El TDAH como comorbilidad en el Autismo y Síndrome de Asperger

Una de las comorbilidades que genera una gran problemática al niño con un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Incluso, a la hora de enfrentar la intervención todo cambia, no es exactamente el mismo enfoque que en TEA ni el mismo enfoque que en TDAH. Por complicar más aún las cosas. Además si el niño no progresa adecuadamente cuando llega la pubertad el riesgo de presentar conductas agresivas aumenta de forma considerable en comparación a la media. Afrontar el hecho de que el niño tenga TEA + TDAH implica cambiar algunos planteamientos, e incluso la percepción de la familia y el equipo de intervención.

Comorbilidad

En cuanto a la comorbilidad hay diferencias entre el Asperger y Autismo, siendo más alta la incidencia en el Asperger. No obstante las cifras porcentuales varían mucho en función de los autores. En el estudio de Tani y col. (2006) en un muestreo de 20 adultos con Asperger, estimaron que 14 de ellos presentaron en su infancia rasgos compatibles con el TDAH. Según Sturm y col. (2004) un 95% de los niños con un diagnóstico TGD presentaron problemas de atención y un 50% de impulsividad. Y alrededor del 75% un cuadro compatible con TDAH en diferentes grados. Frazier y col. (2001) aumentan al 83% la cantidad de niños con TGD susceptibles de cumplir criterios para TDAH. Es importante destacar la línea de corte empleada para aceptar conductas asociadas al TDAH, así como los diferentes grados del mismo. Este aspecto es fundamental a la hora de establecer la presencia o no de una comorbilidad. Aunque casi todos los estudios revisados se basan en el DSM IV, no debemos olvidar que toda valoración basada en la observación posee cierto grado de subjetividad y por tanto de variabilidad. No existe diferencia de género a la hora de las tasas de comorbilidad, son prácticamente las mismas en niñas que en niños, no obstante sabemos que en el caso de las niñas nos encontramos con muchas dificultades a la hora de establecer un diagnostico preciso y muchos autores hablan de un infradiagnóstico en féminas, pero este tema específico y relacionado con las féminas merece -por su relevancia- un bloque específico de este artículo.

En cuanto al perfil cognitivo, los niños con Asperger tienen muchas más similitudes con los niños con TDAH que las que puedan tener los niños con Autismo, teniendo también mayor incidencia el déficit de atención en el Asperger. Es destacable la problemática compartida tanto en TDAH como TEA de alteraciones en la función ejecutiva, aunque según sugieren diversos autores, la evolución de este déficit varía entre TDAH y Asperger. Otro de los problemas más importantes a la hora de establecer índices reales de comorbilidad vienen relacionados directamente a un exceso de medicalización en el niño con TEA, el uso de fármacos oculta, enmascara o altera esos rasgos que pueden denotar la presencia de un déficit de atención y/o hiperactividad, siendo algo a considerar de forma importante, ya que el uso de medicación no solventa el déficit y, tal y como afirma Francisco Rodriguez (2009), expone al niño al riesgo de los efectos secundarios sin resolver la causa. En cualquier caso, el porcentaje de prevalencia real del TEA con TDAH no está a día de hoy suficientemente investigado, y el mismo muestreo puede ser bastante cuestionado, ya que la observación diaria nos rebaja de forma sustancial ese porcentaje, pero aún y así, la comorbilidad es lo suficientemente alta como para tenerla en consideración. Habría también que tomar en cuenta los solapamientos de fenotipo entre ambos trastornos, cosa que hasta ahora no está suficientemente bien investigada.

