Inclusión: lograrla por convicción mejor que por obligación

Es importante hablar del planteamiento de la lucha de la inclusión escolar desde una perspectiva multidisciplinaria de los diversos miembros de las comunidades educativas.

La inclusión educativa debe ser una política global, pero esto no quiere decir que sea igualmente aplicada en todos los lugares.  Los planes deben hacerse para cada país y aún más, unas regiones pueden diferir de otras, poblados vecinos pueden no tener el mismo propósito.  Así que se requiere un marco global, flexible y amplio, para que luego la interpretación y aplicación de ese marco se ajuste a las circunstancias particulares de cada comunidad educativa.

Aclaro, en este punto, que soy creyente de la independencia (relativa) de la escuela como factor clave para su gestión y progreso.

Principio 7

El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.

El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Declaración de los Derechos del Niño, 20 de noviembre de 1959.

Artículo 28

  1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular:
  2. a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos;
  3. b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas tales como la implantación de la enseñanza gratuita y la concesión de asistencia financiera en caso de necesidad;
  4. c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados;
  5. d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en cuestiones educacionales y profesionales y tengan acceso a ellas;
  6. e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar.
  7. Los Estados Partes adoptarán cuantas medidas sean adecuadas para velar por que la disciplina escolar se administre de modo compatible con la dignidad humana del niño y de conformidad con la presente Convención.
  8. Los Estados Partes fomentarán y alentarán la cooperación internacional en cuestiones de educación, en particular a fin de contribuir a eliminar la ignorancia y el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el acceso a los conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza. A este respecto, se tendrán especialmente en cuenta las necesidades de los países en desarrollo.

Convención sobre los derechos del niño, 1989, 2 de septiembre de 1990

Una vivencia personal

Tocaba iniciar el proceso escolar de Gaby, nuestra hija menor que está diagnosticada de TEA, discapacidad intelectual y epilepsia focal.

Una vecina, que trabajaba en un centro escolar, nos pidió que lleváramos a Gaby para inscribirla en su colegio.  Para ese momento habíamos pensado en una escolarización tardía de nuestra hija así que esta invitación de Sheny me desubicó, a mi esposa no.  Tenía mucho temor de exponer a nuestra hija a un entorno escolar que no estuviese preparado para recibirla  ¿Y si le rechazan las autoridades?  Aquella invitación fue en enero y no fue sino hasta junio que la llevamos al colegio Irogama.  Un colegio pequeño, con instalaciones sencillas pero bonitas. Y mucho amor.

Conocí a Nora, la directora de Irogama.  Su mirada cautivaba, su trato mucho más.  Y Gaby se quedó con ellos desde ese día y por los siguientes años hasta que la institución quebró. No logró resistir la creciente comercialización de la educación en Guatemala y la intromisión de grandes consorcios y capitales en el tema de fundación de centros escolares que poco a poco van perdiendo su mística para convertirse en empresas con fines un poco diferentes a los que siempre ha perseguido la educación.  Empresas preocupadas por su prestigio ante el mercado y en consecuencia poco abiertas para recibir a quienes puede afectar los resultados de evaluaciones y bajar su media. Bueno, dejo ese tema de lado.

Luego Gaby pasó a otra institución educativa en donde todo fue preparado con anticipación para recibirla y aunque no es perfecta, provee casi todo lo que ella necesita. No hemos alcanzado la plena inclusión escolar porque a momentos ella está incluida, en la mayor parte está integrada y en otros trabaja sus programas muy particulares de acuerdo a sus necesidades personales.

Conclusión de esta vivencia personal: la inclusión escolar los profesionales pueden verla como un procedimiento, los padres pueden verla como algo que causa temor e inseguridad.  Mientras las cuestiones no estén claras, sin duda, como padres apoyaremos las medidas que se tomen porque son necesarias, pero necesitamos que alguien nos explique detenidamente lo que esto significa, sus implicaciones y alcances.

La intromisión de la justicia en la escuela.

Me preocupa la “intromisión” de autoridades judiciales en los procesos de inclusión escolar ¿Y por qué me preocupa si es un derecho? Claro, es un derecho y en ese sentido hay que defenderlo con todas las herramientas que tengamos a mano, cuando digo “me preocupa” no quiere decir que “me oponga rotundamente” porque algunas veces no hay otra forma de lograr avances, especialmente cuando la oposición se realiza solamente por oponerse, pero sin tener fundamentos razonables para tal actitud. “Algunas veces es necesario recurrir a ese sistema de justicia para sentar precedentes, claro esto es para quienes no quieren entender de ninguna otra forma” (Pedro Samayoa Arenales).

