Niveles bajos de Zinc y de vitamina D podrían estar asociados con el Autismo

Un grupo de investigadores del centro La Belle Vie Research Laboratory de Tokio han encontrado una posible relación causa efecto entre una carencia en la presencia de Zinc en el organismo y los trastornos del neurodesarrollo asociados al autismo. El resultado del estudio sugiere que la deficiencia de zinc puede contribuir a la patogénesis del autismo. Sin embargo, el mayor fallo del estudio japonés es el no haber dispuesto de un grupo de control, es decir, de un grupo de sujetos que no tuviesen un diagnostico de autismo para poder tener un grado de comparación adecuado. A su vez, se basaron tan solo en estudios de cabello, que es una prueba poco fiable. Aunque el rigor y evidencia del estudio Japonés es baja, el hecho de que otros estudios con mayor calidad hayan encontrado causas similares nos anima a hacernos eco, aunque con ciertas reservas.

El equipo de investigación formado por Hiroshi Yasuda, Kazuya Yoshida, Yuichi Yasuda y Toyoharu Tsutsui realizó el estudio basándose en la concentración de zinc en el cabello de 1.967 niños con un diagnóstico de TEA (1.553 varones y 414 féminas). La tasa de incidencia en la carencia del mineral fue del 43,5 % en varones de 0 a 3 años y del 52,5 % en féminas en el mismo rango de edad. Cada día toma más fuerza la teoría de que una de las causas del autismo está directamente relacionada a un origen genético (hereditario en algunos casos y debido a mutaciones de novo en otros) por una parte y a una influencia de factores medioambientales por otro lado. Aunque quizá la parte relacionada a elementos tóxicos es una de las teorías que vienen tomando más fuerza, tal y como ya hemos informado en Autismo Diario. Elementos tóxicos parecen estar directamente relacionados con esta alteración epigenética de la expresión genética de base y se considera como un aspecto clave en la patogénesis de las enfermedades y trastornos de origen genético.

El zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel importante en el ácido nucleico y síntesis de proteínas, la replicación celular, el crecimiento y reparación de tejidos, especialmente en las mujeres embarazadas y lactantes. Por lo tanto, la deficiencia de zinc es conocida y asociada con varias condiciones patológicas, incluyendo alteraciones de la inmunidad, retraso en la cicatrización, retraso del crecimiento, trastornos del desarrollo neuronal y enfermedades degenerativas” sic

A su vez, esta carencia de zinc ya había sido estudiada en niños con Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) por investigadores de la Universidad de Columbus – Ohio (EE.UU.) en el años 2005 y posteriormente por otro equipo internacional en el año 2009. Donde incluso la administración de zinc reducía las conductas dispersas o la tendencia depresiva. De igual forma, diversos estudios relacionados con los trastornos del aparato digestivo en la población pediátrica nos hablan de esta carencia de zinc y su posible relación con este tipo de trastornos del aparato digestivo en la población infantil en general.

A su vez, investigadores de Suecia y los EE.UU. también encontraron que la carencia de vitamina D podría estar asociada a los trastornos del neurodesarrollo en la población infanto-juvenil y más en concreto del autismo. La vitamina D se obtiene principalmente al tomar el sol, obtenemos alrededor del 90% de nuestra necesidad a través de esta vía. Otras vías serían los productos lácteos o el aceite de hígado de bacalao. Es interesante destacar la teoría del Dr. Cannel sobre la carencia de vitamina D y su relación directa con el autismo. En sendos artículos publicados en 2007 y actualizado en Agosto del 2010, el Dr. Cannell nos habla de estas carencias de vitamina D, aunque dada la extensión de los mismos dedicaremos un artículo específico a la teoría que defiende el citado Doctor.

En resumen, el zinc y la vitamina D juegan un papel primordial en el desarrollo correcto del cerebro. La vitamina D juega un gran papel como anti-inflamatorio, y hemos leído como el cerebro de los niños con autismo presentan un mayor tamaño y un mayor número de neuronas en algunas partes del cerebro. Esto a su vez puede estar asociado a que en determinadas épocas del año nacen más niños con autismo, es decir, al final del invierno, ya que hay una menor insolación, sumado a una posible ictericia. Pero de momento no dejan de ser teorías, aunque a medida que sabemos más y obtenemos una mayor visión global sobre el autismo, toda esta gran cantidad de piezas empieza poco a poco a tener cierto sentido.

ANEXOS:

What If Vitamin D Deficiency Is a Cause of Autism?

On the aetiology of autism

Infantile zinc deficiency: Association with autism spectrum disorders

Role of zinc in maternal and child mental health

Serum Zinc Correlates with Parent- and Teacher- Rated Inattention in Children with Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder

Vitamina D en Wikipedia

Zinc en Wikipedia

Desnutrición infantil y discapacidad, un peligroso vínculo

Estudio sobre el impacto de los metales tóxicos a largo plazo en la población

Los factores ambientales aumentan el riesgo de autismo

El consumo de vitaminas relacionado con una reducción del riesgo de tener un hijo con autismo

Los niños concebidos en invierno son más propensos a desarrollar autismo


Descubre más desde Autismo Diario

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde Autismo Diario

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

×