Patrones de conducta y diagnóstico diferencial

En el TDAH encontramos patrones de conducta que entran dentro de los patrones del TEA, como por ejemplo: Problemas en la interacción social; Trastornos del lenguaje; Estereotipias; Obsesiones; Comunicación no verbal de baja calidad. También es frecuente encontrar tics o Síndrome de Tourette asociados (que son más habituales en niñas), que en muchas ocasiones son pasados por alto o confundidos con estereotipias. También podemos encontrar estereotipias típicas como aleteos, balanceos, sonidos guturales repetitivos,… Bonde E. en su estudio “Comorbidity and subgroups in childhood autism” también refiere los problemas motóricos o la coordinación visioespacial, indica a su vez que en determinados casos establecer las fronteras entre TEA y TDAH pueda ser muy complejo. Sucede que en muchos casos se diagnostica al niño con TDAH de grado severo, aunque no queda claro si en realidad es un caso de TEA con el TDAH como una comorbilidad. En algunos casos se ha diagnosticado de TDAH con Discapacidad Intelectual (DI) asociada, cuando en realidad era un tándem TEA + TDAH. En otros casos justo lo contrario, diagnósticos de TEA + DI cuando en realidad existía una presencia de TDAH. Realmente en este tipo de casos existen muchos aspectos diagnósticos que se solapan, pero quizá el orden de los factores sí altere el producto, si aparece TDAH por delante la medicalización va a ser inmediata, y generalmente se acabará el trabajo en ese punto, no investigándose en profundidad el caso, obviándose causas que podrían representar un giro de 180º en la intervención del niño.

Para comprender bien este tándem y decidir si hablamos de TDAH, de TEA o de TEA mas TDAH como una comorbilidad hay que poder simplificar la base de ambos trastornos. Si entendemos que un caso de TEA afecta a la comunicación, a la sociabilidad e intereses restringido y que el TDAH afecta a un problema de autocontrol, estaremos pues ante dos cuestiones diferentes, que al unirse nos general un cuadro ampliado. Si ampliamos el abasto y nos hallamos ante solapamientos, quizá estemos hablando del mismo continuo, siendo más difícil establecer las diferencias, y por tanto más fácil explicar la alta incidencia del TDAH en casos de TEA o de conductas propias del TEA en el TDAH.

Féminas

Hay mucha documentación que nos dice que el Autismo afecta 4 veces más a los varones que a las féminas, pero quizá este trastorno se presenta de forma diferente en mujeres y esa diferencia no sea tan grande. Tony Attwood habla de que el Síndrome de Asperger en niñas no se diagnóstica debidamente, habida cuenta de que suele pasar desapercibido o incluso enmascarado por otros trastornos. En el caso exclusivo del TDAH sabemos que la proporción por sexos es de aproximadamente de entre 2,4 a 5 varones por cada fémina en función de los estudios, aunque no existen muchas diferencia de género en lo referente a impulsividad, rendimiento académico, habilidades sociales o psicomotricidad fina. Sin embargo las niñas parecen tener mayor afectación del rendimiento académico, niveles inferiores de hiperactividad, y más bajas frecuencias de comportamiento externalizado que los niños con TDAH. Siendo el subtipo combinado y el inatento el más frecuente en niñas y mostrando muchos más problemas en el área social que los niños. Las niñas muestran una mayor predisposición para desarrollar problemas en el desenvolvimiento social, muy por encima de los niños. Alrededor del 30% de las niñas con un subtipo severo de TDAH presentan criterios coincidentes con el Autismo, este hecho puede marcar una posible conexión entre ambos trastornos.

Se estima que este tipo de trastornos está infradiagnosticado en féminas, varios factores se unen a esta problemática: En casos donde existe un hermano varón que presenta estos cuadros, generalmente con una mayor severidad y basados en la creencia de la “inviolabilidad” genética de las mujeres suelen pasarse por alto determinadas conductas que podrían servir como aviso, esto a pesar de que sabemos que la posibilidad de que las probabilidades de repetirse este tipo de trastornos en hermanos es muy elevada. Muchas niñas presentan estos cuadros pero de una forma mucho más leve. En casos donde no existen otro antecedente similar en hermanos, sucede algo similar, al no ser conductas evidentes se pasan por alto, o incluso se achacan a otros problemas. Sabemos que los procesos depresivos y de ansiedad son mucho más comunes en mujeres que hombres, muchos de ellos asociados a procesos de frustración y de incomprensión; los cuales pueden tener relación con posibles causas relacionadas con el TEA o incluso con el TDAH. El hecho que las mujeres tengan una mayor capacidad de “camuflar” determinados problemas no implica que estos no existan. Autores como Baron-Cohen o Attwood han advertido de forma sistemática de esta cuestión. También es frecuente que muchas de estas problemáticas se asocien a otros problemas dadas sus manifestaciones: Por ejemplo, problemas en la lectoescritura, mal rendimiento académico, acoso psicológico, absentismo escolar en la pubertad y adolescencia, tabaquismo, conductas desafiantes, problemas en la orientación sexual,…, están muy relacionados con patrones que están definidos en los TEA.

