Problemas de alimentaciĆ³n en el autismo: Anorexia Nerviosa

  • No hay diferencias entre sexos en lo referente a los problemas de alimentación en el autismo, afectan porcentualmente de la misma forma a hombres y mujeres, no hay diferencia, ni siquiera en los datos referidos a sobrepeso y obesidad o de malnutrición, las cifras de las investigaciones que hemos revisado no muestran diferencias significativas entre sexos, salvo en un aspecto, la anorexia nerviosa y la bulimia.

  • La anorexia nerviosa y la bulimia son un desorden de alimentación que afecta principalmente a mujeres, se estima que en un 90% ​1​ , lo cual da idea del impacto tan diferenciado por sexos.

En la década de los 80 se empezó a ver posibles relaciones entre la anorexia nerviosa y el autismo, ya que muchos de los patrones de conducta son similares, al igual que algunos efectos e inductores psicológicos. Sin embargo, han hecho falta casi 40 años para empezar a ver que parecen haber mucho más que similitudes, y es que el tema de mujeres y autismo, sigue estando en pañales. Hay mucho en el autismo en femenino con lo que no se contiende, hoy, afortunadamente, las propias herramientas de detección y diagnóstico están adaptándose para incluir las especificidades del autismo femenino, sobre todo aquel que requiere de pocas necesidades de apoyo.

El autismo en femenino es algo que ha pasado desapercibido, tan solo se tomaban en cuenta aquellos casos con mayor severidad en las manifestaciones, pasando absolutamente desapercibidos los casos más leves. Hoy vemos que ese dato de 4 a 1 en la prevalencia está cambiando drásticamente y ya se habla de 2 a 1 en la prevalencia, muchas cosas están cambiando, pero aun falta mucho por avanzar en el autismo en femenino.

En lo referente a desórdenes o problemas de alimentación en el autismo, el impacto en mujeres es idéntico al de hombres, pero aspectos de contexto social hacen que anorexia nerviosa y bulimia afecten en mayor medida a mujeres, tanto que los investigadores que han tratado el tema apenas han podido recabar datos sobre varones con autismo y anorexia nerviosa.

Es importante destacar un dato, los casos de delgadez extrema que no están relacionados con la anorexia nerviosa, donde las causas son otras, y es algo en el que, nuevamente, los datos son idénticos entre hombres y mujeres, en su mayoría estos casos de delgadez están asociados a problemas sensoriales y en algunos casos a factores puramente médicos.

MUJERES, ANOREXIA Y AUTISMO

En el año 2013 publicamos un articulo que hablaba de la relación entre anorexia y autismo en mujeres, dos estudios recientes​2,3​ han vuelto a incidir en este tema, y de paso ponen de manifiesto la diferencia de impacto del espectro del autismo entre hombres y mujeres. Los posibles enlaces entre anorexia nerviosa y autismo se están empezando a analizar en profundidad, ya que cuando Gillberg en 1983​4​ abrió la puerta a la hipótesis sencillamente lo tildaron de loco, hoy 37 años después, ya no parece tan loca su hipótesis.

El presente artículo se centra únicamente en mujeres, ya que la anorexia nerviosa se da en mucho mayor grado en mujeres que en hombre, pero si vamos al grupo de espectro del autismo, el grupo de hombres es mucho menor todavía, lo que dificulta más la investigación por la complejidad de captar a personas para participar en los estudios.

En el estudio del King’s College de Reino Unido, descubrieron que el 17,8 de las mujeres con anorexia nerviosa puntuaron para TEA en la prueba de ADOS-2, y el 24.5% de las mujeres recuperadas de anorexia nerviosa obtuvieron un puntaje superior al límite clínico en el ADOS-2.

Por otro lado, el estudio Finés, llevó a cabo una revisión de 53 estudios para ver como la anorexia nerviosa podía relacionarse con el autismo. Los déficits en coherencia central, flexibilidad cognitiva y reconocimiento de emociones, fueron pronunciados entre mujeres con anorexia nerviosa prolongada en comparación con aquellas con menor duración de la enfermedad. Las mismas características también se manifiestan en los trastornos del espectro del autismo (TEA), y se ha sugerido que se asocian con una prolongación de la anorexia nerviosa.

