Efectos adversos de los antipsicóticos de segunda generación en niños y adolescentes

La revista Evidencias en Pediatría publicó dos trabajos de revisión relacionados con el uso de fármacos antipsicóticos en niños. Aunque no son recientes, si son relevantes, dado que el uso de este tipo de fármacos está muy generalizado, y es importante que tengamos toda la información sobre efectos adversos.

El primer trabajo de revisión titulado “Complicaciones metabólicas y neurológicas de los antipsicóticos de segunda generación en niños: estudio sistemático y metaanálisis de ensayos controlados y aleatorizados(1) concluye con que existe evidencia que sugieren que el uso de antipsicóticos de segunda generación en niños está asociado con efectos adversos metabólicos y neurológicos.

Resultados de la revisión: se incluyeron en el estudio 35 ECA (Ensayo Clinico Aleatorizado. No se refleja el número de participantes). En general, la calidad de los ensayos se consideró alta (32 ensayos recibieron un valor de bueno o suficiente).

Risperidona (19 ECA): la duración de los ensayos osciló entre tres semanas y seis meses y la calidad de los mismos fue valorada de baja a buena.

En los ensayos de menos de 12 semanas, se encontró un aumento significativo del riesgo (comparado con el placebo) en relación con la ganancia de peso (diez ECA), índice de masa corporal, presión sanguínea (menor), síntomas extrapiramidales (siete ECA) y prolactina elevada (tres ECA).

Los ensayos de 12 semanas o más mostraron un aumento significativo para la ganancia de peso (tres ECA) cuando se compararon con el placebo.

Los resultados de un solo ECA también se incluyeron en el estudio.

Olanzapina (siete ECA): la duración de los ensayos osciló entre tres y ocho semanas y fueron de buena calidad. En comparación con el placebo, se encontró un aumento significativo del riesgo para el aumento de peso (tres ECA), aumento de peso clínicamente significativo, aumento del índice de masa corporal (dos ECA), síntomas extrapiramidales, aumento de la presión sanguínea (menor) y aumento en triglicéridos (dos ECA), colesterol total (dos ECA), lipoproteínas de baja densidad del colesterol, insulina, prolactina (dos ECA), aspartato y alanin transaminasas (dos ECA). En comparación con la risperidona, la olanzapina mostró mayor aumento de peso y mayores anomalías metabólicas en pruebas de laboratorio (dos ECA). En comparación con la clozapina no se encontraron diferencias significativas en relación con la ganancia de peso y/o anomalías metabólicas de laboratorio.

Quetiapina (cuatro ECA): la duración de los ensayos varió entre seis y ocho semanas y estos fueron de buena calidad. Se encontró un aumento significativo del riesgo para el aumento de peso (tres ECA), el aumento de la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca (menor) y la elevación de los triglicéridos, en comparación con el placebo.

Clozapina (tres ECA): la duración de los ensayos varió entre seis y 12 semanas y fueron de buena calidad. Todas las comparaciones se realizaron frente a un principio activo: olanzapina (dos ECA, ver arriba) y haloperidol (un ECA). Una mayor proporción de pacientes tratados con clozapina mostró una disminución en el recuento absoluto de neutrófilos en comparación con el haloperidol. No se encontraron diferencias en ninguno de los grupos en la puntuación total de la escala de movimientos anormales involuntarios. Además, las medias de aumento de peso fueron similares en ambos grupos.

Aripiprazol (cinco ECA): la duración de los ensayos osciló entre cuatro y ocho semanas y fueron de buena calidad. Se encontró un aumento significativo del riesgo para el aumento del peso (cinco ECA), el aumento de peso clínicamente significativo, el aumento en índice de masa corporal (tres ECA) y los síntomas extrapiramidales, en comparación con el placebo (cinco ECA). No se encontraron pruebas de la existencia de anomalías metabólicas de laboratorio y se observó una disminución de los niveles de prolactina (cuatro ECA).

Ziprasidona (un ECA): no hubo diferencias significativas entre grupos para los principales resultados en este ensayo de ocho semanas en niños con el síndrome de Tourette.

Paliperidona: no se encontraron estudios que cumplieran los criterios de inclusión.

Los ensayos de 12 semanas de duración o más, demostraron un aumento significativo en la ganancia ponderal, en comparación con placebo.

Conclusiones de los autores: existen pruebas que apoyan que el uso de antipsicóticos de segunda generación en niños está asociado con efectos metabólicos y neurológicos adversos. Los autores afirman que se necesita vigilar atentamente los posibles efectos adversos metabólicos y neurológicos y deberían considerarse parte del cuidado básico.

El segundo trabajo de revisión titulado “Efectos adversos de los antipsicóticos de segunda generación en niños y adolescentes: un meta-análisis bayesiano(2) concluye que la revisión encontró que los antipsicóticos de segunda generación (ASG) causaron frecuentemente efectos adversos (EA) a corto plazo, tanto metabólicos como síndrome extrapiramidal, en niños y adolescentes; y que los perfiles de estos EA variaron según los diferentes fármacos. La determinación a posteriori de los métodos, la valoración subóptima de la calidad de los estudios y su dependencia de comparaciones indirectas, sugieren que estas conclusiones deben ser interpretadas con cautela.