Según el estudio de Svenny Kopp, de la Universidad de Gothenburg, se estima que muchas niñas que presentan cuadros comórbidos no son diagnosticadas. En el estudio que realizó sobre una población de 100 chicas de entre 3 a 18 años de edad, observaron que muchas de ellas habían mostrado signos de alerta, pero que había sido pasados por alto, incluso en los casos en que las familias acudieron a la consulta del especialista, y no fue hasta la revisión posterior donde se detectó que presentaban un cuadro de TEA o TDAH o ambos de forma conjunta. En muchas de estas chicas se encontró que presentaban problemas relacionados con ansiedad y depresión, problemas de lectoescritura o problemas en un desarrollo adecuado a su edad cronológica. Aproximadamente el 50% sufrieron de acoso escolar. Ninguna de las chicas del estudio presento problemas en el manejo intelectual y ninguna provenía de clases sociales bajas.

Es muy habitual que mujeres descubran que tienen TDAH cuando sus propios hijos reciben el diagnóstico. En muchos casos, determinadas conductas que se agravan al llegar a la pubertad suelen asociarse a cambios hormonales y menstruación. Problemas de autoestima, ansiedad y depresión suelen combinarse generando un cuadro complejo, que con la llegada de un hijo puede agravar el proceso de la maternidad. Incluso, en casos donde el hijo presenta un trastorno del neurodesarrollo el peso de la culpa puede conllevar un proceso de duelo mucho más largo y doloroso. Existe una hipótesis que asocia a muchas madres que se tornan en grandes activistas y que parecen no desfallecer nunca con precisamente un trastorno de grado leve que no fue diagnosticado, muchas de estas madres presentan a su vez una especie de montaña rusa emocional, que en algunos casos se trata como una simple depresión o incluso un trastorno bipolar, que vendría en contraposición a postura pasivas de algunos padres, que también podrían encajar en algunos modelos de TEA. Cuando en realidad podríamos hablar en algunos casos de un TDAH o un TEA (O ambos) no diagnosticado. A su vez, esto explicaría también la diferencia de conductas entre el padre y la madre ante el caso de un niño con un trastorno del neurodesarrollo, en función si la carga genética es materna o paterna.

Intervención

Uno de los aspectos que presenta la comorbilidad entre TEA + Déficit de Atención + Hiperactividad es la complejidad en la intervención. Incluso su evolución a futuro. Lamentablemente la documentación de calidad al respecto es escasa. El propio problema de la definición diagnóstica ha generado una especie de vacío. Tenemos información para la intervención en casos de TEA y de TDAH, pero cuando aparece combinado realmente no vale mezclar las pautas para hacer una sola, hay que establecer un plan específico acorde al niño, ya que la variabilidad puede ser muy grande de un niño a otro y además en función de la severidad del grado, tanto del TDAH como del TEA, se establecerán pautas y modelos diferentes.

