Últimamente andamos enfrascados en un proyecto que no parece acabar nunca, el mismo está relacionado con la intervención socio-sanitaria y educativa de niños y niñas con un Trastorno del Espectro del Autismo. Y digo que no parece acabar nunca porque cada vez que pienso que está listo aparece una nueva incógnita a esta compleja ecuación, que es la intervención terapéutica y educativa, que obliga nuevamente a proponer modificaciones y cambios y en muchos casos (hasta ahora ha sido en todos los casos) volver al punto de partida.
Para llevar a cabo esta propuesta partí de un escenario de base sobre el que iniciar el desarrollo posterior. Este escenario se basa en la combinación de tres bloques principales que son:
A)Terapia, atención temprana y aspectos socio-sanitariosB)Bienestar social, familia y contexto ecológicoC)Educación
Por una parte, la terapia que el niño o niña debe recibir inmediatamente después de la primera sospecha. No es necesario esperar a un diagnóstico definitivo, el hecho de que existan suficientes indicadores que nos lleven a pensar que puede existir un retraso de cualquier tipo es suficiente motivo como para intervenir de forma temprana. Y una vez que ese diagnóstico llega, sencillamente nos servirá como un sistema de orientación, perfeccionamiento y mejora de la intervención terapéutica del niño. El diagnostico es un instrumento más en la intervención global.
Por otra parte los aspectos de bienestar social son muy importantes, significan el apoyo a la familia, la formación a padres y familiares, el correcto entorno psicológico familiar que ayude en el ya conocido proceso del duelo, el apoyo posterior para talleres sociales, el soporte en los centros educativos para a su vez formar e informar a los docentes del centro, a los familiares del resto de los niños y sobre todo a los niños que van a ser los compañeros de nuestros hijos. La disposición de un contexto adecuado reduce considerablemente la tensión emocional del núcleo familiar y la correcta gestión de los recursos disponibles.
Y finalmente el aspecto educativo, la escolarización del niño o niña, y un plan adecuado que posibilite un correcto desenvolvimiento y nos aseguremos que los logros académicos del niño correspondan fielmente a las capacidades reales del niño, eliminando la mayor cantidad posible de condicionantes asociados al trastorno.
Visto así parece fácil y sencillo, pero los modelos teóricos siempre lo son. En el momento en que deseas llevar lo teórico a lo práctico los problemas no dejan de aparecer y hacen que el modelo teórico no deje de ser más que un bonito y utópico concepto de aplicación imposible. Este aspecto nos lleva pues a la revisión crítica y reflexiva de los principales puntos de inflexión. Y el primero de ellos parte de cómo secuenciar o diferenciar estos tres bloques principales, básicamente, ponerle el cascabel al gato.
La primera pregunta con diversas respuestas sería: ¿Debe ser la intervención temprana asumida por el centro escolar? Y es que si nada más empezar nos quedamos bloqueados, avanzar nos obliga a un esfuerzo excesivo en comparación con el fruto a obtener, y esto sin haber incluido todavía los aspectos de bienestar social. Personalmente creo que no, confundir terapia y atención temprana con el modelo educativo (desde el punto de vista escolar) es un error. El niño con autismo presenta determinadas carencias que hay que resolver a la mayor brevedad posible, y sabemos que esto se puede conseguir, pero, siempre y cuando esta intervención sea de calidad y realizada en los primeros años de vida. Dar al niño habilidades de autonomía personal, pautas de comunicación, capacidad de llevar a cabo una interacción adecuada con su entorno, gestionar situaciones emocionales,…, en suma, una serie de capacidades y habilidades que el niño adquiere de una forma natural pero que en el caso del niño con autismo esto no sucede. Esta dificultad para el desarrollo de las habilidades de forma natural se suple con esta intervención temprana, que por lógica será llevada a cabo por varios profesionales, de forma que cada uno de estos profesionales trabaje -de forma coordinada- con el niño para que éste adquiera esas habilidades. Ahora bien, hay que decidir dónde. Generalmente este tipo de intervención se hace en gabinetes especializados, donde a priori existe un clima adecuado para que se pueda trabajar de forma correcta. A su vez se realiza una intervención individual y bajo un entorno controlado.
