Un estudio refuerza el vínculo del autismo con la disforia de género

Un nuevo estudio 1 sugiere que, los rasgos asociados con el autismo y la disforia de genero coexisten incluso entre niños neurotípicos. El hallazgo podría moderar el escepticismo acerca de la superposición de autismo y disforia de género.

En un comentario publicado a principios de este mes, dos médicos cuestionaron si el vínculo entre autismo y disforia de género (angustia por el desajuste entre el género asignado a una persona al nacer y el género con el que se identifican) es real 2.

“Entre más personas estén dispuestas a identificar la superposición y evaluarla y sentir curiosidad al respecto, mejor estarán nuestros pacientes”, dice Aron Janssen, catedrático de psiquiatría infantil y adolescente en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, quien coescribió una de las cartas al editor.

Los números exactos para la coincidencia entre el autismo y la diferencia de género varían ampliamente debido a que el campo de investigación sigue creciendo: entre el 6 y el 26 por ciento las personas con diferencia de género cumplen con los criterios de autismo 3 4 , por el contrario, entre el 4 y el 8 por ciento de las personas con autismo presentan diferencia de género 5 6 .

La mayoría de estos estudios analizaron los rasgos de autismo entre las personas que visitan clínicas de género o la diferencia de género en las personas diagnosticadas con autismo. En contraste, el nuevo trabajo revela una relación entre la diferencia de género y los rasgos del autismo de la población general en niños de 6 a 12 años de edad.

El estudio es el primero en sugerir este “patrón más predominante, dice el investigador principal Doug VanderLaan, profesor asistente de psicología en la Universidad de Toronto Mississauga en Canadá.

Encontrando la superposición

El equipo de VanderLaan utilizo las redes sociales y los anuncios para seleccionar a padres de 2.445 niños. De estos niños, 441 tienen una condición psiquiátrica o de desarrollo y 80 de ellos tienen autismo.

Los padres de estos niños completaron el Cuestionario de Identidad de Género para niños, que contiene una escala de 16 ítems, la cual evalúa la diferencia de género. Los padres también completaron el Cuestionario sobre el comportamiento social de los niños, que evalúa los rasgos del autismo, como la dificultad para jugar con sus compañeros.

Los investigadores encontraron que, los niños que tienen dificultades sociales o comportamientos estereotipados, tienden a tener altas  puntuaciones en el cuestionario de disforia o diferencia de género. Sin embargo, los niños que tienen un diagnóstico de autismo, según lo reportado por sus padres, tienen una puntuación aún mayor. Los hallazgos aparecieron en diciembre en la revista de Autism and Developmental Disorders.

El estudio encontró que, la disforia de género, también tiende acompañar el trastorno oposicionista desafiante, y el trastorno de proceso sensorial, pero no al TDAH o trastornos del estado de ánimo

El enfoque de los niños menores de 13 años es un aspecto novedoso del estudio, dice John Strang, director del Programa de Género y Autismo en Children’s National Health System en Washington, D.C. “Algunas personas han sugerido que la coexistencia de autismo y disforia de género fue realmente un fenómeno que se observó principalmente en la adolescencia, y este estudio sugiere que es más amplio que eso“, dice Strang, quien no participó en la investigación.

Un camino difícil

Sin embargo, algunos expertos dicen que, la relación  entre el autismo y la disforia de género es leve.

Algunos estudios previos que relacionaban el autismo y la disforia de género se basaron en una sola pregunta en la Lista de verificación del comportamiento infantil para identificar la disforia de género, según Jack Turban, médico residente en psiquiatría infantil y adolescente del Hospital General de Massachusetts, quien es coautor y expuso el comentario de enero, el le pregunta a los padres si sus hijos “desean ser del sexo opuesto”.

Otros estudios identificaron el autismo mediante el uso de herramientas de detección en lugar de pruebas diagnósticas rigurosas. (El nuevo estudio está basado en los informes de los padres en lugar de los registros médicos).

En una carta,  en respuesta al comentario, Strang y otros citaron varios estudios que utilizaron diagnósticos clínicos de autismo y llegaron a la conclusión de que el autismo y la diferencia de género están relacionados

El comentario “no tomó en cuenta toda la literatura existente“, dice Carla Mazefsky, catedrática vinculada de psiquiatría de la Universidad de Pittsburgh en Pennsylvania, quien firmó la carta. “No quiero que alguien lea ese artículo y piense que la disforia no es realmente tan común como la gente dice ahora, porque creo que eso podría hacer más daño”

Descartar la disforia de género como otra manifestación de autismo podría retrasar el acceso de las personas con autismo a las opciones clínicas para su diferencia de género, dice Dana Rofey, catedrática asociada de psiquiatría, pediatría y psicología de la Universidad de Pittsburgh, quien también firmó la carta.

Los escépticos y simpatizantes están de acuerdo en un punto: necesitamos más estudios sobre personas con autismo y  disforia de género. Janssen señala que el “flujo de artículos” emergente es una señal de que más investigadores están interesados ​​en estudiar la superposición.



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