Si la intervención no consigue resultados de forma temprana el pronóstico de la evolución correcta del niño o niña se complica. Si no se consigue establecer un modelo comunicativo válido de forma temprana a medida que el niño crece se hace muy difícil el poder establecer esos canales. En el caso de que el niño presente un Trastorno del Procesamiento sensorial, la intervención será fundamental. Otra consecuencia es la dispersión, la imposibilidad de seguir pautas por más allá de unos pocos minutos, un gran problema de concentración y una predisposición a escaparse sin una intencionalidad clara. Aparición de nuevas estereotipias o tics. Regresiones frecuentes que se pueden agravar con la llegada de la adolescencia, alta posibilidad de aparición de conductas agresivas (principalmente en varones), aumento de los niveles de frustración y episodios ansiosos y depresivos. En el caso de que además se nos una epilepsia (ya sea esta convulsiva o no) la posibilidad de regresiones aumentará en muchos casos y los procesos convulsivos podrán ser de gravedad. En aproximadamente un 25% de los casos, la hiperactividad se reducirá con el paso a la edad adulta, aunque no el déficit de atención, pero hay que minimizar las secuelas al máximo.

Estamos pues ante casos muy complejos, con un pronóstico muy variable y donde una adecuada intervención es imprescindible. A su vez, el soporte a la familia adquiere una mayor relevancia, es vital que la familia asuma la excepcionalidad y la dificultad que va a tener el desarrollo del niño o niña. La pérdida de tiempo no debe ser ni siquiera contemplada, ya que en casos donde la hiperactividad se manifieste de forma importante los avances van a ser lentos y complicados. La intervención temprana deberá realizarse en un ratio 1/1 hasta conseguir que el niño o niña presente unos niveles adecuados de autonomía personal, calidad comunicativa e interacción social, a su vez deben ser capaces de mantener periodos de atención lo más prolongados posibles. Prepararlos para la vida escolar es en estos casos bastante más complejo, pero no imposible.

Bibliografía:

  • Tani, P., Lindberg, N., Appelberg, B., Nieminen-von Wendt, T., von Wendt, L., Porkka-Heiskanen, T. (2006). Childhood Inattention and Hyperactivity Symptoms Self-Reported by Adults with Asperger Syndrome. Psychopathology, 39 (1), 49-54.
  • Sturm, H., Fernell, E., Gillberg, C. (2004). Autism spectrum disorders in children with normal intellectual levels: associated impairments and subgroups. Developmental Medicine & Child Neurology, 46 (7), 444-447.
  • Frazier, J. A., Biederman, J., Bellordre, C. A., Garfield, S. B., Geller, D. A., Coffey, B. J. & Faraone, S. V. (2001). Should the diagnosis of attention deficit/hyperactivity disorder be consider in children with pervasive developmental disorder? Journal of Attention Disorders, 4 (4), 203-211.
  • Francisco Rodríguez M. (2009). Explanatory aspects of comorbidity in PDD, Asperger syndrome and ADHD: the current state. Rev. chil. neuropsicol. 2009; 4 (1): 12-19.
  • E. Bonde.(1999) Comorbidity and subgroups in childhood autism . European Child & Adolescent Psychiatry. Volume 9, Number 1, 7-10, DOI: 10.1007/s007870050110 
  • Svenny Kopp (2010). University of Gothenburg. Sahlgrenska Academy.  Girls with social and/or attention impairments
  • Rucklidge, J.J., y Kaplan, B.J. (1997). Psychological functioning of women identified in adulthood with Attention Deficit/Hyperactivity Disorder.  Journal of Attention Disorders, 2, 167–176.
  • Biederman, J., Mick, E., Faraone, S.V., Braaten, E., Doyle, A., Spencer, T., Wilens, T.E., Frazier, E., y Johnson, M.A. (2002). Influence of gender on attention deficit hyperactivity disorder in children referred to a psychiatry clinic. American Journal of Psychiatry, 159, 36–42.
  • V.L. Ruggieri (2006) Procesos atencionales y trastornos por déficit de atención en el autismo. REV NEUROL 2006; 42 (Supl 3): S51-6
  • J. Artigas-Pallarés (2003) Comorbilidad en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. REV NEUROL 2003; 36 (Supl 1): S68-78
  • Andrés H. Díaz-Lucero, Cecilia A. Melano, Máximo C. Etchepareborda. (2011) Síndrome de déficit de atención, del control motor y de la percepción (DAMP): perfil neuropsicológico. Rev Neurol 2011; 52 (Supl 1): S71-5.
  • José Cáceres, David Herrero (2011) Cuantificación y análisis de la concordancia entre padres y tutores en el diagnóstico del trastorno por déficit de atención/hiperactividad . Rev Neurol 2011; 52: 527-35.