Otro grupo de investigadores​5​ busca en las causas de la anorexia nerviosa factores ligados al autismo, como si esto fuera un posible detonante en mujeres en el espectro del autismo. Los estudios han demostrado consistentemente que del 20 al 35% de las mujeres con anorexia nerviosa cumplen con los criterios para el autismo y hasta el 52,5% en el caso de adolescentes (para una revisión, ver Westwood y Tchanturia ​6​ ). En contraste, menos del 1% de la población general de mujeres cumple con los criterios para el autismo​7​. Las participantes del estudio reportaron como sus problemas de procesamiento sensorial les dificultaban enormemente comer determinadas cosas, sintiendo verdadero asco por algunos alimentos, o que hubieran alimentos mezclados les generaba una situación insuperable que no les permitía comer determinados platos.

Aunque la evidencia sobre alteraciones olfativas sigue siendo muy débil, hay que considerar que medir aspectos sensoriales no siempre es fácil, pero los informes sobre asco insuperable están ahí.

Aspectos ligados a la interocepción, que alteran la sensación de hambre, también podrían estar involucradas en este tipo de desorden de alimentación como es la anorexia nerviosa. Este aspecto está ligado también en la ingesta compulsiva, justo el lado opuesto de la anorexia, y que es muy habitual en autismo, donde el sobrepeso y la obesidad superan a la media de población.

Es de gran relevancia el impacto a nivel sensorial y cómo este impacto afecta en el desarrollo de problemas de alimentación, y en este caso concreto en la probabilidad de desarrollar una anorexia nerviosa, combinando los problemas de neofobioa alimenticia, de hiperselectividad, de problemas para identificar la sensación de hambre y otros factores ligados a la interocepción.

Algunas mujeres tomaron medidas extremas para evitar experiencias sensoriales negativas anticipadas, se negaron a tocar ciertos tipos de alimentos o incluso eliminar grupos de alimentos enteros en respuesta a una experiencia negativa, algo que los padres y los profesionales de la salud relacionaron con su rígido estilo de pensamiento. Se informó que estas sensibilidades sensoriales específicas de los alimentos habían estado presentes desde la primera infancia, anteriores a los problemas visibles de alimentación, y continuaron interfiriendo con su alimentación, incluso para aquellas que se habían recuperado de anorexia nerviosa. La mayoría de los padres recordaban que sus hijas tenían dificultades durante la comida o cuando otras personas a su alrededor estaban comiendo.

Esa sensación de engordar … eso es lo que me envía de nuevo a restringir la comida, porque no se trata de ¡oh dios, mi estómago se ve realmente grande!, se trata más bien de ‘No me gusta la sensación de cómo se siente mi estómago’Testimonio de una de las participantes del estudio.

Ninguna de las mujeres tenía un diagnóstico de autismo cuando surgieron sus dificultades para comer, y muchas participantes se preguntaron si les habría resultado más fácil hacer frente a sus problemas de alimentación si hubieran tenido un diagnóstico de autismo que habría dado respuesta a muchas preguntas. Varios padres se culparon a sí mismos por no reconocer las dificultades de su hija o por no luchar lo suficiente como para obtener el diagnóstico correcto en la infancia.

El impacto del entorno social también es otro de los factores asociados, esa especie de obsesión por estar delgadas que pueden darse en ocasiones en grupos de adolescentes, esto hace que puedan malinterpretar el mensaje y obsesionarse. Estas mujeres informaron que copiaron a otras y adoptaron sus valores anoréxicos como una forma de camuflarse y pasar al mundo neurotípico.

Como he comentado en muchas ocasiones, en el autismo muchos problemas se retroalimentan, haciendo que se genere una cascada de efectos complejos y a veces de difícil detección, problemas sensoriales que generan efectos de asco y rechazo, problemas interoceptivos que no señalan adecuadamente la sensación de hambre o saciedad, intereses obsesivos y rigidez, problemas sociales que hacen confundir mensajes, o problemas de índole emocional, si estos problemas por separado generan efectos negativos, cuando los encadenamos, tenemos efectos de alto impacto negativo en la vida de la persona. Muchos de estos efectos encadenados es más fácil que se den a partir de la pubertad.

