Hace ya varios años se realiza (insisto siempre en que no se celebra) el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Ya para estas fechas debería ser “concienciación sobre TEA” considerando los cambios que desde el 2014 se realizaron al DSM-V.
Pero a mi juicio la CONCIENCIA sobre el autismo (conciencia es igual a saber que existe) se ha venido realizando desde mucho antes de que la OMS declarará el 2 de Abril para tal actividad. Desde las incursiones en el cine de películas como Rain Man en los años 80, hasta el uso de diferentes atributos y caracteres asociados a personajes del cine y la televisión a lo largo de los años, y hasta las series de NETFLIX o AMAZON PRIME cuyos personajes se manejan detrás de un explícito diagnóstico de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), es ya muy raro hoy en día que las personas comunes no sepan que el Autismo existe.
Vale la pena entonces pensar en que ahora, más que concientizar, debemos hacer jornadas para CONOCER el autismo. Y es importante conocer porque lamentablemente la visión que los medios nos transmiten sobre el autismo tiende a ser espeluznantemente positiva en la mayoría de los casos, presumiendo habilidades intelectuales sobresalientes, capacidades lingüísticas muy peculiares y condiciones de comportamiento que llegan a ser llamativas, excéntricas o en el mejor de los casos peculiares. Pero esa es solo una cara de la moneda de los TEA; del otro lado nos podemos encontrar un alto porcentaje de personas con dificultades de desarrollo cognitivo, de inclusión social y educativo, y de desarrollo de la comunicación y del lenguaje. Conocer el autismo es entonces comprender ese espectro de características y la forma en la cual las mismas pueden distribuirse a lo largo de un continuo que va desde lo más leve (lo que casi siempre muestra la televisión), hasta lo más grave.
Y hablando de grave, no puedo dejar de mostrar preocupación, en el actual contexto de medidas preventivas de salud por la COVID-19, que implican la necesidad de reducir el acceso social y la convivencia y uso de los espacios públicos; por las diferentes muestras de comunicación (en algunos casos a modo de protesta), debido a la inflexibilidad e intolerancia de la sociedad para aceptar que las personas con TEA tienen necesidad de salir a la calle, de salir de sus casas; como si esto se tratase de un síntoma, una condición identificativa de la condición de TEA que debemos respetar para el 100 por ciento de los casos. Y es que en realidad NO ES ASÍ.
Algunas personas con TEA muestran severas dificultades en procesos específicos de integración sensorial y de conductas de autorregulación. Cuando esas características se traducen a necesidades de movimiento, desplazamiento, búsqueda de estímulos y manejo de espacios abiertos; entonces es evidente que la persona con TEA puede sufrir de consecuencias emocionales y neuropsicológicas específicas, haciendo así que puedan aumentar o presentarse conductas negativas como la autoagresión. Un indicador como ese debería ser tomado en cuenta para “FLEXIBILIZAR” las medidas de contención sanitarias, pero; y esto es lo más importante: estas condiciones, síntomas o características no aplican para el 100 por ciento de las personas con TEA, y más importante aún, se trata de características que no solo en ellos se presentan. Pareciera que solo las personas con TEA han mostrado estas conductas a consecuencia de las medidas de aislamiento en casa; o, podría ser también que solo las familias con TEA hayan alzado su voz para buscar un poco de flexibilidad y un poco de comprensión; pero: ¿qué será entonces de esos hogares donde viven niños y adolescentes con alteraciones como los Trastornos por Déficit de Atención, la Discapacidad Intelectual, las Alteraciones de Comportamiento o los Trastornos Específicos de Integración Sensorial? También ellos pueden mostrar esas conductas y esas necesidades, y también ellos necesitarían de esa tolerancia, y de esa flexibilidad o ajuste de medidas.
Para CONOCER, además de tomar conciencia sobre el Autismo, necesitamos saber que las personas con TEA se diferencian mucho entre ellas, y que el único y exclusivo indicador que comparten todos es la específica dificultad para el desarrollo de las habilidades sociales y de comunicación que desde el inicio de la vida muestran para ser utilizadas como herramientas de aprendizaje social, herramientas de aprendizaje de la cultura que la humanidad debe transmitir de una generación a otra. Y necesitamos también SABER, que tanto como las personas con TEA pueden ser diferentes entre sí, de igual forma pueden mostrar muchas conductas de similitud o que comparten con otras dificultades o alteraciones del neurodesarrollo como el Trastorno por Déficit de Atención, de Habilidades Motoras, de Desarrollo Intelectual, Comunicativo o del Aprendizaje. Y eso sin olvidar que las personas con TEA, o cualquier otra condición del Neurodesarrollo, tiene MÁS aspectos en COMÚN con las personas neurotípicas, que diferencias. (lo lamentable es que sean esas diferencias las que utilicemos para clasificar y diferenciar a las personas)
Debemos conocer más sobre la diversidad y aceptar que todos somos de alguna forma IGUALES, y a la vez DIFERENTES.
Que nuestras diferencias sirvan no para etiquetarnos, sino para aprender a respetarnos y apoyarnos.
Acerca del autor:
MsC Edel López Aguiar
Red de Atención a la Neurodiversidad – www.rediversidad.com
Abril 2 de 2020
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1 comentario en «Toma conciencia sobre el autismo, pero también conócelo»