En mi opinión un colegio suele ser un entorno ruidoso, lleno de mil y un estímulos diferentes que, en muchos casos, va a ser un entorno poco adecuado para llevar a cabo este tipo de intervención. A su vez, a nivel de instalaciones tampoco han sido diseñados para este propósito. En muchos casos puede incluso ser un entorno hostil para el niño, sobre todo en casos donde exista un Trastorno del Procesamiento Sensorial. Por tanto, primer problema y primeras preguntas:
¿Quién es el responsable de esta intervención?, y por tanto ¿quién la paga? ¿Y dónde se lleva a cabo?
Lo ideal es que existan gabinetes con profesionales formados y con instalaciones adecuadas que presten este servicio y a poder ser dependientes del Estado. Realmente existen centros de estas características, no hay muchos pero existen, aunque casi todos los que yo conozco son privados. Ahora bien, ¿quién puede pagarlos? Muy poca gente. ¿Existen acuerdos para que la administración sufrague este costo? Bueno, algo hay, aunque es a todas luces insuficiente. Podemos tener grandes diferencias en función de nuestra ubicación geográfica (Hablando de España, en caso de América Latina, no dispongo de esa información). Esta atención temprana sufragada por el Estado varía entre 45 minutos semanales a casi 4 horas semanales, en Guipuzcoa por ejemplo esto sí está contemplado de forma completa. Dado que lo recomendable es tener un mínimo de 20 a 30 horas semanales de intervención temprana, podemos adverar que la actual oferta es a todas luces insuficiente. Y ante esta carencia ¿qué hacen la familias? Acuden al sistema educativo. Con lo cual al acudir al sistema educativo la familia se encuentra con centros que -en muchos casos- sencillamente no están preparados. No obstante, encontraremos centros que disponen de aulas específicas destinadas a niños con TEA (En cada comunidad autónoma les dan un nombre diferente). ¿Son estas aulas la respuesta requerida por el niño en la primera fase de la intervención? En mi opinión no. Este tema en concreto ya lo abordé en un artículo que pueden ustedes leer aquí, por tanto no me voy a extender más.
Hasta aquí solo hablamos de niños de 2 a 6 años, que es sin lugar el momento clave y fundamental para trabajar algunos aspectos que van a ser determinantes en el futuro del niño. Y aunque esta fase critica no está a día de hoy totalmente refrendada a nivel científico, ante la duda lo mejor es prevenir.
Aquí entramos en el primer problema, pretender que el sistema educativo resuelva un problema que según los actuales criterios no les compete, y en los casos en que “admiten” esa competencia, no la cubren de forma adecuada. Muchas familias luchan denodadamente por la inclusión escolar, yo creo que el concepto inclusión escolar se acuñó para otros menesteres y que en el caso que nos ocupa tiene ciertos matices que conviene aclarar: No es inclusión escolar lo que el niño con autismo necesita, es inclusión social. Escolarizar a un niño con TEA en un centro ordinario -sin estar preparado- porque es su derecho viene a romper otros derechos del niño que están por encima de ese. Y permítanme que generalice, ya que habrá muchas excepciones a estas apreciaciones, porque las hay, pero piensen solo en 2 a 6 años, niños no verbales, con muchas complicaciones en su conducta, quisiera acotar este aspecto ya que es importante. Si forzamos un derecho mientras quitamos 3 o 4 flaco favor le hacemos al niño. Obligar al “sistema” a que el niño sea escolarizado en lugares que no cumplen los requisitos y que además no van a dar al niño la respuesta adecuada, es eliminar -paradójicamente- el derecho a recibir una educación de calidad. Forzando el derecho que nosotros creemos que tiene que tener, en realidad lo estamos negando y a su vez restringimos otros derechos. En resumen, estamos planteando mal la petición. Ya que si nos la conceden es malo, y si no nos la conceden es malo también. Al final, quien pierde siempre es el niño. Muchas familias me hablan de que es importante que el niño esté en un centro ordinario para fomentar su socialización, francamente, yo veo muy poca socialización en centros que disponen de aulas específicas. Entiendo que socializar de forma adecuada implica obligatoriamente una buena comprensión de roles sociales, de instrucciones en el juego de grupo, de espera de turnos, …, que curiosamente son los aspectos que presentan un mayor déficit en los niños con autismo. Y estos déficits no se resuelven de forma espontánea, hay que trabajar para conseguirlos, por tanto, el hecho de que un niño con autismo comparta el mismo espacio físico que niños sin autismo, no implica necesariamente que exista una socialización correcta. Es más, en muchas ocasiones el forzar esta socialización conlleva que el niño desarrolle elevados niveles de estrés y ansiedad al no estar el niño listo para ese entorno.
