Los rasgos relacionados al autismo y el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) tienden a coexistir aun en la adultez, según uno de los primeros estudios de los rasgos en ese grupo de edad 1.
Los estudios amplían el apoyo a la idea que el autismo y TDAH esta intrínsecamente conectados, una noción que se basa en gran medida en estudios de los niños
“No se sabe mucho acerca de la transición de la adolescencia tardía a la edad adulta con respecto al autismo y el TDAH” dice el investigador principal, Ralf Kuja-Halkola, quien es también estadístico en el instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia.
Los hallazgos tienen implicación en como los profesionales deberían tratar a las personas con los rasgos.
“Si un adulto joven está buscando ayuda por algún trastorno, es una buena idea evaluar también los síntomas de otros trastornos”, afirma Kuja-Halkola.
Los datos procedían de al menos 7.000 gemelos, y los investigadores fueron capaces de discernir que, aproximadamente la mitad de la superposición en los rasgos, se debe a factores hereditarios y la otra mitad a factores ambientales.
“Este estudio llena una brecha importante en la comprensión sobre la relación del autismo y los síntomas del TDAH en los adultos”, dice Benjamin Yerys, psicólogo infantil en el Centro de Investigación en el hospital de niños de Filadelfia, quien no participo en el estudio.
Cambio de rasgos:
Kuja-Halkla y sus colegas, analizaron los rasgos del autismo y el TDAH en 6.866 gemelos nacidos en Suecia a mediados de Mayo 1985 y Junio 1992. Los participantes forman parte de El Registro de Gemelos, el cual incluye a ambos, gemelos idénticos y gemelos fraternos.
Cuando los participantes tenían 20 a 28 años, completaron un cuestionario que investiga los rasgos del autismo. Las preguntas son basadas en los criterios del diagnóstico de autismo y TDAH.
Los investigadores encontraron que, cuando un hermano tiene problemas de atención o de hiperactividad, su gemelo tiene conductas repetitivas y problemas de comunicación social. La superposición es más fuerte en gemelos idénticos comparado a gemelos fraternos, quienes solo comparten la mitad de su ADN. Esto sugiere que, los factores genéticos contribuyen a la superposición.
La superposición es más fuerte entre las conductas repetitivas que se caracterizan en el autismo, y la impulsividad e hiperactividad que se caracteriza en el TDAH 2.
En el 2014, un estudio realizado en adultos de la edad 20 a 46 años, reporto el mismo patrón 3. Por el contrario, estudios de niños han demostrado que las dificultades de comunicación social relacionadas al autismo sigue la trayectoria mayormente con los rasgos del TDAH.
“Parece que los tipos de rasgos que se superponen están cambiando con la edad”, dice Tinca Polderman, profesora asistente en los rasgos complejos de genética en la Universidad VU de Amsterdam, en Países Bajos, quien llevo a cabo el estudio en el 2014.
Las razones del cambio no son claras. Polderman dice que, puede ser que las dificultades de socialización y comunicación son menos prominentes en adultos que en niños: Los niños con frecuencia se enfrenta con situaciones sociales complejas en la escuela, mientras que los adultos pueden decidir ambientes adecuados a sus habilidades sociales.
Raíces Genéticas
Al momento de comparar las puntuaciones de los gemelos idénticos y gemelos fraternos, los investigadores estiman que los factores genéticos muestran aproximadamente la mitad de superposición en los rasgos del autismo y en el TDAH. Los factores ambientales únicos de cada uno, tales como accidentes o experiencias con compañeros, pueden representar el resto de la superposición. Los hallazgos aparecieron el 7 de septiembre en Psychological Medicine.
El estudio puede subestimar la contribución genética a la superposición, sin embargo: los estudios de pares de gemelos infantiles sugieren que los genes representan para la mayor parte de la superposición entre el autismo y el TDAH 4. Por ejemplo, si uno de los hermanos en el nuevo estudio fuese calificado de diferente manera que su gemelo, podría haber sesgado la estimación para la contribución de la genética.
Todos estos hallazgos se sostienen cuando los investigadores controlan el sexo de los participantes. También se sostienen cuando se excluyen 115 participes que tengan diagnóstico de TDAH, y 75 de ellos con diagnóstico de autismo. Esto sugiere que, la superposición en los rasgos no es llevada por aquellos que son severamente afectados.
Kuja-Halkola dice que, el siguiente paso es rastrear como la superposición de los rasgos cambia con la edad siguiendo a las mismas personas a lo largo del tiempo.
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