La Fundación Ángel Rivière cumple un año

La Fundación Ángel Rivière ha cumplido un año hoy 25 de Enero. La misión principal de esta Fundación es el apoyo a jóvenes y adultos con Síndrome de Asperger y Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) de alto funcionamiento. A lo largo de este último año 2011, superando las resistencias que plantea la crisis económica, sus promotores han ido estableciendo los cimientos sobre los que se construirán los distintos proyectos de la Fundación. El 25 de Enero del pasado año la entidad entró en el Registro de Fundaciones de la Comunidad de Madrid. Unos meses antes, un grupo de unos veinte familiares de personas con TEA se reunieron, pusieron el dinero para el fondo mínimo que se exige a toda fundación, y, sobre todo, pusieron la ilusión y la energía necesarias para desarrollar un proyecto de esta envergadura.

Sus fundadores y los miembros del Patronato están convencidos de que están embarcados en un proyecto con una importarte utilidad social. Explican que este proyecto viene a responder a una carencia que España tiene actualmente en la atención a personas con algún grado de autismo. Esta carencia está haciendo que muchas de estas personas no logren desarrollar todo su potencial, que algunas queden muy aisladas cuando van cumpliendo años y faltan sus padres, y que muchas se encuentren con todo tipo de dificultades en su vida. En este momento, dicen, ni la red sanitaria, ni ningún otro servicio social de la Administración Pública es adecuado para atender las muy diversas necesidades que pueden plantear las personas con Síndrome de Asperger y TEA. Están convencidos de estar abriendo camino, de estar llevando a cabo una tarea muy importante que quizás algún día pueda ser asumida por la Administración Pública.

Los miembros del Patronato afirman que el proyecto es ambicioso, innovador y sostenible. Piensan que es ambicioso porque su objetivo es atender a todos aquellos jóvenes y adultos con TEA que soliciten la asistencia de la Fundación en España. La FAR pretende prestar apoyo a adultos con TEA a lo largo de toda su vida, de una forma individualizada, adaptada al perfil concreto de cada persona. Y quieren acompañarles en las diversas facetas de la vida, especialmente en aquellas que facilitan el camino a la independencia, como es la inserción laboral. El apoyo será “a demanda”, no será igual para todos, sino que será cada usuario el que marcará qué necesidades tiene, qué grado de apoyo necesita.

Aparte de ese servicio permanente e individualizado, la Fundación podrá ejercer la tutela legal de aquellas personas que, en situación de desamparo, la precisen.

Para la prestación del servicio de apoyo, la Fundación Ángel Rivière ha firmado un convenio con el Centro de Psicología Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid. El CPA ha elaborado un Proyecto de Vida Independiente, y en breve se va a iniciar una experiencia piloto basada en el concepto de Planificación Centrada en la Persona, que permitirá una evaluación empírica de las posibilidades del proyecto.

Paralelamente, tienen en estudio un proyecto de inserción laboral y están gestionando ante la Administración la constitución de una entidad amparada en la legislación favorecedora de empleo. Esta entidad utilizaría alguna de las figuras legales que permitan un convenio con los servicios públicos de empleo estatal o de la Comunidad Autónoma de Madrid.

En cuanto a la innovación, dicen que se trata de algo completamente nuevo que se está creando en España en este momento. Se trata de un apoyo multidisciplinar sostenido a lo largo de muchos años, para muchos de los usuarios será un servicio de por vida. Hasta la actualidad no ha habido en nuestro país ninguna asistencia parecida para personas con TEA, puntualizan.

Respecto a la sostenibilidad, tan importante siempre, y más aún en tiempos de crisis económica, la Fundación todavía carece de una estructura administrativa profesional, evitan lastrar con gastos fijos la actividad de la Fundación, de manera que financian los reducidos gastos (gestoría, domicilio virtual, teléfono) con pequeñas cuotas de los Fundadores y de los que llaman “Amigos de la Fundación”. De momento, los patronos sacan adelante el trabajo: asesoría jurídica, secretaría, gestiones y demás trabajos imprescindibles. También cuentan con un trabajador voluntario con experiencia en recursos humanos y gestión de contratación de colectivos de personas con discapacidad. La asistencia la prestará el CPA en sus locales, o acompañando a los usuarios en su vida cotidiana. Apuntan a que el coste del servicio se financie en unidades usuario/mes, destinando a tal fin los posibles recursos que correspondan a cada usuario en virtud de los derechos que tengan reconocidos por las leyes generales como la de Dependencia o las no contributivas.

La Fundación quiere también impulsar la investigación. Cuenta con el apoyo de una Comisión Asesora en la que figuran, entre otros, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Salamanca (INICO), la Universidad Nacional de Educación a distancia (UNED), el CIBERSAM – Red Nacional de Investigación en Salud Mental, y UNICEF, IUNDIA – Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia de la Universidad Autónoma de Madrid.

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