El proceso de judicializar la Inclusión Escolar puede conducirnos a dos situaciones a las que, estoy seguro, no queremos llegar:

  1. A “incrustar” a un niño (no a incluir) en un sistema que no está preparado para recibirle y que al final de cuentas puede terminar haciéndole daño. Hay varias historias al respecto que no conocemos porque se han quedado guardadas en el corazón de quienes las han sufrido. Vale la pena anotar que la escuela puede abrirse aparentemente, pero a lo interior ocurren muchas prácticas segregadoras que están amparadas por procedimientos aprobados oficialmente, dictámenes profesionales e incluso pueden contar con la aceptación de los padres.  Al respecto, Pedro Samayoa Arenales hace la siguiente acotación: “Nadie sale ganando nada, el niño se ve expuesto; sin embargo, tenemos ejemplos históricos como el de Ruby Bridges en los Estados Unidos”( https://es.wikipedia.org/wiki/Ruby_Bridges).
  2. Abrir las puertas a la gestión judicial de lo que ocurre en la escuela y que se pierda su necesaria autonomía. Puede que inicialmente ganemos batallas contra el sistema escolar (estructura, autoridades, programas, maestros, etcétera), pero luego ese sistema escolar judicializado podría cobrar tal autoridad e inmiscuirse en tema de derechos que competen a los padres entre los que se incluye la patria potestad, y podamos terminar perdiéndola como consecuencia de un dictamen judicial requerido por una escuela judicializada y con ello perdiendo a nuestros hijos que terminarían institucionalizados. Este planteamiento, es una realidad que ya se observa en pocos casos por el momento, pero quién nos puede asegurar que no será esa la tónica en el futuro. La escuela judicializada terminará convirtiéndose en un ente burocrático en donde nos ahogaremos con facilidad en el complejo mundo de las gestiones.

“La Inclusión escolar es un derecho innegable, pero no debemos olvidar que los derechos comportan obligaciones”, como comenta Maribel Ramos.  Y en este caso son obligaciones que asumimos los padres, profesores, autoridades escolares, profesionales tratantes, etcétera.

La escuela tiene vida por sí misma

La escuela es un organismo vivo, de sobra demostrado a lo largo de la historia.  Necesita regularse internamente para funcionar mejor.  La reforma escolar a su estructura y sus procedimientos debe venir desde dentro y no como consecuencia de decretos, mucho menos de dictámenes de técnicos de escritorio que no tienen la más mínima experiencia de vivencia en un aula.

Cuanto más autónoma es la escuela y más libre de injerencias externas, más eficiente es.

Los sistemas educativos más exitosos en la actualidad respetan esta autonomía y es parte fundamental de sus buenos resultados académicos y sociales.  Existen aspectos comunes, por ejemplo, el currículo oficial, pero aún esos aspectos que parecen rígidos al establecer contenidos, estrategias, metodologías, etcétera. En realidad son rígidos para quien les ve desde afuera, pero no para quien trabaja con ellos día a día y lo aplica a sus particulares circunstancias.  En ese sentido en Guatemala contamos con un instrumento fabuloso, producto de mentes prodigiosas en las ciencias de la educación, y que es versátil, evaluable, reformable y creativo, el CNB (Currículo Nacional Base).

¿Nos llevará largo tiempo preparar a la escuela para la inclusión?  Eso depende en buena parte de las acciones que tomemos, de su pertinencia y efectividad.  No se trata de demostrarle a la escuela que la podemos vencer en los tribunales, se trata de demostrarle escuela que puede ser abierta, inclusiva, revolucionaria, etcétera.

Muchos de los grandes logros de la humanidad en diferentes ámbitos, han salido de las escuelas que, al analizar el papel histórico que están llamadas a desempeñar en un determinado momento, asumen ese papel y se convierten en catalizadores de grandes reformas que benefician a la humanidad.  ¡Cuantas revoluciones han surgido del ambiente escolar!

Yo creo que las revoluciones significativas y determinantes deben nacer en el corazón de cada uno, como dice Erich Fromm, ¿Y qué mejor lugar para tocar nuestros corazones que la escuela?

Pedro Samayoa Arenales

Construir inclusión desde afuera es olvidar para quiénes se construyen, es dejar de lado la esencia de la inclusión, se convierte en un mero intento teórico imposible de llevar a la práctica.Para construir inclusión hay que tomar la pala, el cemento, los planos y construir juntos, ensuciarse las botas y las manos. Es necesario se parte del proceso y no simplemente del resultado.

Ángela Corredor

La inclusión demanda de muchos procesos y ya que el tema lo estamos tocando con mucha fuerza en distintos países de nuestra región hispanoamericana, vale la pena reflexionar detenidamente al respecto de ello adaptándonos a las circunstancias propias de cada país, que son tan diversas al punto de no poder responder en unanimidad a los acuerdos internacionales alcanzados en esta materia.