Resultados de la revisión: se incluyeron 41 estudios (4015 participantes, rango 9 a 302). El meta-análisis incluyó 93 brazos: entre 4 y 25 brazos por cada intervención activa y 23 brazos control (no tratados o placebo). La calidad de la descripción de los EA se calificó como moderada (puntuación media de 5 sobre 13 puntos).

Los datos recogidos de la clozapina solo permitieron analizar la ganancia de peso y la somnolencia; otros medicamentos fueron evaluados para todos los resultados. Los resultados presentados aquí muestran una diferencia significativa entre el grupo de intervención frente al de placebo o ningún tratamiento; los resultados para otras comparaciones no fueron significativos. El aumento de peso se informó en 25 estudios (62 brazos, 3401 participantes). El aripiprazol, la clozapina, la olanzapina, la quetiapina y la risperidona se asociaron a un aumento significativo del peso. Las odds ratio para el riesgo de aumentar de peso variaron de 3,77 (IC 95% 0,37 a 16,27) para ziprasidona hasta 15,1 (IC 95% 6,56 a 31,1) para olanzapina. El aumento medio de peso osciló entre 0,89 y 3,99 kg (30 estudios, 66 brazos, 3221 participantes) y fue mayor para olanzapina (aumento medio de 2,99 kg). La ziprasidona se asoció con una pérdida ponderal media de 0,1 kg, sin significación estadística.

Se comunicaron resultados metabólicos en diez estudios (27 brazos, 1655 a 1784 participantes). La risperidona y la olanzapina aumentaron significativamente la glucemia (aumentos medios de 2,09 a 3,7 mg/dl). La quetiapina y la olanzapina aumentaron de forma significativa el colesterol (aumentos medios de 4,46 a 10,77 mg/dl) y los triglicéridos (aumento medio de 19,5 a 20,18 mg/dl).

El aumento de prolactina se comunicó en 12 estudios (26 brazos, 1180 participantes), La risperidona, la olanzapina y la ziprasidona aumentaron significativamente el riesgo de una elevación significativa en la prolactina (odds ratio de 15,6 a 38,63). La sedación y la somnolencia se comunicaron en 29 estudios (66 brazos, 3348 participantes) y todas las drogas mostraron un riesgo significativamente mayor (odds ratio de 5,44 a 54,82). Se comunicó síndrome extrapiramidal (incluyendo acatisia) en 28 estudios (63 brazos, 3258 participantes), mostrando un riesgo significativamente mayor la ziprasidona, la olanzapina, el aripiprazol y la risperidona (odds ratio 3,71 a 20,56). Se comunicaron intervalos de confianza para todos los análisis. Los resultados de los análisis de sensibilidad no difirieron sustancialmente de los de los análisis principales.

Conclusiones de los autores: Los antipsicóticos de segunda generación causan frecuentemente efectos metabólicos adversos a corto plazo y síndrome extrapiramidal en niños y adolescentes. Los perfiles de efectos adversos variaron entre los diferentes fármacos.

Estos dos estudios de revisión vienen a abundar en la evidencia del riesgo de la administración de fármacos antipsicóticos a niños, es por tanto muy importante evaluar los riesgos beneficios que la administración de este tipo de fármacos tiene. Habitualmente en el caso de niños con autismo se suelen recetar para disminuir la irritabilidad, aunque existen otras vías no farmacológicas para conseguir lo mismo y con resultados perecederos y que obviamente no presentan efectos secundarios adversos. El otro problema de los fármacos es que realmente no resuelven el problema real, podemos decir que lo enmascaran. Por ejemplo, muchos problemas de conducta tienen un origen en una mala comunicación o en desordenes sensoriales, si damos modelos de comunicación y/o regulamos los problemas sensoriales conseguiremos que muchos de los procesos de irritabilidad desaparezcan.

Ante la administración de este tipo de fármacos a niños hemos de aumentar siempre las precauciones y estar atentos a cualquier efecto adverso. Es importante destacar que muchos de estos fármacos generan estados de ansiedad (motivo por el cual muchos niños engordan, ya que usan la ingesta compulsiva como un reductor de la ansiedad), estreñimiento (que genera mucho malestar y por tanto aumenta la irritabilidad), alteraciones de la percepción sensorial (que si ya de por sí está alterada, aumentamos las sensaciones desagradables), y otros efectos adversos como los descritos previamente. Es básico siempre que el profesional de la salud les informe de forma meticulosa y muy detallada de todos y cada uno de los efectos adversos que este tipo de fármacos generan, de forma que ante la aparición de cualquiera de ellos, puedan advertir al médico y que éste retire o cambie la medicación. Nunca administren ni retiren un fármaco de este tipo si no es bajo supervisión médica.

