El ghosting y el autismo

Bien, me gustaría tratar un tema que hemos tocado muchas veces de refilón, pero nunca en profundidad. Me refiero al ghosting.

Quiero decir, para empezar, que este artículo no trata de hacer apología del victimismo, sino hacer visible simplemente “que tener autismo te puede condenar a la soledad”. Trato de explicar un sentimiento nacido de una realidad vivida.

Primero merece la pena explicar lo que entiendo por ghosting. Esta palabra la aplico a las situaciones que relato a continuación y proviene de la inglesa “ghost” fantasma, es decir, con ella se trata de expresar una situación en la que te sientes que te tratan como a un fantasma, como que no te ven, o como se dice en el español que “te hacen el vacío”.

Sinceramente creo que expresar lo que sentimos con el ghosting es algo mucho más serio y mucho más profundo que una simple actitud victimista o una queja continua, sino algo que, afectándonos profundamente, empieza en nuestra infancia y se prolonga en toda nuestra vida.

Como digo, las personas con autismo que sufrimos o hemos sufrido ghosting desde que tenemos recuerdos, y no hace falta llegar a casos extremos que también suceden, muchas veces los padres abandonan la familia para no tener que cargar con un hijo “que no cumple las expectativas” y dejan a la madre sola… esto para mí ya es ghosting, que puede suceder en muchos casos pero cuando sucede en el seno de una familia con un miembro con autismo, es el comienzo o la continuidad de una actitud social.

Desde que empezamos la guardería donde somos víctimas de la incomprensión de los otros niños, o más generalmente, de las madres de los otros niños y de los profesionales que probablemente quieren que abandonemos la guardería y de los que son incapaces de darnos un diagnostico con el “ya se le pasará”.

El ghosting, por eso, tampoco es una pieza separada del rompecabezas del autismo; es común que se prolongue toda nuestra vida y afecte a toda nuestra familia. De tal manera que muchas veces nuestros padres tienen que ayudarnos a manejar la frustración y el malestar de vernos sin amigos, de ver como nuestros semejantes acuden a fiestas, quedan entre ellos y se dan apoyo; consiguen novia y nosotros nos quedamos solos.

Fin de semana tras fin de semana viendo en las redes sociales las fotos de nuestros compañeros acudiendo a fiestas sin nosotros y eso nos hace plantearnos ¿Por qué? ¿Somos realmente tan monstruosos o tan malas personas como para qué no quieran incluirnos? ¿Tenemos que estar excluidos de por vida? ¿Qué es lo que hacemos mal?

En esta frase resumo el ghosting, el maltrato físico y psíquico, el bullying, las burlas y otras formas de acoso denunciables son mucho más visibles, pero el ghosting también puede hacer muchísimo daño e incluso que la persona se plantee el quitarse la vida por verse abocado a la soledad y no tener esperanza.

El ver como desde la adolescencia tus compañeros empiezan a salir juntos y a relacionarse mientras tú te quedas apartado no es una situación denunciable, ahí no te están maltratando, sin embargo, tú te estás sintiendo dolido, sientes dolor de verte apartado, de tener una necesidad que no te están dando, de ser el diferente, de ser el freak del lugar. El sentimiento de impotencia y de incomprensión por no entender cual es la magia de la sociabilidad resuena en tus sienes de forma sostenida, muchas veces de manera obsesiva.

Una necesidad, una frustración que puedes pagar con ira con los que más te quieren, como tus padres.

Que puede llevarte a desarrollar depresión, malestar general, odio hacia el mundo y otras patologías concomitantes que no pueden ayudarse con medicación ni con psicoterapia.

En un plano más próximo, más de la vida cotidiana, lo sentimos cuando, como estudiantes o trabajando, todas las personas de nuestra clase o trabajo queden para celebrar el fin de exámenes, o cualquier otra cosa y nos digan que nosotros no podemos acudir porque tenemos un cerebro muy diferente. Perfecto, mi cerebro es distinto, pero ¿cómo hago para dejar de ser distinto?, porque quiero, deseo, NECESITO encajar socialmente.

¿Quién juzga qué es un cerebro diferente y qué no lo es? ¿Es acaso tener un cerebro diferente, como me decía un ex compañero de carrera, el motivo por el que yo tengo que verme privado de la felicidad de estar incluido con mis compañeros? ¿De tener que estar solo en casa encerrado sin planes? ¿De agobiarme y torturarme la mente? ¿Por qué tengo que pasar esto? ¿Es ser Asperger un delito?

Como he dicho antes: ghosting es la discriminación basada en la invisibilización que abarca la vida de las personas con autismo y sus familias, y de otras familias de personas con discapacidad…ya que, inevitablemente, nuestros padres y hermanos también sufren.

¿Es que acaso los neurotípicos piensan que nosotros vamos a creernos siempre que se pasan 24 horas al día y 365 días al año ocupados? ¿Es que creen que nos chupamos el dedo, que no vemos sus redes sociales donde están con otros amigos en bares y en fiestas? ¿Cómo se atreven a querernos hacer tragar una mentira que todas las personas con tea entre nosotras hablamos y comentamos que es mentira? Quizá no sean capaces de decir “tú no vengas que no te soportamos”, y quizá no sepan decirnos “si haces las cosas así o asá te será más fácil encajar con nosotros”.

