En noviembre pasado acepté un puesto académico en la Universidad de Carolina del Sur (USC). Debido a una serie de circunstancias no me fue posible el mudarme hasta hace un par de semanas. A mi llegada a USC mi oficina no tenía una silla o una computadora, obligándome así a compartir la computadora portátil de mi esposa. Espero que esto ayude a explicar la falta de actividad en mi blog durante este período de tiempo.
Al escribir el presente blog me sentí inspirado al reflexionar sobre la vida de Bernard (Bernie) Rimland (ver http://bit.ly/1zuuHPp and http://bit.ly/1Kpu0hH ). Bernie fue un escritor prolífico que tuvo una presencia notable en medios sociales antes de existiera el Internet, Facebook o aun el Twitter. Bernie escribió columnas casi semanales para boletines informativos y respondió diariamente a una multitud de cartas dirigidas a él. Sólo para ser justos, Bernie tenía un poco de ayuda en la elección de los temas para sus boletines de noticias dadas las muchas ideas que recibía a través del correo. Bernie creía que esta información, derivada de los padres y pacientes, era muy valiosa y digna de ser recopilada. Probablemente la información más importante y abundante que el recibió era la de tratamientos o intervenciones que, segun los padres, habían demostrado beneficio en el autismo. En efecto, una gran cantidad de estos padres abogaban por los beneficios de suplementos dietéticos. Entre estos suplementos el más mencionado era la piridoxina (vitamina soluble en el agua, también conocida como B6). Sin embargo, altos niveles de piridoxina pueden causar daño a los nervios debido a bajos niveles de magnesio. Los médicos recomiendan el uso de magnesio en conjunto con piridoxina con el fin de prevenir este efecto secundario. Más recientemente la administración de suplementos de magnesio por sí mismo ha adquirido cierta popularidad. (Una buena opinión sobre el tema fue ofrecida por Bernard Rimland en la Revista Internacional sobre la Investigación del Autismo, volumen 1, número 4).
El magnesio es un mineral que se encuentra en grandes cantidades en nuestro cuerpo. Se ha encontrado que el magnesio participa en varios cientos de reacciones bioquímicas que mantienen el cuerpo trabajando normalmente mediante la regulación de la producción de energía y los niveles de muchos nutrientes importantes. La mitad del magnesio se almacena en los huesos. Una deficiencia de magnesio se ve tan solo en raras ocasiones, pero niveles relativamente bajos son comunes. Se dice que alrededor del 30% de la población no está tomando la cantidad diaria recomendada de magnesio. El tratar de diagnosticar una deficiencia en base a un análisis de sangre puede ser engañoso, ya que sólo el 1% del magnesio total se encuentra en la sangre. Deficiencias de magnesio son vistas principalmente entre los afroamericanos y las personas mayores y se manifiestan clínicamente como enfermedades cardíacas, diabetes y/o osteoporosis. Síntomas individuales de la deficiencia de magnesio incluyen irritabilidad, náuseas, vómitos, arritmias, crecimiento de las uñas pobres, espasmos musculares, debilidad, insomnio y convulsiones.
Una revisión Cochrane de la literatura para la administración de suplementos de piridoxina y magnesio en el autismo encontraron pocos estudios que cumplieran con los criterios de un meta-análisis. La revisión concluyó que el uso de estos suplementos no podía ser apoyada y que se necesitaban ensayos adicionales. La revisión Cochrane ha sido criticada por haber excluido a un buen número de informes positivos. Sin embargo, estos estudios sufrieron de defectos metodológicos, eran pequeños, y podrían confundir la literatura ya que tan solo los resultados positivos tienden a ser publicados.
Hay algunos informes de casos de deficiencia de magnesio en personas con trastorno del espectro del autismo. Es difícil evaluar la importancia de estos hallazgos. Los síntomas de la deficiencia de magnesio no son generalizados entre la población con autismo. Sin embargo, algunas personas con autismo pueden ser propensos a esta deficiencia en base a sus hábitos dietéticos. Es bien sabido que muchos individuos con autismo tienen una dieta carente de fibra. Los alimentos que son ricos en fibras son generalmente altos en magnesio. También, vómitos, diarrea, diuréticos y algunas afecciones gastrointestinales ocasionalmente reportados en personas con autismo (por ejemplo, el síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa) puede causar deficiencias de magnesio. (Ver anterior: Beneficios de una dieta rica en fibra para individuos con autismo).
Aunque los suplementos dietéticos están disponibles siempre es preferible obtener el magnesio de una manera natural a través de su dieta: verduras de hoja verde, aguacate, frijoles almendras, nueces de Brasil, anacardos, semillas de calabaza y de girasol, granos enteros, pescado, kiwis, y melaza. Otras medidas que pueden ayudar a aumentar sus niveles de magnesio incluyen el limitar la ingesta de refrescos carbonatados, té, sal y alcohol.
Esta y muchas más informaciones de gran interés podéis leerlas en mi blog personal Cortical Chauvinism
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Gracias doctor Casanova por estos informes compartidos nos ayuda mucho a toda la familia
Excelente artículo, agradezco al Dr. Casanova que comparta una información tan importante para todos, en particular para los padres de niños que presentan autismo.