Autismo: Definiciones, diccionarios y derechos

En junio de 1994 se aprobó la Declaración de Salamanca de principios, política y práctica para las necesidades educativas especiales y un Marco de Acción. Un documento de calidad que ya cumplió los veinte años. Aunque a esta declaración le ocurrió lo que a la juventud actual, se la convirtió en NINI, NI se la escucha NI se la toma en consideración. Nuevamente en Salamanca, el 1 de julio del 2004, casi un centenar de periodistas de los principales medios de comunicación de España durante el “I Encuentro sobre Periodismo y Discapacidadfirmaron una declaración sobre el trato de la discapacidad (diversidad funcional) en medios de comunicación. En el año 2008 publicamos un ensayo sobre la importancia de diferenciar entre el ser y el tener autismo. A finales del 2009 se inicia una acción promovida por  Anabel Cornago a propuesta de Inma Cardona, para el cambio de la definición de la palabra “autismo” en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE).

Y estas son solo algunas de las acciones que se han llevado a cabo en los últimos veinte años. Algunas han causado cierto efecto, pero por alguna razón, cada vez que una institución está involucrada, las cosas no solo no mejoran, incluso empeoran. Y es que la Real Academia Española de la lengua, máxima autoridad de nuestro idioma, se ha comportado como casi todas las autoridades, hace dos años se comprometió a modificar la pésima definición sobre autismo existente en el diccionario y aceptó una serie de propuestas de calidad y ajustadas a la realidad. Hoy, vemos horrorizados como la nueva acepción es tan mala como la anterior. Y es que el alejamiento de las instituciones de la realidad es tan grave que no para de hacerse evidente.

Pero si queremos ver un poco más el alcance de estas palabras veamos qué dice el director de la RAE cuando se le increpa al respecto de estas pésimas definiciones, 3 minutos sin desperdicio.

Las “excusas” del susodicho son lamentables. Creo que en base a lo que este señor afirma, podríamos cambiar en el diccionario la definición de corrupto ( (Del lat. corruptus). 1. adj. Que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar. U. t. c. s. 2. adj. ant. Dañado, perverso, torcido.), pongamos ahora en la definición de corrupto lo siguiente: Miembro del PP, PSOE, CIU, IU,…, Alcalde, político,… Dícese del miembro de un gobierno o administración. Por supuesto, todo esto en un sentido metafórico. Convirtamos pues a todos los cargos de las administraciones públicas, o miembros de los partidos políticos tradicionales en unos corruptos. Porque total, aunque no es cierto, es lo que metafóricamente piensa la sociedad. En resumidas cuentas, usemos el diccionario para insultar y descalificar a un grupo de personas. Esto -obviamente- sería totalmente inadmisible, primero porque no es cierto, y segundo porque estaríamos usando el diccionario para afirmar falacias y para menospreciar a un grupo importante de personas. Yo personalmente puedo sentir un profundo desprecio por aquellos políticos o ex-políticos que se han beneficiado (y benefician) de sus cargos de forma exagerada. Pero eso no convierte bajo ningún concepto a todos los políticos en unos corruptos. Pero en el caso de la RAE esto sí es posible gracias a su ignorancia y desconocimiento y a su profundo alejamiento de la realidad social en la que vivimos. Creo que de la misma forma que a los políticos que sí han demostrado ser unos corruptos y delincuentes la sociedad exige no solo su enjuiciamiento, sino que se les aparte de la vida pública, con los académicos de la RAE habría que hacer lo mismo. Estos señores demuestran no estar capacitados para desempeñar la importante labor que se les encomendó. Si tuvieran vergüenza (que presumo no tienen), en vez de continuar calefactando con sus orondos traseros sus académicas poltronas y a la vez ingresando un suculento salario, deberían dimitir de sus cargos. No lo harán. Hechos son amores y no buenas razones.

Al parecer aun siguen habiendo personas que no son conscientes del poder de las palabras, de que el uso inadecuado de las mismas afecta de forma directa en la visión social, y que aunque parezca mentira, impacta directamente en el estatus que un grupo social puede tener. Vulnerar la dignidad de una persona en base a una definición es vulnerar su derechos como individuo. Es alterar la visión sobre sus derechos fundamentales como individuo, ya que este tipo de difamación oficial la convierte en ciudadano de segunda.

Que el director de la RAE me hable de metáforas me resulta casi más indignante que la propia definición en sí. Si usted considera que esa definición sigue siendo inadecuada, que debe cambiarse por procedimiento de urgencia, puede difundir este mensaje o bien puede apoyar la campaña iniciada por las familias a través de Change.org, son apenas un par de minutos.


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2 comentarios en «Autismo: Definiciones, diccionarios y derechos»

  1. Hola. Este tema es de controversia, estoy de acuerdo que una mala definición arruina las vidas de un grupo de personas y efectivamente debemos hacernos escuchar. Al respecto, también me vino a la mente la siguiente pregunta ¿Qué no se deberían también realizar cambios en el DSM V, ya que simplemente el título dice: “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” y comenta: ” trastorno autista, enfermedad de Asperger” entre sus páginas. Entonces el gremio médico también debe de hacer correcciones, ya que algunos utilizarán los siguientes vocablos: enfermedad, trastorno, condición, síndrome y no son sinónimos, efectivamente Daniel el lenguaje es poderoso y la falta de congruencia en el uso de dichas palabras no sólo genera confusión sino reacción en una sociedad poco informada en los temas de Asperger y el autismo. Saludos.

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