Los soldados con autismo de Israel: La Unidad 9900

Los soldados con autismo de Israel nacen a raíz de una iniciativa que se puso en marcha en el año 2013 por parte de dos antiguos agentes del Mossad (El servicio de inteligencia israelita), quienes crearon el programa Roim Rajoc, que en hebreo significa «mirando lejos» o «mirando hacia delante».

Este programa desembocó en la inclusión de jóvenes con autismo en la Unidad 9900 de la Dirección de Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y posteriormente en otras áreas de las FDI.

El nacimiento del proyecto Roim Rajoc

En el año 2011 Leora Sali, física y ex coordinadora de una unidad tecnológica del Mossad -quién además era madre de un joven con autismo-, empezó a pensar de qué forma podía crear un programa que permitiera a jóvenes con autismo poder disponer de un sistema de inclusión en el mercado laboral y también poder formar parte de las FDI, ya que debido al autismo estaban exentos. Algo similar al proyecto danés Specialisterne que nace en el año 2004, aunque este es totalmente civil.

Leora conoce a Tal Vardi, quien también era ex agente del Mossad, por medio del que en aquel entonces era el director del Mossad Tamir Pardo. Vardi, quien tenía un amigo cuyos hijos tenían autismo, estaba concienciado con el tema, de forma que une fuerzas a Leora sentando las bases de lo que en ese momento se convirtió en el proyecto más innovador en apoyo a las personas con autismo en Israel.

Los objetivos del proyecto Roim Rajoc

El proyecto inicia en el año 2013, contaba no solo con la aprobación de las FDI, sino que además fue uno de sus financiadores, y tenía entre sus objetivos conseguir usar las especiales capacidades de los jóvenes con autismo para usarlas como apoyo a la inteligencia militar inicialmente y como una lanzadera profesional civil posterior.

De esta manera conseguían formar a analistas de alto nivel y a su vez, darles la posibilidad de servir en las FDI. Inicialmente se prepararían para la Unidad 9900 de inteligencia militar, especializada en análisis de imágenes. También es conocida como “Los ojos de Israel”.

Para poder preparar a los jóvenes (de ambos sexos por supuesto, aunque por lo que sabemos, apenas había mujeres) fueron a la Ono Academic College, donde recibieron un programa intensivo de formación, no solo a nivel académico, también a nivel de habilidades sociales. Una vez superados los primeros tres mes de formación accedían a la segunda parte, que era un nuevo programa de capacitación de tres meses más, pero ya por parte de las FDI, aunque siendo civiles. Una vez finalizado con éxito el programa de formación, podían decidir incorporarse a las FDI.

Seleccionando a los futuros soldados con autismo

Obviamente el programa solo admite a jóvenes que cumplan ciertas características. Deben ser israelitas, hablar hebreo, ser autosuficientes, tener bajas necesidades de apoyo y ser capaces de gestionar el tiempo. Alrededor del 80% de quienes se inscriben son aceptados, y el 90% consiguen acabar el proceso de formación previo al ingreso en las FDI.

La gran mayoría de los soldados con autismo tienen buenas capacidades cognitivas, pero generalmente son muy malos a nivel social. Por ello reciben un programa específico para saber interactuar en equipo y comunicarse con sus superiores. Aunque sí es cierto que no suelen entender bien los aspectos relativos a la jerarquía militar sí son capaces de desenvolverse adecuadamente con oficiales que han recibido la adecuada formación para trabajar con personas con autismo.

soldados con autismo de Israel
Los analistas descifran las imágenes de los satélites. Foto: Ministerio de Defensa de Israel

Capacidades visuales, detección de patrones y concentración

Debido a sus capacidades visuales, de memoria y concentración, son extremadamente buenos analizando imágenes. Buscando patrones y encontrando cosas que no deberían estar ahí, lo cual es fundamental en inteligencia militar.

La capacidad de estar horas llevando a cabo la misma tarea sin perder un ápice de concentración los convierte en increíblemente hábiles para esa tarea.

Incluso se especula que fueron soldados con autismo los que dieron las primeras pautas y crearon la base de “Lavender” la IA del departamento de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial de la Unidad 8200 de las FDI.

Pero no sólo analizan imágenes, también analizan datos diversos, trabajan en código y software, analizan datos de internet, crean perfiles, rastrean la dark web, redes sociales y una larga lista de labores de inteligencia y logística. Y en base a ingentes cantidades de datos, aparentemente no relacionados, son capaces de crear información valiosa para la inteligencia militar.

En la actualidad hay bastante secretismo en cuanto al número de soldados con autismo en activo, sus datos personales, etcétera. Podemos decir que las FDI se toman muy en serio su seguridad y privacidad.

soldados con autismo de Israel
Foto: FDI

La Unidad 9900

La principal función de la Unidad 9900 es la recopilación y tratamiento de imágenes, datos geográficos de aviones y satélites, interpretación y mapeado de las mismas para su posterior uso por los oficiales a la hora de la toma de decisiones relativas a acciones de inteligencia o movimientos tácticos en el campo de batalla. Y desde el 2020 también operan drones en la unidad VISINT 9900.

En el año 2013 se incorporaron los primeros 12 participantes, pero ya en el 2015 la unidad contaba con 22 especialistas con autismo. Se cree que más de 200 personas con autismo han pasado por la unidad. Según una oficial de la Unidad 9900 del Cuerpo de Inteligencia, quien tenía varios soldados con autismo bajo su mando, afirmó que trabajar con ellos fue una de las experiencias más significativas en su vida, “en los 7 años que llevo sirviendo en el ejército, este ha sido el mejor trabajo y estos son los mejores soldados que jamás he tenido”.

