El concepto de Multitarea o Multitasking es propio del mundo de la informática para dar cuenta de la capacidad de los sistemas operativos de realizar varias tareas a la vez.
Hace unos días, en la televisión de Argentina, expertos en neurociencia mencionaron el impacto que tiene el uso de diferentes aplicaciones como Whatsapp, Facebook, Instagram, entre otras, de manera simultánea sobre las personas hoy en día, e insistía en la necesidad de abandonar este tipo de actividad porque trae perjuicios físicos y cognitivos si se realiza durante mucho tiempo.
“Una investigación conducida por la Universidad de Stanford encontró que el multitasking o la posibilidad de hacer varias tareas de manera simultánea, no sólo no es más productiva, sino que puede dañar el cerebro. Los investigadores pusieron a prueba a aquellas personas que se consideraban hábiles para hacer multitasking, pero su rendimiento fue peor comparado con aquellos que hicieron una cosa a la vez.”1
Entendiendo esta definición, podemos relacionar estrechamente este concepto a las personas con trastorno del espectro del autismo, ya que en cada tratamiento se busca brindar una estructura y trabajar con pautas claras y concisas, que permitan organizar sus momentos durante el día. ¿Cómo logramos esto?
Por medio del uso de agendas visuales, ambientes sin distractores, lenguaje sencillo, estímulos regulados y manejo de tiempos en las actividades, entre otras cosas.
El concepto de multitarea es un término que puede aplicarse en los diversos empleos y rubros laborales, sin embargo, en el autismo podemos tomarlo para comprender por qué aparecen conductas disruptivas o no deseadas en diferentes contextos. Para poner un ejemplo y poder ser grafico en lo que este articulo intenta expresar, utilizaré un caso clínico:
“Juan tiene 6 años, presenta un diagnóstico de TEA severo, no tiene predominancia de lenguaje verbal y suele utilizar diversos dispositivos electrónicos cuando está deambulando en su hogar.
En esta oportunidad se encuentra sentado en un sillón observando un dibujo animado en la TV, luego de unos minutos se levanta y prende su tablet, la cual utiliza en el sillón en conjunto con la TV prendida. Pasando unos minutos más, vuelve a levantarse y toma el teléfono móvil de su madre para jugar manteniendo la TV, tablet y el móvil prendidos, de este modo va realizando simultáneamente el uso de todos los dispositivos; se levanta, ve la TV, salta, aletea, se sienta, toma el celular y lo mira, lo deja, toma la tablet y comienza a realizar una rutina que en los próximos diez minutos terminará por elevar su tono, aumentar su frecuencia cardíaca y autoestimularse.”
Con este ejemplo podemos comprender que la realización de muchas tareas juntas no es algo positivo para ningún ser humano, tampoco lo es en niños, jóvenes y adultos con TEA, quienes lo padecen mucho más, puesto que sus conductas aumentan de manera radical, se pierde el foco de atención en la actividad y, además, resulta dificultoso regular su tono corporal.
Temple Grandin (personalidad reconocida en el autismo) remarca en su libro autobibliográfico “Atravesando las puertas del autismo” que suele pensar en imágenes, entendiendo la importancia del uso de los pictogramas en la comunicación de personas con TEA.
Esta secuencia establecida por signos gráficos, hace que los desempeños en las actividades propuestas sean con anticipación, regulando la ansiedad y reduciendo la aparición repentina de situaciones no controladas y desestructurantes.
¿Por qué encontramos niños que utilizan la “multitarea” como actividad e ocio?
Hoy en día, los tiempos de los niños son diferentes a los de otras épocas. Las generaciones avanzan, y la tecnología ha llegado para quedarse con muchos de esos espacios libres de las personas en general.
Entendiendo esto, los ocios tecnológicos hacen que: un niño, joven o adulto dentro del espectro del autismo pueda estar más entretenido con un dispositivo como lo es el móvil, la tablet u otros, antes que estar realizando actividades de mayor funcionalidad o llevando a cabo actividades de ocio naturales. Esto no debe significar que el uso de la tecnología sea malo, pero un uso inadecuado puede conducir a ciertos modelos obsesivos que no son deseables, como siempre, debe imperar el buen juicio y el sentido común.
Esto se debe a una falta de estructuración de su tiempo libre, por una parte, y en algunas ocasiones el uso de este tipo de dispositivos, ha sido utilizado como un “apaga-niños”, aspecto que también genera un efecto directo. Por esto debemos mediar entre momentos de ocio tecnológico y la desregulación que estos provocan, como bien se expresa en el ejemplo de “Juan”.
Hay un aspecto importante que conviene destacar a este respecto. Debemos mencionar que muchos niños, jóvenes, y adultos con autismo están en constante tratamiento, es decir, pasan varias horas de la jornada en terapias o ambientes de trabajo, sin embargo, en muchos casos, los tiempos de ocio no tienen ningún tipo de funcionalidad, o sencillamente no se enseñó adecuadamente a la persona a disfrutar y emplear adecuadamente sus tiempos de ocio o tiempo libre.
Para dar lugar a una organización debemos pensar en diagramar espacios por bloques. A continuación se detalla un cronograma posible.
ORGANIZACIÓN EN BLOQUES
Primer Bloque: Realizar actividades cotidianas del hogar (juntar la ropa para lavar, regar plantas, acomodar objetos de cocina o tender las camas, etcétera), potenciar las “Actividades para la Vida Diaria” (AVD), es siempre una buena idea, y se pueden realizar de forma agradable e interesante para la persona.
Segundo Bloque: Actividades para potenciar la motricidad, tanto fina como gruesa.
Tercer Bloque: Paseo, realizar compras en el supermercados, almacén, tienda, etc. El objetivo aquí es salir del espacio de la casa. Nuevamente introducimos AVD’s, que ayudan en los procesos de autodeterminación.
Cuarto Bloque: Uso de Tablet, móvil o televisor, es importante dar uno solo y no varios a la vez, y a poder ser evitando una sobreestimulación en la persona.
Quinto Bloque: Podemos realizar nuevamente un trabajo de motricidad fina en mesa (o en el suelo): con masa, espuma, juego, leer o mirar un libro o cualquier demanda atencional que haga sentado o tranquilo, o con un mínimo de atención.
De esta manera, podremos brindarles una estructura que organice las actividades en su tiempo libre, incorporándola en su rutina diaria para que se vuelva algo habitual.
Aquí es cuando debemos actuar y mediar en bloques de baja estructura, que les permitan hacer lo que más les gusta y si eso implica estar viendo la TV, el móvil o la Tablet, no está mal, solo que en el caso de las personas con TEA tenemos que medir sus tiempos para no sobreestimularlos.
Por otro lado, el juego suele ser un buen mediador entre lo terapéutico y lo estimulante para realizar una interacción con otra persona, si bien mi idea no es explayarme en modalidades de juego en personas con TEA, si debemos dar cuenta que las actividades compartidas de forma lúdica favorecen la atención, el intercambio verbal o no verbal, corporal, y las intenciones comunicativas que ahí surgen.
Finalmente, y para concluir, debemos tener en cuenta que todo aquello que implementamos en la vida de una persona con TEA debe ser cauteloso, los cambios bruscos sin anticipación visual o verbal, los estímulos en conjunto y la constante variabilidad de ambientes son desorganizantes.
Comenzar a utilizar agendas visuales es favorable para la organización del cerebro en las personas con autismo y de esta manera sostener la atención de forma prolongada en las actividades propuestas para regular sus conductas.
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