Twitter: @danielcomin


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19 comentarios en «El TDAH como comorbilidad en el Autismo y Síndrome de Asperger»

  1. Hola tengo un niño de 10 años diagnosticado con tdah desde los 3 y con tea desde los 8 , le estoy dando concerta 36 y le ido siempre muy bien sin efectos secundarios , ademas en el colegio debido a lo q tiene le aprovaron tener en clase una maestra de apoyo para el solo y le ha ido muy bien , el colegio se ha implicado muchisimo …no tengo ninguna queja la verdad , tiene sesiones de logopedia y sicologia en el mismo colegio y fuera de el …el cambio es grandisimo ….espero q os haya servido …..

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  2. Hola a mi nena de 4 años le han diagnosticado TEA y TDAH ademas la an medicado con 1ml al día de aripiprazol esto es hace una semana despues de un año largo de andar consultando por ella. Ahora se la ve mejor no a dejado de ser ella misma y sus ravietas han calmado bastante igual la psiquiatra nos dijo que la medicación es por un tiempo y de nada sirve si la niña no hace las terapias de fonoadologa,psicopedagia, etc. Mi nena esta llendo a todas sis terapias y va avanzando todos los días un poquito

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  3. QUE DIFICIL DECISION,DUDAS, MIEDOS,PERO CREO QUE SI LO TENDRIA QUE MEDICAR PARA QUE VAYA MEJOR EN LA ESCUELA NO VALE LA PENA,PREFIERO QUE AVANCE DE A POCO , ACEPTAR SUS TIEMPOS.Y COMPRENDER SU BERRINCHES,SUS ESTEROTIPIAS (CAMBIAR YO MI CABEZA).

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  4. Hola. Soy psicóloga y madre de dos niños diagnosticados en el espectro autista. Con el menor de ellos de 7 años, nos pasa que resultó difícil que le dieran el diagnóstico. Se pensó que era un TEL y luego TEA (S. de Asperger). Al leer el artículo empecé a coincidir con mis hipótesis en cuanto a la comorbilidad, que sería de TEA más TDA sin Hiperactividad, motivo por el cual ya se me ha hecho la sugerencia de la medicación. Tengo todos los temores que otras madres han comentado. Pero le veo esforzándose en aprender, en leer y escribir (que es lo que más le cuesta), en hacer sus tareas, en hacer su proyectos y aveces veo su frustración; y más aun en el salón de clases que donde hay tantos estímulos; que me pregunto si será necesario probar la medicación.
    Seguiré revisando estos artículos de Autismo Diario y del Dr. Daniel Comin que, entre otros, todos estos años me ha dado muchas luces. Gracias.

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    • hola estoy leyendo, todos los comentarios, mi hijo tiene 7 años, y le han diagnosticado tdha y tea asociados, pero tiene mucho deficit de atencion, es un niño muy cariñoso, y sociable tiene muchos amigos, ahora empieza a jugar solo en casa con sus juguetes, y hacer sus historias, pero aun no sabe leer, las matematicas le van bien, le han medicado con rubifen, medikinet, stratera, y equasim, pero ninguna le sienta bien, le cambia la personalidad, va como drogado, y sobre todo le quita todo el hambre, ahora quieren probar con evanesce o algo asi, quisiera saber si alguien la conoce, y me puede informar, porque aparte del tema escolar es un niño muy alegre un saludo a todos

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  5. Mi hijo tiene dos diagnosticos uno q es tdha y otro tea, y esta medicado con ritalin y con risperdal, yo no veo avance con el ritalin, cuando solo tomaba el risperdal respondia mejor, era como mas el, ahora lo veo confundido y aparte no aprende, mucho de lo que dice el articulo, cuadra con mi hijo, aveces quisiera pensar q es tdha, q si se cura, pero no veo avances y me preocupa, pero el articulo me tranquiliza cuando dice, que los avances escolares seran complejos pero no imposibles, en lenguaje va lento pero cada dia avanza

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  6. Hola, Soy mujer, 62 años y desde los 26 años tratado con medicina para la depresion. Me hablaron de TDAH hace 1 mes, y hace 3 semanas tomo Medikinet 10 mg. Una hora despues de tomar la primera pastilla note la deferencia. Me ha cambiado lavida.

