Autismo, de la instrucción a la educación

Este artículo tiene más de 4 años

Fue publicado el 20 junio, 2015

La ciencia está en constante evolución, por lo que los artículos más antiguos pueden contener información o teorías que han sido reevaluadas desde su fecha de publicación original.

En los últimos 15 años los avances en los modelos de intervención en el autismo han dado pasos de gigante, al igual que la comprensión de muchas de las conductas derivadas por el autismo. Numerosas investigaciones han aportado un gran cuerpo de evidencia sobre muchos de los aspectos relacionados con el autismo. Los avances en genética, neurofisiología, sensoriomotricidad, epilepsia,…, son continuados y nos están dando mucha información sobre los orígenes de determinadas problemáticas que se relacionan con el autismo. Aunque obviamente nos falta aun mucho por descubrir.

Pero también en lo relativo a la intervención terapéutica y educativa de las personas con autismo se están dando grandes pasos, aunque quizá lo más importante haya sido el cambio en la visión, en la comprensión del autismo en sí mismo. Este cambio de paradigma nos lleva a una forma diferente del abordaje.

Quizá en lo relativo a terapia, la primera evidencia fue la relacionada con la metodología ABA (Análisis Aplicado de Conducta), metodología que también ha evolucionado fuertemente desde los primeros tiempos de su aparición, con Lovaas a la cabeza. En un reciente artículo de Manuel Casanova, se hablaba del modelo aversivo que se usaba en ABA en el pasado. Obviamente esto debemos considerar que es algo del pasado, y aquí hay un aspecto que quizá ha generado cierta imagen poco acertada de lo que es ABA en la actualidad.

Debo reconocer que yo no soy un gran fan de la metodología ABA, pero obviamente debo rendirme a la evidencia de que -bien ejecutada- funciona, y funciona muy bien. Pero hay una visión sobre esta metodología muy ligada al modelo instructivo, más que al puramente educativo. Recientemente me vi defendiendo precisamente la validez que la metodología ABA tiene en el autismo, obviamente ha llovido mucho desde aquellos inicios cuando Lovaas usaba esas técnicas poco deseables. Y este es quizá el punto que aun, a día de hoy, mucha gente parece recordar e identificar con ABA. Cosa que hoy en día no es cierto.

No voy a dar una larga (y posiblemente aburrida explicación) sobre la gran cantidad de técnicas que se han ido incorporando, modificando, eliminando, actualizando,…, en ABA, pero se han dado y muchas. Hoy quizá, y con la llegada de los Terapeutas Ocupacionales e Integradores Sociales, junto con una visión distinta de la intervención a la de hace tan solo 10 o 15 años, todo ha cambiado. Hoy vemos equipos multidisciplinares que trabajan al unísono, vemos como cada día más los profesionales de la intervención en autismo crean equipos mayores para dar una atención integral a la niña o niño con autismo, o al adolescente o al adulto. Vemos también como cada vez los aspectos relacionados al Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) adquieren más y más relevancia, pero también vemos como hay sobre todo un giro importante en la intervención. En tiempos pasados se procuraba “instruir” al niño, hoy se pretende educar.

Y este cambio en el paradigma ha generado también una forma muy diferente de entender el propio autismo. Hoy hablamos de intervención en contextos naturales, de programas de inclusión educativa, de la importancia de la atención temprana, de la necesidad de que la familia esté implicada en todo el proceso, vemos como los profesionales de la intervención cada vez más trabajan con madres y padres, algo que es todo un avance. Este cambio nos está llevando a una visión mucho más social, y donde lo puramente conductual tiene una visión distinta.

Hoy vemos como la intervención ha dado un cambio, de aquel 100% de ABA, a una combinación de diferentes técnicas (ABA incluida), pero siempre bajo a supervisión de profesionales y en combinación con las familias. Este sistema funciona y además muy bien. Y ahora el pero, ya saben que los “pero” me encantan, el pero es que lamentablemente seguimos teniendo una gran carencia de este tipo de equipos multidisciplinares que atiendan a las personas con autismo, que sean el apoyo a las familias y que en suma, sean partícipes de ese desarrollo que toda madre o padre desea ver en su hija/o. Dos factores son básicos, el costo y el quien lo paga. El costo no suele ser bajo, y cuando es la familia quien ha de pagarlo la cosa se puede poner bien difícil. Pero es sabido que ese costo inicial genera luego una reducción considerable en un corto, medio y largo plazo. Nuevamente insistimos en la importancia de las políticas públicas, que apoyen y se hagan cargo de estos modelos modernos de atención, quizá sea el momento de educar a nuestros gobernantes en que el costo de hoy es siempre una buena inversión de futuro.


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    • 10 años ago

    excelente necesito por favor me apoyen con bases teoricas sobre ansiedad de los padres ante hijos con autismo escolarizados en sistema educativo integral muchas gracias

    • 9 años ago

    Muy interesante el artículo. Para nosotros, lo más importante a la hora de llevar a cabo una intervención con niños con TEA es por una parte sus intereses y motivaciones, y por otra, el neurodesarrollo. Sin olvidarnos, por supuesto de la implicación de la familia en este proceso.

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