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Las mujeres que padecen infecciones durante el embarazo tienen un elevado riesgo de tener niños con autismo. La mayor parte de los datos indican que la respuesta inmunitaria hiperactiva de la madre es inherente al riesgo.
Sin embargo, un nuevo estudio contradice esta postura: vincula niveles altos de una proteína inflamatoria en mujeres embarazadas con un escaso riesgo de autismo en sus hijos, lo que sugiere que la respuesta inmunitaria fuerte es protectora.1
Los investigadores analizaron 1315 pares de madres con sus hijos, entre ellos 500 hijos con autismo y 235 con retraso del desarrollo. Hallaron que las embarazadas sanas con altos niveles de la proteína C reactiva (PCR), marcador de inflamación, tienen menos probabilidades de tener un niño con autismo que las mujeres con niveles normales de la proteína. Estos hallazgos contradicen el informe de 2013 sobre una gran cohorte finlandesa que vinculaba los altos niveles de la PCR durante el embarazo con un riesgo elevado de tener niños con autismo.
“Hallamos lo opuesto a lo que esperábamos“, comenta la investigadora experimentada Lisa Croen, directora del Programa de investigación de autismo de Kaiser Permanente de Oakland, California. El trabajo se presentó en abril en Translational Psychiatry.
Los resultados sugieren que la fortaleza del sistema inmune de la mujer, en lugar de la respuesta a la infección, es el factor importante para determinar el riesgo de autismo. Los niveles de referencia moderados o bajos de PCR podrían indicar una capacidad relativamente baja de eliminar una infección. Además, una respuesta inmunitaria menos potente podría aumentar el riesgo en algunas mujeres, según los investigadores.
Proteína protectora:
Las señales inmunitarias en el útero pueden llevar al feto en desarrollo al autismo. Los investigadores no saben con exactitud cómo ocurre este proceso, pero los estudios involucran varias moléculas inmunitarias, desde anticuerpos hasta proteínas de señalización. En el estudio nuevo, el equipo de Croen analizó niveles de la PCR, que la persona produce en niveles bajos cuando está saludable y en niveles altos como respuesta a una infección, inflamación o traumatismo.
Los científicos midieron la PCR en muestras de sangre congeladas de embarazadas que habían sido almacenadas luego de pruebas genéticas. Compararon los niveles de PCR con los diagnósticos de autismo o retraso del desarrollo de niños mediante la base de datos de los servicios de desarrollo de California.
Los investigadores no hallaron asociaciones entre los niveles de PCR en mujeres y el retraso del desarrollo de sus hijos. Sin embargo, las mujeres cuyos niveles de PCR estuvieron dentro del 25 % más alto del grupo tenían un 44 % menos de probabilidades de tener hijos con autismo que otras mujeres, lo que sugiere que los niveles elevados de PCR son protectores.
En el estudio finlandés anterior, las embarazadas con niveles prenatales de PCR dentro del 10 % más elevado tenían un 80 % más de probabilidades de tener un hijo con autismo que las del 10 % del menor nivel.
Escenario complejo:
Estos resultados opuestos podrían reflejar las diferencias en las poblaciones analizadas. La población finlandesa relativamente uniforme difiere en diversas maneras de las mujeres asiáticas, hispanas, blancas y afroamericanas cuyas muestras de sangre analizaron Croen y sus colegas.
“Es posible que las diferencias genéticas entre las dos poblaciones (o la exposición a diferentes virus y bacterias) influya en los niveles de PCR“, propone Croen. Esas diferencias podrían afectar también el riesgo de autismo. “No sabemos realmente porqué difieren los resultados“, reconoce. “Estamos observando una molécula en particular dentro de miles de cosas diferentes que le suceden al cuerpo de la mujer“.
“Es probable que estos datos solos sean insuficientes para desentrañar la relación entre los niveles de PCR y el autismo“, comenta Brian Lee, profesor asociado de epidemiología y bioestadísticas de la Universidad de Drexel en Filadelfia. “El sistema inmunológico es dinámico. Una muestra durante el transcurso de los nueve meses del embarazo no refleja necesariamente lo que sucede durante todo el embarazo“, dice Lee.
Croen planea encontrarse con otros investigadores durante este año para comprender todos los datos sobre la inmunología materna y el riesgo de autismo. Algunos de los hallazgos encajan perfectamente con un modelo de activación inmunitaria, mientras que otros lo contradicen, tales como los de este artículo nuevo.
“Debemos poner todos los resultados sobre la mesa y considerar las similitudes y diferencias“, comenta. “Son justamente las inconsistencias las que nos dirán algo“.
Bibliografía:
- Zerbo O. et al. Transl. Psychiatry 6, e783 (2016) PubMed
Spectrum ofrece noticias y análisis de los avances en la investigación del autismo. Los fondos para Spectrum provienen de la Simons Foundation Autism Research Initiative (SFARI), pero el medio de comunicación es editorialmente independiente “.
©Fundación Simons, Spectrum y autores, todos los derechos reservados.
©Traducción Ileana Gerard para Autismo Diario
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