Ante este panorama tan complejo y variado llega un momento en que pensar en planteamientos generalistas es totalmente inadecuado, hay pues que personalizar, singularizar el modelo, claro que con la que está cayendo me parece que es algo de difícil aceptación por parte de las administraciones. Es obvio que en todo el proceso nos encontramos con fases muy diferentes, y a su vez cada una de estas fases deberá estar acomodada a los requerimientos individuales, pero intentando nuevamente incurrir en el error de generalizar, creo que sí existen unos aspectos que podríamos considerar comunes en el área de atención temprana, ya que básicamente e indistintamente de las competencias del niño, en todos los casos se van a trabajar prácticamente las mismas en todos los niños, como es lógico basándose en un modelo de adecuación individualizado pero basado en un plan general.
Me preocupa mucho el lapso temporal de la atención temprana, ya que por lo que sabemos a día de hoy es el mejor momento para trabajar aspectos básicos y fundamentales, y por tanto este momento cronológico debe ser estudiado y planificado cuidadosamente. Si en la fase previa obtenemos buenos resultados (que como es lógico variaran en función del niño, aunque esto no significa que en todos los casos se obtengan buenos resultados) el proceso de escolarización será más eficaz, más rápido y por tanto menos costoso a nivel puramente económico. Y preparar al niño para ser incluido socialmente será mucho más fácil y menos traumático para el propio niño.
La atención temprana es como la UVI, es decir, si un niño es intervenido quirúrgicamente, al salir del quirófano y es llevado a la UVI para poder monitorizar de forma continuada y verificar que todo ha ido bien antes de que el niño sea llevado a una habitación, a todo el mundo le parece normal, nadie se extraña ni exige que tras el quirófano lleven al niño a planta porque es su derecho. El niño va a la UVI porque es lo correcto y luego a planta y posteriormente se irá a su casa y tendrá una serie de revisiones periódicas. Pues la atención temprana cumple la función de esta UVI metafórica. Creo que esta primera fase nada tiene que ver con la educación propiamente dicha, el colegio es básico y fundamental, pero el niño debe llegar preparado. Mucho se habla sobre el fracaso escolar en educación, me gustaría saber cuantos niños que han pasado por aulas específicas en colegios ordinarios han sido incluidos plenamente. No tengo ese dato, y solo me puedo basar en lo que yo conozco, y lo que yo conozco, que no tienen ningún tipo de valor estadístico, no es muy halagüeño. Pero creo que evaluar ese resultado es importante.
La división porcentual de la intervención variará en función del tiempo transcurrido, es decir, inicialmente los aspectos puramente socio-sanitarios (Atención Temprana) tendrán la mayor relevancia, seguidos por los aspectos de Bienestar Social, dado que necesitamos apoyar y formar a la familia para mejorar el estado general del núcleo familiar. Como es lógico, a medida que pasa el tiempo, el % de Terapia irá descendiendo en pro del modelo educativo , y también durante un tiempo lo hará el de Bienestar Social. Aunque la parte porcentual de Terapia continuará descendiendo hasta llegar a un nivel mínimo estable, en los aspectos de Bienestar social sí nos encontraremos con una curva más variable, ya que a medida que el niño crece también cambian algunas de sus necesidades sociales. Pero incluso el modelo de educación (Entendamos que hablamos siempre de educación con las adaptaciones que le niño requiera) irá descendiendo en pro del modelo de Bienestar social. En la siguiente gráfica se ilustra este proceso de impacto porcentual de las tres áreas mayores durante los primeros años.
Yo creo que los centros de educación especial deben desaparecer en la práctica totalidad, ya que salvo casos muy concretos, son -en mi opinión- un modelo obsoleto. Pero lo curioso es que las aulas TEA son aulas de educación especial en centros ordinarios. Me parece un contrasentido, si no deseamos educación especial, ¿por qué luchamos por llevar la educación especial a los centros ordinarios? Es algo que no entiendo. No cambiamos el modelo, solo lo cambiamos de lugar.
