Neurofeedback y el autismo

La capacidad del cerebro para procesar información, similar a los equipos de comunicación modernos, es transmitida electrónicamente como variaciones en frecuencias de voltaje. Estas frecuencias se caracterizan por el número total de oscilaciones (ciclos ascendentes y descendentes) en una unidad de tiempo dada. Tradicionalmente, el número de ciclos se mide por segundo y su unidad se llama Hertz. Un ciclo por segundo sería igual a 1 Hertz (Hz). Los teléfonos celulares transmiten su información en frecuencias de gigahercios (10 a la novena potencia o 1,000,000,000), mientras que la televisión y la radio transmiten su información en el rango de kilohercios (10 a la tercera potencia o 1000) y megahercios (10 a la sexta potencia o 1,000,000). A modo de comparación, las frecuencias generadas por el cerebro son extremadamente lentas (0-100 Hz) y de muy baja amplitud.

Las frecuencias de las ondas cerebrales se pueden descomponer en diferentes anchos de banda de acuerdo con los estados de comportamiento a los que parecen estar asociados. El sueño profundo está asociado con las llamadas frecuencias delta. Estas frecuencias varían de 0.5 a 4 Hz. El ancho de banda de banda que le sigue se llama Theta (4 a 8Hz) y se asocia con soñar despierto y emociones crudas. Las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se “atascan” en este ancho de banda y tienen ondas excesivas en esta frecuencia durante la vigilia. Esto pude explicar porque los pacientes con TDAH tienen dificultades para prestar atención, parecen a menuda soñar despiertos, y tienen dificultades en escuchar a los demás. Los investigadores han intentado tratar el TDAH haciendo que cambien sus ondas cerebrales a frecuencias más altas (llamadas frecuencias alfa, beta o gamma). Estas frecuencias más altas son mejores conductores para establecer un estado de atención.

El neurofeedback (NFB) intenta cambiar la actividad de las ondas cerebrales mediante la visualización en tiempo real de la actividad del voltaje cerebral al mismo tiempo que la persona intenta autorregular la misma.  Como ejemplo, un paciente puede sentarse frente a una computadora portátil mientras que el investigador registra la actividad de sus ondas cerebrales. Durante la sesión de NFB el paciente puede estar mirando una película en la pantalla de la computadora y, si las frecuencias de las ondas cerebrales no son las esperadas, la ventana de visualización para la película disminuye grandemente. Si, por otro lado, la frecuencia de ondas cerebrales grabadas es la correcta, la ventana de la película se agranda y se puede ver fácilmente. El trabajo del paciente es descubrir, por sí mismo, cómo mantener abierta la ventana de la película lo más posible durante el período de tiempo más largo.

Muchos pacientes con autismo tienen problemas de atención. En aproximadamente un tercio de los casos, el déficit es tan grave como para llamarse “trastorno”. Por lo tanto, parece razonable preguntarnos si las mismas técnicas de NFB que se utilizan en el TDAH pudieran ofrecer algún beneficio en el TEA.

Varios artículos han revisado la aplicación de NFB para el tratamiento del TEA y muchos de ellos proporcionan evidencia de que algunos de los síntomas centrales del autismo pueden mejorarse con esta técnica. Durante el procedimiento de NFB, los sujetos se entrenan para mejorar la actividad electrocortical deseada, mientras se suprime la actividad indeseada. A través del curso de capacitación con NFB, muchos síntomas relacionados con las anormalidades del electroencefalograma (EEG) pueden mejorarse o corregirse.

Se han publicado cuatro pequeños ensayos clínicos randomizados y varias revisiones de la literatura  (Holtman et al., 2011; Hurt et al., 2014) con respecto al tratamiento del autismo con NFB. Los estudios demuestran mejoras significativas en la atención sostenida, la comunicación del habla, y la sociabilidad.  Con respecto a las recomendaciones clínicas, aplicando el nivel de certeza de evidencia de investigación y el grado de recomendación de USPSTF, Hurt y colegas calificaron la calidad de la evidencia basada en datos de NFB para el autismo como “justo”, y de acuerdo con las pautas de USPSTF, la recomendación clínica es “recomendar” NFB para tratar el autismo. Sin embargo, dado que los principales resultados positivos en NFB para el autismo se derivan de estudios con muestras relativamente pequeñas, esta recomendación nuevamente se califica con reservas y es principalmente relevante para las familias que han probado o considerado tratamientos psicosociales convencionales para el autismo, tienen tiempo, dinero y esfuerzos para invertir en el curso de capacitación de NFB.

Referencia

Casanova MF. Autism Updated: Symptoms, Treatments and Controversies, Amazon Publishing, 2019.

Esta y muchas más informaciones de gran interés podéis leerlas en mi blog personal Cortical Chauvinism

Twitter @ManuelFCasanova

 

1 comentario en «Neurofeedback y el autismo»

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