Lo que es funcional en una región puede no ser funcional en otra. Ideas y modelos que han sido exitosos podemos tomarlos, pero debemos crear un modelo propio y perfeccionarlo y desarrollarlo a tal punto que provea lo que necesitamos en el momento actual y nos prepare para el futuro.

Parece que estamos en el comienzo de una historia que promete grandes avances. “Puede que se necesite romper los moldes establecidos, todos, para así crear nuevos caminos. A veces no se trata de construir la inclusión sino de reconstruir la escuela como concepto.  No necesitamos modificar para incluir, necesitamos transformar y así no hablaremos de inclusión, será una realidad natural.” Angela Corredor, madre un niño con TEA.

Me apasiona escuchar a los padres porque nos dan la clave: en esta discusión no pueden quedar fuera, junto a sus hijos con discapacidad, son los elementos claves en la reforma de la escuela desde la perspectiva de la Inclusión Escolar, luego vendrán los técnicos profesionales (pero los que tengan experiencia de aula, los que no la tienen no deberían estar involucrados en el proceso).

Se escuchan los pasos de gigante desde el sur del Río Bravo hasta Tierra del Fuego.  Algo viene y no se puede detener.  Viene buscando el bien de colectivos marginados históricamente y que hasta hace pocos años salieron de su enclaustramiento para convertirse en elementos activos de la sociedad a la que enriquecen con sus diversos aportes. Este proceso audaz de la escuela hispanoamericana que debe ser “una revolución que une y no una obligación que divide”, en palabras de Angela Corredor.

Aunque ignoro los detalles de lo que han emprendido en México, existe una iniciativa lanzada por varios padres y profesionales para poner en evidencia la realidad de la situación de las necesidades y de la Inclusión Escolar, a partir de ello imagino que construirán un modelo que responda a sus necesidades la cual se ha extendido más allá de lo que a lo mejor, en un momento inicial, esperaban.

También, en una visita a Paraguay, supe de las luchas que están emprendiendo desde diversas asociaciones de profesionales y padres de chicos con autismo.  Los logros son grandes y están en el comienzo de sus batallas, desbordan entusiasmo y contagian las ganas de cambiar la realidad de la situación.

Y en Nicaragua la historia de lucha y transformación. Han dado avances tremendos en materia legal en corto tiempo.  Esperemos que la situación política que atraviesan se estabilice y puedan seguir con el proyecto que venían desarrollando.

En Guatemala se ha emprendido una lucha decidida desde la elaboración de la Ley de Educación Especial, su discusión en el Congreso de la República y finalmente su publicación y puesta en vigencia después de haber sido dejada de lado por las autoridades de gobierno durante varios años.  Las Asociaciones y padres de familia organizados o a nivel individual han dado pasos de gigante.

Y el último avance es la Ley de Atención a las Personas con Discapacidad.  Vamos con paso seguro creando el marco legal, sin proliferación de leyes muy particulares, la lucha se ha centrado en leyes generales que nos incluyan a todos, sin dividirnos porque eso resta fuerza, los colectivos se fragmentan y eso no es conveniente en ningún sentido.

Creo que la caída del sistema educativo global es inminente, hemos construido un castillo de naipes y los nuevos educandos soplan y cada vez son más, y soplan con más fuerza.

La inclusión es un derecho, la escolarización una elección.

Humberto Guerrero

Hablemos de deconstruir el concepto de escuela y volvamos a construirlo desde una mirada incluyente, que los cuatro pilares de la educación para el siglo XXI del informe de UNESCO de la comisión presidida por Jaques Delors, nos ayuden a construir esa escuela que necesitamos.

Pedro Samayoa Arenales

Cuando los mexicanos hablan de inclusión, se refieren a la inclusión en México; cuando los guatemaltecos hablamos de inclusión, nos referimos a la inclusión en Guatemala y así con cada país. Por ello al leer un comentario, primero tenemos que ubicarle en su contexto antes de arremeter en su contra o de apoyarlo incondicionalmente, está planteado en una realidad distinta a la nuestra, puede ser aplicable o puede que no, pero vale la pena leerlo detenidamente y analizarlo con el deseo ávido de aprender y ver qué, de aquello comentado, puede ser aplicable a nuestro contexto y qué, definitivamente, no debe ser aplicado.  Pero comentamos como que si fuese una realidad global, estandarizada para todo el mundo y no es así.

Estos temas deben plantearse desde nuestros contextos y debe ser un proceso que propicie transformaciones o cambios de paradigmas.

Es un tema complejo porque tiene muchas visiones, hay presiones mundiales que plantean escenarios ideales, pero para que sean reales hay un camino largo que recorrer.