El ghosting y el aislamiento que nos hacen las personas neurotípicas puede pasar de años a décadas estando ocupados, muchas veces incluso nos quieren hacer creer que están tan ocupados que no leen nuestros whatsapps aunque les veamos en línea y se niegan a contestar durante meses.

¿Y es que acaso esto no es discriminación? ¿No es fobia al diferente, misautismia: odio a las personas con autismo y exclusión?

Que llegue un día que las personas que nos han protegido y ayudado, que son nuestros padres, no dejen solos en este mundo de neurotípicos que no nos comprenden y que muchas veces sentimos hostiles y no tengamos a quien agarrarnos para que nos den cariño y apoyo.

Por otro lado, podemos plantearnos lo siguiente:

¿Qué se está haciendo mal?

En mi caso que no tuve diagnostico hasta ser mayor de edad, mis padres me “desprotegieron” en el colegio donde hasta algunos profesores bastante inútiles me hicieron bullying; pero quiero recordar que hay casos en que los padres de personas con autismo que han sido diagnosticados tempranamente han hecho lo posible por mantenerlos alejados de sus compañeros, de los neurotípicos, por testimonios como el mío de adulto y del verdadero terror que he pasado con el bullying.

Es cierto que en ocasiones vemos gigantes donde sólo hay molinos, y quizá podamos pecar de exceso de miedo, pero es que cuando durante tantos años, a pesar de haberte esforzado al máximo siempre obtenías el mismo resultado, pues acabas con ese sabor de desesperanza en la boca, con ese sentimiento de incompetencia perpetua, de verdad que necesitamos de una mano amiga que nos ayude, sobre todo a recuperar la fe en nosotros mismos.

¿Pero es eso lo mejor y lo más efectivo?

Decirle a un chico que no se vaya con sus iguales, decirles a los profesores que le metan en una aula TEA, separarle de sus compañeros, encerrarle en un home schooling… eso de estar encerrado en su propia burbuja, de estarse horas y horas frente al televisor y la videoconsola, de crearse un hábito de no salir de casa y ser un niño eterno atado a tus padres… ¿no crea un problema mayor a la larga?

Si separamos a los niños con autismo por el miedo a que sean bulleados (Acosados), les estamos quitando la oportunidad de relacionarse con sus iguales y a sus iguales de conocer lo que es el autismo.

La educación debe de realizarse entre personas diferentes, con diferente género, raza, orientación sexual y por supuesto neurodiversidad, la educación debe fortalecerse en los valores del respeto al diferente…si mantenemos a los niños con autismo excluidos por sistema, conseguiremos que sean adultos excluidos del sistema, que carezcan de herramientas básicas para relacionarse y que acaben solos en una burbuja.

Es un ghosting promovido desde fuera del que debo advertir.

En definitiva: Todas las expresiones del ghosting son duras, difíciles, e incluso, frecuentemente, cursan con baja autoestima, e incluso con enfermedad mental del tipo de: depresión; ansiedad; fobia social, y siempre nos vemos dominados e invadidos por un miedo inexplicable a la normal convivencia.

Por ello quiero decir, muy claramente, que el ghosting, como yo lo llamo, no es algo banal, ni es motivo de victimismo o de queja, sino que causando tanto dolor y sufrimiento, es necesario que la sociedad tome conciencia de que se produce, para que todas las personas con autismo algún día nos veamos libres de ello y podamos estar integrados en la sociedad como el resto de personas.

Si no paramos fenómenos de exclusión como el ghosting tendremos a un colectivo cada vez más numeroso más apartado de la sociedad y más proclive a la exclusión social y a la mendicidad o al ingreso hospitalario permanente y a su privación de derechos.

Puede que el autismo no interese a quienes no tienen un familiar que lo padezca (que lo padezca de la sociedad neurotípica quiero decir), pero cualquier día puede tocarte y ese medio millón de personas (en España) que lo padecen va a seguir aumentando a medida que mejoren las técnicas diagnósticas…si no hacemos algo, el ghosting puede convertirse en una plaga y en un problema social que no solo padecemos quienes estamos en el espectro del autismo, sino un gran número de discapacitados psíquicos e intelectuales y otras personas diversas.

Es obvio y evidente que hay que hacer un esfuerzo desde ambos lados, pero si el autismo te complica la visión social, si somos perpetuamente torpes, jamás nos saldrá bien eso de la inclusión social, necesitamos que los demás nos ayuden a ser parte activa, son pequeños actos que pueden crear grandes diferencias.

Y este es uno de los mayores motivos para hacer TEActivismo, para que la gente deje de sentir fobia y rechazo al autismo y se erradique el ghosting.

¿Me ayudas a combatirlo?


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5 comentarios en «El ghosting y el autismo»

  1. Soy madre de una adolescente con Asperger. Nunca había leído un artículo tan crudo, directo y desgarrador como este. Cómo vive el propio interesado este asunto del «ghosting» (del que los afectados son perfectamente conscientes), cómo interfiere en la relación con su entorno más cercano (familia, compañeros, PROFESORES), tanto si están enterados del diagnóstico como si no. Felicito a Ignacio Pantoja, el autor, por haber dado en el clavo exponiendo con tanta propiedad y clarividencia una realidad tan decisiva como inaprensible.

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