Las aulas TEA en mi opinión deben ser modificadas en su esencia, entiendo que deben ser aulas lanzadera y de apoyo, y no aulas definitivas. Para ese viaje no hacen falta alforjas. Inclusión no es compartir el patio, o el comedor escolar, o la entrada y salida del centro, eso es otra cosa. Inclusión es compartir situaciones de forma voluntaria, es formar a todos en la diversidad, y digo todos, incluyendo a los docentes del centro, al resto de niños y niñas y al resto de madres y padres. Pero la cuestión de todo esto no es quejarse de todo sin más objeto que la queja pública, la pretensión es más sencilla, escuchar las opiniones de los demás, perderse en disquisiciones personales conlleva un riesgo, y es precisamente perderse. El propósito es saber qué piensan familias y profesionales sobre este aspecto tan complejo, el cual, debe tener una solución sencilla, pero además de sencilla aceptada por la mayoría, si no existe un consenso adecuado en este tipo de aspectos al final incurrimos en modelos personales que no siempre tienen porqué ser adecuados. Las voces críticas suelen ser las que más nos hacen reflexionar, y la reflexión suele llevarnos a planteamientos mejores, y como cabe la posibilidad de que yo esté equivocado en algunos o en todos mi planteamientos, pues pido su opinión. Por tanto la petición final es simple:
¿Y usted qué opina?
¿Cual cree debe ser el modelo correcto?
Twitter: @danielcomin
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Estoy de acuerdo con todo lo que usted dice soy madre de una nina de 5 anos ella a estado resiviendo terapia desde cuando tenia 1 y medio y aun no habla como usted dice puede ser que no a tenido la terapia adecuda o talvez sea su tipo de funcionalidad pero todo esto es muy dificil de entender
Es un grave error, lo digo por experiencia, lanzar al salón de clases sin las suficientes herramientas comunicativas y demás. Una vez la intervención temprana hace su trabajo entonces se podría hablar paralelamente de inclusión, pero la de verdad. El niño ingresa al salón de clases con un maestro de apoyo y, quizá la parte que me parece más útil, un compañero de clase que lo guíe tanto en el aula como a la hora del recreo debido a que es el momento del día más estresante por ser un tiempo libre desestructurado. Este compañerito tendría relevo, así prácticamente todo el salón ayudaría en el proceso de inclusión. Ahora, el apoyo a la familia es fundamental, con frecuencia leo (y he vivido) historias de padres que no pueden intervenir en el proceso y que solo son llamados para darles quejas de su hijo, incluso culpándolos de lo “mal” que se ha portado y de que si la inclusión no es exitosa no es culpa de docentes o directivas, trasladando responsabilidades a los padres y al alumno. Lo ideal sería reuniones periódicas pero no necesariamente todas exclusivas, también que sean parte de las reuniones generales, muchas veces los padres no nos relacionamos con los padres de los compañeros de nuestros hijos y es un momento vital para dar a conocer al chico “diferente” de la clase. igualmente los maestros deben asumir responsabilidad y ser humildes en reconocer que no todo lo saben y que juntos se puede trabajar mejor.
Finalmente, quién paga? el problema con el sistema gubernamental es que resulta masivo y el trabajo 1 a 1 es prácticamente inexistente (tu ya lo has dicho), a veces si se quieren resultados positivos la única opción es sufragarlos del propio bolsillo. Me decía un psiquiatra “¡oh! tu hijo tiene autismo, la discapacidad más costosa del mundo”. y como la intervención no se puede generalizar al estado le da franca pereza buscar soluciones y le están dejando todo a las ONG o a Fundaciones o Asociaciones que aunque no quieran deben generar costos; quien no los puede pagar tendrá que seguir improvisando en la actual inclusión, esa que excluye con disimulo.
Animo con el proyecto. me parece muy bien planteado bajo esas tres premisas. y como dice la frase “Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible”.
Un Abrazo.