Kareen Gudiel de Hutton

Tenemos puntos en común en la Declaración de los Derechos Humanos, Declaración de los Derechos del Niño, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y documentos aportados en diversas reuniones sobre la Inclusión Escolar aportados en las Jornadas de Cooperación sobre Educación e Inclusión (la más reciente en Cartagena de Indias, Colombia, 2017 y la anterior, en Antigua Guatemala), El informe Warnock, la Declaración de Salamanca, los aportes de la Conferencia Internacional de Jomtiem y Dakar, el documento síntesis sobre el Proyecto Roma como un modelo de escuela inclusiva, etcétera.  ¿Cuántos de esos documentos hemos leído antes de hablar de este tema?

El hecho real, y que debe ser el punto de partida -a mi criterio-, es que estamos hablando de inclusión por una sola razón: somos sociedades excluyentes.  Queremos que la escuela cambie, pero sin cambiar la sociedad, la escuela refleja en mucho a la sociedad en la que se desarrolla, es un microambiente de la misma, una muestra, aunque no necesariamente tenga que ser igual porque es más susceptible al cambio positivo que la sociedad en general.

¿Qué pasos debemos seguir en el camino de la inclusión?

Todos los pasos pueden ser simultáneos y no necesariamente una secuencia.

  • Definir qué entendemos por inclusión y qué queremos lograr, hacia dónde queremos caminar y cuáles son nuestras metas, qué objetivos perseguimos y que estrategias seguiremos para alcanzarlos. “Claridad en la definición y los objetivos son prioritarios”, en opinión de Maribel Ramos y la comparto.
  • Saber cuántos somos los que necesitamos un proceso de inclusión escolar. Identificar las necesidades prevalentes, la ubicación geográfica y accesibilidad a recursos, entre otros datos.
  • Identificar el marco legal en el que nos movemos para saber a qué instancias debemos ir, cuáles son las prioridades en este sentido y disponer de leyes generales para que nos incluyan a todos.
  • Organizar a todos los colectivos de personas con discapacidad, sus familiares y profesionales involucrados. No debemos emprender la lucha de la inclusión de personas con autismo por un lado y la de personas con parálisis cerebral, por otro. Acá tomo una expresión muy conocida del Popol Wuh y que vale para este planteamiento: “que todos se levanten, que se llame a todos, que no haya un grupo, ni dos grupos de entre nosotros que se quede atrás de los demás”.  Este llamado del libro sagrado de los k’ichés, escrito en el corazón de nuestra nacionalidad guatemalteca, no es un llamado a unidad y concordia sino a preparación para la guerra.  Acá la batalla es contra un sistema que necesita renovarse de raíz.
  • Saber con qué recursos disponemos. Recursos materiales (instalaciones, fondos económicos, etcétera) y humanos (maestros, psicólogos, psicopedagogos, educadores especiales, etcétera) En cuanto al recurso humano es necesario conocer qué preparación tienen y qué actitud manejan hacia la inclusión escolar, sus temores y experiencias.
  • Tener la claridad que este es un proceso que se genera en la Comunidad Educativa: autoridades escolares, claustro de maestros, padres de familia, estudiantes y otros agentes involucrados, en opinión de Pedro Samayoa Arenales.

Avancemos a pequeños pasos, pero que sean honestos y justos.

Kareen Gudiel de Hutton

Luego de todo ello estaremos listos para plantear la inclusión en las escuelas y que esta resulte exitosa. En tanto podemos seguir teniendo experiencias como lo estamos haciendo actualmente (algunas exitosas y otras desastrosas) y que nos permitan ir aprendiendo, adquiriendo y validando conocimientos.

La Inclusión Escolar debe fluir con naturalidad, como consecuencia de cambios de paradigmas sociales. En ese proceso es la Comunidad Educativa el protagonista y no los tribunales de justicia.  “Cuidado con quien no comprenda el sentido de esto, porque más pronto que tarde sus buenas intenciones de inclusión podrían terminar en un enorme desastre y haciendo más daño del que ya se está haciendo” (Maribel Ramos).  Esto nos lleva a la urgencia de definir “el sentido”, de definir lo que queremos alcanzar.

Lo cierto es que esto ya no se detiene y me alegro por ello, tan solo deseo, desde lo más profundo del corazón, que tomemos el rumbo que nos lleve a puerto seguro.

CRÉDITOS

Este artículo ha llevado algunos días en gestarse.  El título se lo ha puesto Ángela Corredor.  Ella y Maribel Ramos me han dado ideas de su visión y ayudaron a dar forma al artículo original.  Luego vinieron los comentarios de otros amigos involucrados en educación: Kareen Gudiel de Hutton, Pedro Samayoa Arenales y Humberto Guerrero.

Es interesante pero no pensamos igual en este tema, así que nos acercamos en los puntos comunes y luego comencé a escribirlo sin dejar de enviar los guiones a cada uno.  Así que es un artículo que tiene mucho de colectivo, es INCLUSIVO.


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