Es decir, a grandes rasgos los investigadores sugieren que se dan dos vías, una directa y otra indirecta. Correspondiendo la vía directa a los efectos nucleares del autismo y la vía indirecta a los efectos emocionales de los primeros.

Otro estudio revisó los aspectos ligados a la alexitimia​8​ y la anorexia nerviosa y su relación con el autismo en mujeres. Se estima que alrededor del 50% de quienes están en el espectro del autismo muestran signos de alexitimia, en mayor o menor medida, siendo incluso un aspecto a valorar durante el proceso diagnóstico dada la alta prevalencia, y esta, ademas se encuentra fuertemente ligada a la anorexia nerviosa.

Aunque el cuerpo de evidencia sobre este particular ha aumentado de forma considerable, es importante mejorar y aumentar la calidad de los mismos, ya que debido a los resultados que se están obteniendo, nos puede guiar a mejorar la calidad diagnóstica en mujeres con autismo, no solo en lo relativo a problemas de alimentación, sino en general, ya que nos permite una aproximación más cercana, pero además, incide en problemas que suelen pasar inadvertidos desde edades tempranas y que en muchas ocasiones, se intervienen o tarde o mal.

El el artículo Autismo y problemas de alimentación: Intervención entramos en mayor detalle sobre las formas, no solo de detección, sino de intervención acorde a las necesidades reales, que nos alejan de la modificación de la conducta para acercarnos a la comprensión de la misma, y por tanto, a establecer programas de intervención acorde a las necesidades reales. Aunque en el caso específico de anorexia nerviosa y bulimia, recomendamos encarecidamente la intervención por profesionales especializados en este área concreta.

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Cómo citar este artículo: Daniel Comín, "Problemas de alimentación en el autismo: Anorexia Nerviosa", en Autismo Diario, 28 abril, 2020, https://autismodiario.com/2020/04/28/problemas-de-alimentacion-en-el-autismo-anorexia-nerviosa/.

BIBLIOGRAFÍA

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  2. 2.
    Saure E, Laasonen M, Lepistö‐Paisley T, Mikkola K, Ålgars M, Raevuori A. Characteristics of autism spectrum disorders are associated with longer duration of anorexia nervosa: A systematic review and meta‐analysis. Int J Eat Disord. March 2020. doi:10.1002/eat.23259
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    Kerr-Gaffney J, Mason L, Jones E, et al. Emotion Recognition Abilities in Adults with Anorexia Nervosa are Associated with Autistic Traits. JCM. April 2020:1057. doi:10.3390/jcm9041057
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    Gillberg C. Are Autism and Anorexia Nervosa Related? Br J Psychiatry. April 1983:428-428. doi:10.1192/bjp.142.4.428b
  5. 5.
    Brede J, Babb C, Jones C, et al. “For Me, the Anorexia is Just a Symptom, and the Cause is the Autism”: Investigating Restrictive Eating Disorders in Autistic Women. J Autism Dev Disord. April 2020. doi:10.1007/s10803-020-04479-3
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    Westwood H, Tchanturia K. Autism Spectrum Disorder in Anorexia Nervosa: An Updated Literature Review. Curr Psychiatry Rep. May 2017. doi:10.1007/s11920-017-0791-9
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    Loomes R, Hull L, Mandy WPL. What Is the Male-to-Female Ratio in Autism Spectrum Disorder? A Systematic Review and Meta-Analysis. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry. June 2017:466-474. doi:10.1016/j.jaac.2017.03.013
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    Hobson H, Westwood H, Conway J, et al. Alexithymia and autism diagnostic assessments: Evidence from twins at genetic risk of autism and adults with anorexia nervosa. Research in Autism Spectrum Disorders. May 2020:101531. doi:10.1016/j.rasd.2020.101531

Cómo citar este artículo: Daniel Comín, "Problemas de alimentación en el autismo: Anorexia Nerviosa", en Autismo Diario, 28 abril, 2020, https://autismodiario.com/2020/04/28/problemas-de-alimentacion-en-el-autismo-anorexia-nerviosa/.

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