Una empresa tinerfeña desarrolla programas de detección y tratamiento de las dificultades específicas de aprendizaje de la lectura basados en los videojuegos. “El niño se ve hipermotivado”, aseguran sus creadores.
La dislexia no es un juego; detectarla y tratarla sí puede serlo. Lo ha demostrado una empresa tinerfeña, Ocide, que, en colaboración con un equipo de investigación de la Universidad de La Laguna, ha desarrollado dos instrumentos de evaluación de las dificultades específicas de aprendizaje relacionadas con la lectura que se adaptan a sus usuarios -niños y adolescentes- y utilizan el lenguaje que estos mejor conocen: el de las nuevas tecnologías y los videojuegos.
“Sicole-R” es una prueba informatizada para el diagnóstico de la dislexia que, además, permite determinar en qué grado se padece y a cuál de los procesos cognitivos que intervienen en el aprendizaje de la lectura afecta. “Tradislexia” es más propiamente un videojuego: dispone de tecnología de tres dimensiones y busca no solo ayudar al niño disléxico a interpretar los textos, sino también a mejorar su capacidad para hacerlo. Este programa ha recibido el Premio Nacional de Investigación e Innovación Educativa con mención honorífica que concede el Ministerio de Educación.
La vinculación entre Ocide y el grupo de investigación de la ULL que dirige el profesor Juan Jiménez comenzó cuando coincidieron en un seminario educativo en Bilbao. A finales de 2006 comenzaron a colaborar de forma activa. Fruto de este trabajo es el diseño de estos dos instrumentos dirigidos al tratamiento de la dislexia, al que próximamente se unirán otros orientados a los alumnos con dificultades para el aprendizaje de la escritura –disgrafía– y las matemáticas –discalculia-.
“Lo que se ha generado es altamente novedoso en este campo” -asegura Antonio Blanco, administrador de Ocide, acerca del programa de diagnóstico-, “porque hasta ahora lo que había era una serie de tests en papel que el profesional pasaba al usuario y determinaba que existía un problema. Con Sicole-R también se establece en cuál de los procesos cognitivos que intervienen en la mente para aprender a leer se falla y en qué grado en comparación con niños de la misma edad, ámbito geográfico y entorno”. Esto permite que los profesionales encargados del tratamiento de la dislexia vayan “directamente al punto en el que hay que mejorar”.
En cuanto a “Tradislexia”, se pone “al nivel del usuario” -nativo digital y amante de los videojuegos- para ayudarle a mejorar en sus capacidades. “Es un juego en primera persona, en el que se avanza por el escenario. La diferencia es que para pasar de fase, en lugar de luchar con un monstruo, hay que hacer una prueba psicolingüística”, detalla Blanco.
Con este sistema, “el niño se ve hipermotivado, porque está en su entorno”, argumenta el administrador de la empresa. “El niño no va al despacho de un profesional con una bata blanca, sino que lo hace en su casa. Y mejora. Es necesario que un adulto acompañe su funcionamiento, pero no tiene por qué ser un psicólogo o un logopeda. Siguiendo un manual de instrucciones el padre, profesor u orientador pueden hacerlo”.
Las dificultades específicas de aprendizaje se incluyeron en la legislación educativa española en el año 2006. Ese mismo año lo hizo Canarias, que está considerada como una de las comunidades autónomas pioneras en el tratamiento de estos problemas en el aula. Sin embargo, a juicio de los creadores de estas herramientas, “la escuela sigue sin estar preparada y carece de los recursos e instrumentos adecuados”.
“Ha habido muchos problemas, para empezar porque estas dificultades no se consideran una discapacidad. Quienes las presentaban han estado muchos años en tierra de nadie: ni eran niños con condiciones normales ni niños con una discapacidad. No eran capaces de progresar al nivel de los demás y no había herramientas útiles para ello”, recuerda Antonio Blanco.
Esto suponía que “los padres que podían tenían que gastarse fortunas en intervención psicológica o profesorado de apoyo”. Afortunadamente, y aunque la situación siga sin ser la ideal, “hoy las cosas van mejorando”.
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No Brasil, o Estado de Minas Gerais já desenvolve pesquisa que tira sangue das crianças que não apresentam ¨aprendizagem¨ em matemática supondo que isso é por defeito genético. Leia:
SEM HABILIDADE COM NÚMEROS, Junia Oliveira, O Estado de Minas, 08/06/2010,
http://www.exkola.com.br/scripts/noticia.php?id=34579041
http://blog.opovo.com.br/educacao/sem-habilidade-com-numeros/
Porém, as minhas pesquisam provam que são os métodos de ensino da matemática, isso até em toda Ibero-América, é que são imprestáveis. Se quiser conhecê-las peça: joaobatistanascimento[arr]yahoo[p] com [p] br.
Muito obrigado pela informação João
Eu envio um e-mail
Soy Psicopedagoga y tengo interés en tener mayor información acerca de “Sicole-R” y “Tradislexia”, manual, lugar de origen, forma de adquirirlos, etc
Gracias
Tienes la información en la web
http://www.dificultadaprendizaje.es/
Un saludo
Buenos dÃas, acabo de encontrar este comentario y en respuesta a su pregunta decirle que nuestra empresa, OCIDE, es quien comercializa estas herramientas, Sicole-R y Tradislexia. Para encontrar toda la información sobre ellas puede usted visitar nuestra web http://www.ocideidi.net. Gracias