Teniendo en cuenta que la escolarización no es obligatoria hasta los 6 años en mi opinión creo que la atención sanitaria, temprana y de calidad es mejor en centros especializados para que el niño pueda ir al cole preparado . Conozco niños entre ellos mi hijo que iba a un cole concertado sin apoyos y como su conducta no era problematica y la verdad sea dicha, confiaba en que relacionarse con sus compañeros mas la terapia externa le ayudaria a avanzar. que equivocada estaba!!! esos años jamás los recuperaremos y al final esta en un aula especifica en cole ordinario pero solo comparte patio y las actividades que requieren menos esfuerzo.. por más que el se relaciona con su hermano, sus primos el parece desconectado y pensando siempre en sus cosas,, hay que sacarle todo para que interatue y si lo fuerzas se irrita-
En cambio conocemos niños que han empezado en el cole en primaria y ahora estan mejor integrado —
todo depende claro del niño, de sus capacidades y dificultades pero en edades tempranas hay que hacer lo posible por atraerlos a este mundo da igual donde siempre y cuando tengan los medios adecuados
Estoy en total acuerdo con todo el artículo Daniel, das en el clavo sin fallar ningún martillazo (te lo dije en otro escrito) y me gusta, está muy bien estructurado y comprensible para cualquiera (menos para los políticos que son los que deberían ponerlo en practica) y las familias que tienen algún conocimiento del Síndrome y de todas la posibilidades que tenemos a nuestro alcance, todavía lo entendemos mejor… y tanto que lo entendemos!!.
¿Pero de qué estamos hablando de teoría, que se hace realidad en una sociedad que camina hacia la perfección (a cada uno según sus necesidades)?. O la que nos ha tocado vivir de dirigentes podridos, que sólo miran por ellos y creo que esto lo tenemos todos muy claro y por desgracia para este pueblo ha sido norma a lo largo toda su historia!!
Como bien dices un modelo teórico no deja de ser más que un bonito y utópico concepto de aplicación imposible.
La atención temprana sufragado por el estado en Catalunya es de 45 minutos semana y no se enseña ninguna de la terapias Cognitivo-Conductual, no se si en todos los CDIAPs hacen lo mismo (hablo de Badalona que es el que conozco) y sólo hasta los 5 años. Dado que se recomienda un mínimo de 20 a 30 horas semanales, que estamos haciendo “divagando”. Leí el artículo “Autismo es Causa (vergüenza) Nacional en Francia” y la terapia que se usa aquí, es la misma que en Francia.
La solución en parte a lo que debiera ser y no es, del escrito teórico de tu artículo, a nivel personal se consigue con dinero, pagando todo tipo de especialistas y terapias “las que se quieran”, pero, siempre hay un pero, el Autismo no mira de bolsillos llenos o agüjereados y le toca a muchas familias que no tienen recursos para dar a sus hil@s lo que necesitan y nadie de los que deberían de preocuparse lo hacen.
Exijamos lo utópico, gritemos con fuerza y contundencia, pedimos, trabajamos sin descaso, nos cabreamos y luchamos… y no llegamos a ninguna parte, sólo a las migajas que nos quieren dar, los ineptos “pero bien aposentados” de nuestros dirigentes y si tienen algún hij@ con TEA ellos si han llegado a la utopía a la “SOCIEDAD PERFECTA”.
L´avi Manel – de dos nietos con TEA.
Comparto todo lo que dices Daniel y estoy de acuerdo que lo principal para un niño es el trabajo uno, uno, pero permíteme el atrvimiento y que te comente mi opinión que creo que se pueden relacionar con lo que tu dices, e intenta mirar si lo que comento podría encajar con lo que tú dices.
En definitiva, machar, desde bien pequeños, para después poder dar el salto a las aulas ordinarias.
Y partiendo de esas premisas, te cuento lo que yo veo y que se puede acoplar a lo que tú dices:
– Trabjo uno-uno
– Entrega
– Dedicación
– Sacrificio
– Empatia
– Trabajo individualizado especializado P.T
– Trabajo individualizado especializado A.L
– Inclusión con sus iguales y trabajo individual
En edades tan tempranas todos dicen que los niñ@s son esponjas y absorben todo mucho mejor a esas edades “aprovechémoslas”
En definitiva que la administración haga los ajustes razonables y necesarios, mirando por el interés de los niños y no mirando por el interés de la administración y de ahorrar dinero para después poderlo gastar en quien sabe que y donde. La administración tiene que poner los medios donde esta el niñ@, no el niñ@ donde esta los medios.