En el año 2015, uno de los soldados con autismo de la Unidad 9900 respondió a preguntas de la agencia de noticias Europa Press, tienen la información AQUÍ.

La Unidad 9900
Los jóvenes de la selecta Unidad 9900 son los responsables de analizar las centenares de imágenes que a diario proporcionan la flota de satélites espía y las decenas de drones de reconocimiento militar. Foto: Ministerio de Defensa de Israel

Curiosidades de los soldados con autismo de Israel

Las salas de trabajo están especialmente adecuadas, o incluso los cubículos personales. Se controla, la luz, el ruido, las distracciones, etcétera, y por supuesto tienen zonas para relajarse.

Los oficiales y personal militar que trabaja con estos soldados con autismo han sido formados para que puedan ser concretos, por ejemplo. Saber que no deben decir cosas como: La próxima reunión la haremos alrededor de las 10:00. Esto no es comprensible, deben dar una hora exacta, y decir que la reunión se llevará a cabo a las 10:00 exactamente.

Uno de estos jóvenes fue instruido para que tuviera claro que su trabajo era secreto y que no debía compartir esta información con nadie. Posteriormente tuvieron que mejorar esa orden y modificarla para que sí compartiese sus datos con sus compañeros y superiores. Ya que como era secreto, pues no lo compartía con NADIE.

Es común que tanto en el proceso de formación como ya una vez incorporados a las FDI las familias reciban información sobre sus hijos, ya que a su familia tampoco les cuentan NADA.

Es necesario que sus tareas tengan un tiempo fijo, ya que, si no, debido a un espíritu de perfeccionismo infinito, jamás pensarían que algo está acabado. La orden de el viernes a las 17:00 debes presentar el resultado del trabajo, tengas lo que tengas y aunque no esté terminado, parece ser habitual.

La mayoría no entienden bien la jerarquía militar, y pueden dirigirse a un General como si fuera su vecino de toda la vida. Aunque esto no ha supuesto ningún problema para los militares, quienes han sabido adaptarse a esta forma especial de relacionarse. Pero sí aprenden a seguir ordenes de alguien a quien consideran un jefe o superior.

La mayoría mejoran enormemente en su capacidad de autonomía, autodeterminación y en sus habilidades sociales.
Participaron en la búsqueda del avión Hércules 130-C del Ejército de Chile que se estrelló en el año 2019, dando la localización de los restos.

Fin del servicio en la FDI y salida laboral

Una vez cumplen su servicio militar y estos soldados con autismo se reincorporan a la vida civil. Suelen tener bastantes oportunidades laborales. Empresas como Facebook, Intel o Ebay están listas a contratarlos, así como una lista “secreta” de empresas del sector de la defensa.

También pueden recibir formación específica de ciberseguridad aplicada al ámbito civil, y, por tanto, la cantidad de compañías interesadas en contratarlos es importante, destacando especialmente al sector de la banca.

Poder tener acceso al mundo laboral es muy importante, ya que en Israel a los 21 años desaparecen las ayudas que podían recibir del Estado relacionadas con el autismo.

Algunas consideraciones

No solo las FDI cuentan con personas con autismo, también sucede en las agencias de inteligencia de otros países, incluso en la NASA. También las empresas de logística los contratan, sin necesidad de que tengan expediente militar. Y claro que toda acción destinada a integrar a gente en el espectro es algo bueno. Ahora bien, me asaltan ciertas dudas sobre este tipo de acciones, que entiendo que al final son inevitables, pero creo que podemos buscar otras formas.

En el caso de Israel, es cierto que este proyecto hace que esos jóvenes se sientan más útiles, más integrados, sobre todo en un país donde tantas cosas giran -lamentablemente- alrededor del ejército. Pero creo que hay que tomar en consideración algunas cuestiones que quizá se están pasando por alto.

Que alguien deba integrarse en las fuerzas armadas de un país para sentirse incluido me parece horrible. Francamente, me gusta más el modelo de Specialisterne, que, sin ser perfecto, no requiere de incluir el participar de matar a gente como forma de inclusión social. Que obviamente alguien pensará que formar parte de un ejercito no incluye necesariamente matar a nadie. Y es cierto. Pero en el ejército de Suiza pues lo puedo aceptar, pero en el de Israel que está en guerra desde que lo crearon, siento no tenerlo tan claro. Quizá tenga prejuicios, pero es lo que pienso.

Además, sabemos que influir en la gente joven es relativamente fácil, pero si además tiene autismo, es mucho más fácil. Desconozco si hay un programa psicológico para que estos jóvenes tengan claras esas realidades, a lo mejor sí y yo estoy diciendo tonterías. Pero creo que hay aspectos relacionados con la ética y la moral que deberían contemplarse. Aunque es cierto que la ética y la moral es algo muy relativo, y que hay aspectos subjetivos ligados al contexto social y cultural.

Pero sigo pensando que quizá no sea una buena idea entender que una forma de apoyar a la población con autismo grado 1 de un país deba incluir una militarización. Llámeme pacifista si lo desean, pero me resulta difícil de tragar esa forma de incluir.

Los soldados con autismo de Israel probablemente hagan un gran trabajo, no lo pongo en duda, y apoyen a su país. Lo que no tengo yo tan claro es si el precio que su país les hace pagar por esa inclusión merece la pena.

En conclusión, ojalá podamos aprender de esta situación que si a alguien con autismo le apoyamos adecuadamente será alguien que podrá tener una vida plena. Y sin necesidad de tener que formar parte de ninguna organización militar. Las personas con autismo merecen tener ese apoyo sin necesidad de pagar un precio tan alto.


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