Pueden acceder a a información completa en la web de Evidencias en Pediatría pulsando en los enlaces incluidos en la bibliografía.

Bibliografía:

 

  1. Benito Herreros A.M. Complicaciones metabólicas y neurológicas de los antipsicóticos de segunda generación en niños: estudio sistemático y metaanálisis de ensayos controlados y aleatorizados. Evid Pediatr. 2012;8:88. Traducción autorizada de: Centre of Reviews and Dissemination (CRD). Metabolic and neurological complications of second-generation antipsychotic use in children: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Universityof York. Database of Abstracts of Review of Effects web site (DARE). Documento número: 12011004883 [en línea] [fecha de actualización: 2012; fecha de consulta:14/05/2012]. Disponible en: http://www.crd.york.ac.uk/crdweb/ShowRecord.asp?AccessionNumber=12011004883
  2. Juanes de Toledo B. Efectos adversos de los antipsicóticos de segunda generación en niños y adolescentes: un meta-análisis bayesiano. Evid Pediatr. 2013;9:73. Traducción autorizada de: Adverse effects of second-generation antipsychotics in children and adolescents: a Bayesian meta-analysis. Centre of Reviews and Dissemination (CRD). University of York. Database of Abstracts of Review of Effects web site (DARE) Documento número: 12012027166 [en línea] [Fecha de actualización: 2013; fecha de consulta: 13/08/2013]. Disponible en: http://www.crd.york.ac.uk/CRDWeb/ShowRecord.asp?ID=12012027166#.UgnwlVPnZJU

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3 comentarios en «Efectos adversos de los antipsicóticos de segunda generación en niños y adolescentes»

  1. ¿¿Pero como es posible que esten dando anti-psicóticos a NIÑOS??
    Sean autistas o no lo sean, es una barbaridad. Eso modifica el cerebro de manera permanente. Bloquean la dopamina en todo el cerebro, provocan que la materia gris del cerebro se vaya atrofiando con los años de tratamiento y generan adicción. . Por dios¡¡¡ No les den eso a sus hijos.
    Uffff, de verdad, no se lo den.

    Responder
  2. ¿A que viene esto? Pero ¿no hay revisiones e incluso más recientes que dejan este tema más que demostrado?.
    Se hacen estudios de substancias que solo excepcionalmente se deberían usar en el autismo pues la evidencia de su utilidad sobre tales síntomas como la irritabilidad autista y las conductas problemáticas es muy limitada, en niños (en algunos y a corto plazo) y con respecto a los fármacos que están autorizados por la FDA (aripiprazole y risperdal, los dos con multas millonarias por marketing ilegal y similares). En adultos la evidencia es nula. Mira por favor a lo que está saliendo en la esquizofrenia: los antipsicoticos reducen el volumen cerebral, empeoran los síntomas negativos, y producen reacciones de compensación/habituación y tarde o temprano esto lleva a reacciones psicóticas iatrogénicas y a disquinesias incurables en un porcentaje muy alto de los drogados.

    Dices además cosas poco claras:
    “Los ensayos de 12 semanas o más mostraron un aumento significativo para la ganancia de peso (tres ECA) cuando se compararon con el placebo”.
    ¿Son tres ECAS los que se analizan o tres ECAS los que producen estos efectos. Y que pasa con la hiperprolactemia y los EPS, ¿me quieres decir que han desaparecido de los estudios de más de 12 semanas? Y así muchas.

    Y de segunda generación y que? ¿No te has enterado que gente como Tyrer, Kendall etc organicistas de pro ya han dicho que los de “nueva generación” son un artilugio de marqueting para abrir mercados y subir precios? Y esto a costa de nuestros hijos.

    Venga ya Daniel. Los antipsicóticos deben ser usados de manera excepcional en el autismo, Se dan de manera rutinaria y más y más hasta el punto de que la mayoría de los afectados que llegan a la edad adulta los toman y SON ALTAMENTE TOXICOS: enferman, discapacitan y matan. Y esa es la intención en muchos casos una eutanasia rentable. Estamos ante una de las mayores violaciones de derechos fundamentales de nuestros tiempos. Lee a Joukamma, a DE Hert, a Scott C Wood, y a muchos otros. que han tocado el tema en los últimos 6/8 años.

    Este hilo no es más que otro intento de encubrimiento y de enmarañar hechos para defender intereses más que dudosos.

    NO SE DEBEN DAR ANTIPSICOTICOS A NIÑOS Y MENOS A NIÑOS DISCAPACiTADOS; ES UNA VIOLACION DEL ARTICULO 25 DE LA CONVENCION. Si excepcionalmente se dan, esto debe ser claramente documentado y con un seguimiento rigurosos . Y esto que casi nunca se hace.

    Necesitamos estudios sobre los hechos Daniel no burocracia científica. Cuantos, como….así de simple.

    Responder

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