Esa primera etapa podría encajar en la segunda etapa de educación infantil ( 3 años , 4 años y 5 años , incluyendo el año de repetición que por normativa esta contemplado ) para cuando dieran el salto a 1º de primaria pudieran entrar con unos hábitos adquiridos y estuvieran preparados lo máximo posible, bien a nivel cognitivo, curricular etc,etc. Llegando a un nivel académico curricular que el niño se pueda defender y encajar con su edad cronológica o intentar que fuera así para que no hubiera mucho desfase entre edad real y edad cronológica.
Caso que no interesa a la administración porque si proporcionamos todos estos medios a los niñ@s, todos avanzarían y por lo visto eso es lo que no quiere la administración.
Todas estas cosas que propones se pueden ubicar dentro del modelo de escolarización (modalidad b) aula ordinaria en centro ordinario con apoyo.
Quitando lo que todos podamos entender como nivel curricular y dejando al niñ@ en el aula ordinaria en los momentos que el niñ@ pueda compartir esos actividades, el resto del tiempo lo puede pasar trabajando uno, uno con los profesionales especialistas que deben tener cada niño por parte de la administración.
Fácilmente el niño puede estar con sus compañeros 2 horas con sus compañeros y el resto trabajando duro con sus profesionales especialistas trabajando uno, uno.
A medida que el niñ@ va adquiriendo facultades y dependiendo de la capacidad del niñ@ todo iría en función del rendimiento de cada niño, se podría ir aumentando las horas dentro del aula ordinaria y disminuyendo las horas fuera del aula ordinaria con los profesionales especialistas .
Claro esta ese niñ@ lo ideal y lo que creo que esta recogido en normativa como bien dice , tendría que tener un profesor sombra, apoyo , llámesele como quiera , profesor que mientras que el niño este en el aula ordinaria este supervisado, acompañando , ayudando … su trabajo para que el niñ@ no se encuentre desubicado y perdido.
Ya que detrás de una rabieta, conducta desadaptada, disruptiva etc, etc siempre hay un motivo, motivo el cual somos nosotros las personas adultas y las personas profesionales las que le tenemos quedar un sentido y buscar el significado que nos quiere transmitir, ya que no podemos olvidar que la gran mayoría no tiene comunicación verbal.Nunca será culpa de ellos siempre será una mala interpretación de nosotros. Una simple reflexión, hagamos la prueba que autismo diario puso en la casa de gran hermano.
Para mi modo de ver, eso seria lo ideal y lo que venimos pidiendo desde hace 2 largos años para nuestro hijo, la historia ya la sabéis, DICTADURA PURA Y DURA. Simplemente es conjugar el trabajo individualizado 1×1 con la inclusión y el trato con sus iguales e ir disminuyendo uno y aumentando el otro, para de esta forma conseguir equilibrar lo máximo posible todo. Si se aísla a un niño a estar siempre trabajando individualmente nunca se acostumbrara a estar rodeado de personas, de sus iguales.
Ejemplo : si uno no sabe montar en bicicleta y nunca empieza o si se sube de tarde en tarde nunca podrá aprender a montar en bicicleta .Cuanto más veces montes y más veces se caiga, antes sabrá montar en bicicleta y mucho mejor montara .
Y siempre nos encontramos con la misma cantinela “NO HAY DINERO ” pues señores no malgasten el dinero de todos los ciudadanos como se escucha en la prensa a diario y no abusen de ese pueblo que , ya que l@s señor@s que se dedican a la política están para servir al pueblo y no para servirse del pueblo. Para inyectar dinero a los bancos, subvenciones a los partidos políticos etc, etc igual que para eso hay dinero para esto también tendría que haber dinero, que para eso también se cobran los fondos europeos a la integración.
No se si te servirá de algo pero es mi humilde opinión, y mi humilde aportación a un mundo el de la inclusión que esta recogido por el Estado Español, por la Convención de la ONU y que todos, todos, como dijo un dia un amigo “se pasan por la coyuntura de las ingles”
Sean del color político que sean y cada vez se escuchan mas casos de despilfarro, desvío, de corrupción y por lo visto tenemos que decir “ALELUYA, GRACIAS SEÑOR POR TODO LO QUE SE PIERDE”
Y tener sometid@s a todos los español@s.
Creo que ya es hora de entonar el mea culpa y de ponernos en lugar de y dejarnos de mirar por encima del hombro, según el cargo y la posición de la que parte una persona.
Espero haber despejado algo tus dudas y ayudar en algo.