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  7. Me ha ayudado mucho y aclarado bastante el articulo, lo importante es que los profesionales también tengan en cuenta estos factores y se reemplanteen las intervenciones especialmente en niños.
    Yo soy una madre arrepentida de medicar y confieso que fue mas por comodidad nuestra que por hacerle un bien a nuestro hijo.. Verle tan frustrado , movido e incapaz de concentrarse, de como querian expulsarlo del cole por la cantidad de ira contenida que tenia a todo aquel que no se ponia en sus zapatos lo hicimos y si claro que vimos enseguida el cambio, todo parecia ir muy bien, yo no notaba efectos secundarios pero vaya que si los tenia y de que manera.. Le creo una diabetes insipida de esas que redactaban en los efevtos secundarios que rara vez de producen pero si que pasa.. prefiero tener a mi hijo el de antes al de ahora con esta maldita enfermedad ,,, no entiendo si la agencia de medicamentos prohibe la venta a menos de 7 a mi hijo se la recetaran tan alegremente con 5 años..

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  8. Hola Belén, yo tengo un niño con 6 años diagnosticado con TDAH, y en la actualidad están viendolo por Asperger, que aunque no lo tiene aún diagnosticado, tiene todos los sintomas y casi el 99% de que lo presente. Hace unos meses que empecé con la medicación para su Deficit de atención e hiperactividad y te aseguro que el cambio ha sido increible, no entiendo porque no lo medicas, pues seguramente si tubiera una gripe lo harias… a raiz de la medicación mi hijo puede concentrarse, lo cual le hace aprender y madurar a un ritmo que antes no tenía, pues no sólo en el ámbito escolar, si no en todo en general… al poder estar más centrado está muchiiisimo más relajado y eso se le nota en su caracter, ya no está a la defensiva, no presenta sintomas agresivos, se interesa más por las cosas, y rie, rie muchisimo porque está de buen humor… Al principio yo tampoco estaba muy a favor por la medicación, pero hay que entender que es una medicación más, al igual que si te duele la cabeza te tomas una aspirina porque lo necesitas, mi hijo necesita esta medicina, no le doy una pastilla, le estoy dando calidad de vida…

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    • Yo soy farmacéutica, de esas que está en la ruina porque el gobierno no me paga.
      Creo que el tema medicación es algo muy personal.
      Yo no le doy esos medicamentos a mi hijo por:
      Todos los niños que conozco que los toman tienen efectos secundarios, desde leves a severos. Y tengo muchos clientes que los toman.
      Varios de los compañeros de mi hijo incluso sufrieron alucinaciones, ansiedad, arritmias,…
      Ese tipo de medicamentos están diseñados para adultos, e incluso en adultos presentan efectos secundarios. Pero en adultos es más fácil detectar esos problemas.
      Como dije antes, soy farmacéutica y tengo cierta idea de esos compuestos y como actúan. Y por tanto también sé que no se sabe sus efectos en el uso prolongado.
      La agencia española del medicamento no recomienda su administración hasta que el niño tenga por lo menos 7 años.
      Otros especialista recomiendan encarecidamente no dar esos compuestos hasta al menos los 15 o 16 años de edad.
      Para la gripe no hay una medicación que realmente sirva para algo, tan solo amortiguan los síntomas.
      Los antipsicóticos de 2ª generación no curan nada, casi ningún medicamento cura nada en realidad, lo único que hacen es alterar la función cerebral para intentar que sea la deseada, pero con resultados en muchos casos imprevisibles.

