Los problemas posturales relatados en los aspectos de propiocepción también dificultan en la organización espacial, la atención visual y obviamente, empeoran la predisposición para desarrollar acciones sociales.
Los problemas sensoriomotores no son algo exclusivo del autismo, pero sí se dan en el mismo como una constante, pero como no son objeto de modificación de conducta, ni hay pastillas, ni están en el DSM, parece que, sencillamente, no existan. No se evalúan, no se intervienen y no son tomados en la consideración necesaria. No ha sido, sino a través de mucho trabajo silencioso de investigadores y terapeutas, que este tema está adquiriendo ya la importancia que realmente tiene. Empezamos con la integración sensorial, ahora quizá debamos dar un paso más.
INTERVENCIÓN
Visto un problema, ¡qué mejor que ver la solución! Porque hay formas de intervenir y si no resolver al 100% si reducir considerablemente esta problemática asociada a los patrones atípicos de marcha en el autismo. Y tampoco tienen un alto coste, incluso se pueden integrar en el trabajo que ya se esté llevando a cabo.
Hay diferentes enfoques y diferentes formas de intervenir, siempre tras una evaluación previa para ver hasta qué grado estos patrones están alterados y si se va a intervenir de forma específica o genérica, cada caso puede ser diferente, de forma que los abordajes hay que entenderlos como si fuera un caso único en el mundo. Aquí el especialista físico nos dará las pautas o recomendaciones a seguir, así como los aspectos principales que se pretendan abordar.
Evaluada y analizada la marcha del niño, y el resto de problemas sensoriomotrices que puedan ser necesarios intervenir, podemos actuar de forma combinada, tanto desde el trabajo de la terapia ocupacional y la integración sensorial, de la escuela, de actividades de ocio, etcétera, con un plan de actividad física, y si fuese necesario el uso de ortoprotesis, básicamente plantillas hechas a medida de materiales blandos, estás plantillas aumentan también la propiocepción y mejoran la sensación de marcha, y regulan el esfuerzo muscular, mejorando por tanto el esfuerzo que estos realizan.
Un apoyo en las áreas vestibular y propioceptiva, acompañada de actividades físicas y motoras que a su vez generen experiencias positivas, montar a caballo (no confundir con equinoterapia que es otra cosa, aunque sí puede ser un trabajo combinado), natación, o juegos de alta demanda física.
Es importante que la motivación exista y que la experiencia sea gratificante, y no olviden, el ejercicio físico genera efectos beneficiosos también en la regulación de la ansiedad y el estrés.
CONCLUSIÓN
Estamos asistiendo a un cambio importante en la visión e intervención en el autismo, cada día es más obvio que el autismo no es un problema de conducta, las alteraciones de conducta son la consecuencia, y quizá si abordamos la consecuencia, no estemos resolviendo el problema.
Cada día los factores asociados a problemas sensoriomotrices y su impacto en el lenguaje, la atención, la imitación, la comprensión de aspectos sociales, adquieren más y más relevancia, obviamente esto implica dar un giro importante a la forma de intervenir y trabajar, no solo en una sala de terapia, sino a nivel del contexto de la persona. Esto representa un desafío para profesionales y familias que deben enfrentar con el convencimiento de que, en este caso, el cambio de visión implica también un acercamiento a las verdaderas necesidades de las personas con autismo, indistintamente del nivel de afectación o de su edad.
Hemos visto que indistintamente si era en China, Italia, Turquía o los EE.UU. los resultados son prácticamente iguales, incluso sin variación entre los niveles de severidad, es decir, los problemas de marcha están ahí, habrá pues que tomarlos en consideración.
La atención multidisciplinar, el respeto a la individualidad, el ponernos en los zapatos del otro, el partir de las emociones, la motivación, en entender, en ponernos en el lado del niño primero, eso es un cambio importante, pero nos acerca a un modelo más humano de la atención, respetando deseos y voluntades, sin imposiciones, pero sí con guía y afecto.
Bibliografía:
- 1.Vilensky JA. Gait Disturbances in Patients With Autistic Behavior. Arch Neurol. October 1981:646. doi:10.1001/archneur.1981.00510100074013
- 2.Gong L, Liu Y, Yi L, Fang J, Yang Y, Wei K. Abnormal Gait Patterns in Autism Spectrum Disorder and Their Correlations with Social Impairments. Autism Research. May 2020. doi:10.1002/aur.2302
- 3.Biffi E, Costantini C, Ceccarelli SB, et al. Gait Pattern and Motor Performance During Discrete Gait Perturbation in Children With Autism Spectrum Disorders. Front Psychol. December 2018. doi:10.3389/fpsyg.2018.02530
- 4.Gürol B. Analysis of Gait Patterns in Individuals with Autism Spectrum Disorder After Recreational Therapy Program at Eskisehir Technical University. IES. October 2019:105. doi:10.5539/ies.v12n11p105
- 5.Valagussa G, Trentin L, Signori A, Grossi E. Toe Walking Assessment in Autism Spectrum Disorder Subjects: A Systematic Review. Autism Res. September 2018:1404-1415. doi:10.1002/aur.2009
- 6.Kindregan D, Gallagher L, Gormley J. Gait Deviations in Children with Autism Spectrum Disorders: A Review. Autism Research and Treatment. 2015:1-8. doi:10.1155/2015/741480
- 7.Cook J. From movement kinematics to social cognition: the case of autism. Phil Trans R Soc B. May 2016:20150372. doi:10.1098/rstb.2015.0372
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