      No se puede comparar un tratamiento para una otitis, por ejemplo, o comparar un medicamento de libre elección. Es decir, la administración de medicación psiquiátrica en niños para el control teórico de sus conductas no está probado, no resuelve el problema, si dejas de dar el medicamento vuelves a la posición anterior. Y además te expones a los innumerables riesgos que este produce.

      Mi hijo sigue progresando, cuesta mucho y a veces es agotador, pero prefiero hacer ese sacrificio yo, bueno y mi esposo, que tiene una paciencia sin limite, antes que administrar antipsicóticos a mi hijo.
      Francamente, sí comparo entre el grupo de niños medicados y los que no, creo que los avances que conseguimos nosotros son más duraderos y en estos momentos mi hijo ya es más veloz en el aprendizaje.
      Coincido con el cuerpo del artículo cuando dice que en muchos casos los fármacos ocultan el problema y las causas subyacentes y no dejan intervenir sobre el mismo.
      Pero en cualquier caso, yo respeto profundamente la decisión que tome cada familia. Entiendo que son decisiones maduradas y tomadas por el bienestar del niño.
      En mi opinión, mi hijo tiene una gran calidad de vida, no sufre ansiedad, ni arritmias, ni engorda, ni tiene alucinaciones, ni está “bloqueado” a nivel químico, es decir, es plenamente consciente de todas sus sensaciones, y está empezando a controlarlas de motu propio. Y cuando por sí mismo consigue esos hitos, la felicidad de su cara no tiene precio. Quizá la calidad de vida que mi esposo y yo hemos tenido en estos años no haya sido la mejor, pero hoy mirando atrás y viendo lo que hemos conseguido, ha merecido la pena.
      Pero como decía, es la postura de mi esposo y mía, y cada familia es un caso diferente y cada uno sabe lo que es mejor para su hijo. Yo, jamás podría recomendar de forma honesta ese tipo de medicamentos, y me paso la vida mordiéndome la lengua cuando veo llegar a una madre con su hijo de 4 años al que le han recetado alguna de esas pastillas tan rentables. Pero no es mi labor, ni debo juzgar, ni recomendar, si acaso, doy las advertencias que como profesional sí puedo y debo hacer.
      Y por supuesto respeto la decisión de cada familia, ya que considero que no hay dos casos iguales

      Responder
      • Gracias Belén por ser tan respetuosa, pocas personas lo son. Gracias también por tu información porque siempre es buena saberla y más aún de una profesional como tú. En mi caso, como tú dices, cada niño es un mundo, y personalmente lo que a mi más me preocupaba era su agresividad, incapaz de controlarla, y aunque afortunadamente tiene un ambiente bastante comprensivo, incluso en su colegio (cosa que es poco común hoy en día), esta agresividad le estaba trayendo graves consecuencias, incluso físicas. Quiero aclarar, que el esfuerzo que dices que haces, también lo hacemos nosotros todos lo días, marcandole unas pautas de conductas y demás, incluso acude a un centro especializado algunas tardes, y personalmente creo que la mezcla de todos estos recursos está dando resultados, pero creo que la medicación al igual que la ayuda terapéutica, y psicologica tiene sus beneficios… Bueno y por último, aclararte que afortunadamente, mi hijo no tiene ningún efecto secundario, que se que es muy común en estas medicinas, el único efecto que tiene es que ha progresado muchísimo.

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  9. Gracias por este artículo . He visto descritos a algunos de los niños que conozco.
    Mi pregunta es sí sé puede dar el déficit de atención de forma individual. Ya que creo que es el problema en mi caso. Y el tema de tic también.
    A mi hijo le cuesta horrores centrarse, pero todo el mundo me dice que es por el autismo y yo creo que tal y cómo sé afirma aquí es algo más y que hay que intervenir de forma especifica.
    Yo no medico a mi hijo, y eso que fue lo primero que me dijeron.
    Realmente los médicos sé empeñan en dar pastillas y no es la solución.
    Cómo siempre enhorabuena

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